Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Ministerio del Medio Ambiente inició revisión de la norma de material particulado fino

Ministerio del Medio Ambiente inició revisión de la norma de material particulado fino

Haciendo un balance de la gestión en calidad del aire, el subsecretario Marcelo Fernández destaca también avances como el desarrollo de planes de descontaminación por macrozonas y el paso de las redes de monitoreo en las zonas industriales desde las empresas al MMA.



Jueves 10 de marzo de 2022.- "Antes de la creación del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), en el año 2010, lo que había en gestión de calidad del aire era muy poco a nivel país. En ese momento, el único plan de descontaminación atmosférica vigente era el de la Región Metropolitana. Y las únicas otras experiencias eran los planes de descontaminación en las fundiciones de cobre de Chuquicamata, Copiapó-Tierra Amarilla, Chagres y Ventanas, pero habían sido elaborados por el Ministerio de Minería en conjunto con las empresas para hacer un primer esfuerzo de reducción de emisiones, frente a la acusación de dumping ambiental que había enfrentado Chile en la década de los noventa. Hoy, en cambio, tenemos más de 15 planes de descontaminación, redes de monitoreo en línea en las principales ciudades del país, y muchas normas de emisión de alcance nacional como las que regulan las emisiones en las fundiciones de cobre, en las termoeléctricas, en las celulosas para gases TRS, y todas las normas vehiculares que son cada vez más exigentes. A eso se suman normas para fuentes residenciales como los calefactores que operan con leña, entre muchas otras herramientas. Entonces, en poco más de una década, se implementó una plataforma bastante sólida para la gestión de calidad del aire, de alcance nacional, que no teníamos".

El relato histórico pertenece a Marcelo Fernández, subsecretario del Medio Ambiente del gobierno que mañana finaliza su periodo de administración, quien resalta que dichas medidas estructurales se han traducido en avances relevantes en la mejora de la calidad del aire a nivel país. "Prácticamente todas las ciudades con planes de descontaminación muestran bajas significativas en la concentración de contaminantes, principalmente en material particulado fino (MP2,5) que es el que más hemos atacado, en proporciones que van desde el 10% al 30%. Una de las que más ha avanzado es Coyhaique, que tenía niveles tan altos que obviamente las disminuciones han sido más significativas", asegura.

No obstante, al mismo tiempo reconoce que "los niveles de calidad del aire que hoy tenemos no son aceptables. Hemos mejorado en forma importante, pero nos falta mucho todavía y, probablemente, no va a ser hasta fines de esta década que vamos a tener la mayor parte de las ciudades de Chile con niveles aceptables de material particulado fino".

Al respecto, cabe recordar que los umbrales definidos en nuestro país son mucho menos exigentes que los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la exposición de las personas a los principales contaminantes que ponen en riesgo la salud. Por ejemplo, la norma de calidad en Chile para el MP 2,5 establece como límites una concentración anual promedio de 20 µg/m3 y diaria de 50 µg/m3, mientras que la OMS aconseja 5 µg/m3 como media anual y 15 µg/m3 como promedio en 24 horas.

Consciente de esta realidad, la autoridad comenta: "Ya iniciamos la revisión de la norma de material particulado 2,5 establecida en el Decreto 12 del Ministerio del Medio Ambiente. Ya pasaron diez años desde su entrada en vigencia el 1 de enero de 2012 y es una revisión súper consciente porque en esta década hemos logrado resultados, pero falta mucho más que hacer. Los nuevos estándares de la OMS nos dicen que 20 µg/m3 como nivel anual es muy laxo, entonces el desafío y la urgencia son mayores".

Transformación estructural

Marcelo Fernández lleva 25 años trabajando en gestión de calidad del aire, principalmente desde el sector público. Con ese background y una perspectiva de largo plazo, entrega un balance sobre la materia: "Veo este proceso en una óptica de 20 años y ahora estamos justos parados en la mitad. En la primera década se establecieron una serie de medidas estructurales y se han empezado a implementar las transformaciones; y en esta segunda década se debiera completar este trabajo. Eso va a traer los resultados que esperamos en términos de bajar los niveles de contaminación hasta cumplir las normas".

El subsecretario del Medio Ambiente enfatiza, además, que la gestión de calidad del aire está muy ligada a la lucha contra el cambio climático. Y en relación a eso, plantea: "Chile se impuso ser carbono neutral al 2050, en una meta que probablemente se adelante. Para lograrlo, tenemos que transformar la forma en que hacemos prácticamente todo: cómo producimos, cómo generamos la electricidad, cómo nos transportamos, cómo se construyen y se calefaccionan las viviendas, etc. En ese contexto, los desafíos de cambio climático sumados a los de la contaminación atmosférica nos van a obligar a acelerar el tranco. Frente a eso, soy optimista en cuanto a lo que va a pasar en esta década, ya que vamos a tener profundas transformaciones en la matriz energética: nos vamos a seguir moviendo rápido hacia las renovables abandonando fuertemente el uso de carbón, la matriz de calefacción irá bruscamente hacia sistemas de bajas emisiones, los sistemas de transporte van a avanzar fuertemente hacia la electrificación. Además, ya tenemos una estrategia país de descontaminación atmosférica, una NDC actualizada, una Estrategia Climática de Largo Plazo, metas para reducir el carbono negro, una ley de eficiencia energética, entre otras herramientas que van a tener una fuerte incidencia en la reducción de impactos atmosféricos".

Sostiene también que, para acelerar el paso, la tarea prioritaria es publicar e implementar la Ley Marco de Cambio Climático, que ayer terminó su tramitación en el Congreso, "porque define en forma concreta la institucionalidad para la gestión en esta materia, las metas y el trabajo sectorial que va a estar asociado a la implementación de esa ley".

A eso suma otros retos relevantes como: actualizar la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción que el Ministerio de Vivienda está tratando de sacar adelante hace mucho tiempo y que contiene nuevos estándares de aislación térmica para todo el país, lo que es muy relevante "porque más de la mitad de la contaminación atmosférica que tenemos proviene de las viviendas"; seguir impulsando el retiro de las centrales a carbón y la electromovilidad; erradicar de las zonas urbanas los sistemas de calefacción con leña y continuar mejorando el aislamiento térmico de las viviendas.

En relación a esto último, Fernández destaca que los planes de descontaminación atmosférica de la zona sur del país hoy en día establecen que las nuevas viviendas se deben construir con altos estándares de eficiencia energética para reducir la demanda de calefacción y las emisiones derivadas de ello. A eso se han sumado subsidios para la reconversión de las viviendas existentes. "Con esto se ha empezado a abrir un nuevo camino", afirma.

En ese contexto, resalta asimismo la transformación estructural que ha significado el programa de recambio de calefactores "que partió en el año 2011 con 300 calefactores piloto y ha crecido en forma sostenida. El año 2021 cerramos con una cifra récord de 16.700 recambios en la historia del programa. Y en los próximos cuatro o cinco años se debieran estar recambiando entre 25 mil y 30 mil calefactores por año, porque la estrategia de trabajo ya está súper clara: hay que retirar los sistemas a leña y reemplazarlos por otros más eficientes y más limpios. La buena noticia aquí es que cada año han ido recambiando más calefactores que el año anterior, con costos unitarios cada vez más bajos y con mejores tecnologías que son mucho más eficientes en términos de reducción de emisiones".

Agrega que en la profundización de la estrategia se podrían ir sumando otras opciones o tecnologías, en la medida que vayan siendo competitivas y viables, como la implementación de sistemas de calefacción distrital en algunas ciudades para reemplazar el uso de la leña residencial.

Planes por macrozonas

Una crítica habitual en la gestión de calidad del aire es la lentitud en los procesos de desarrollo e implementación de los planes de descontaminación.

Fernández reconoce que la tramitación administrativa de estos instrumentos es demorosa, por lo que destaca que durante la actual administración optaron por una estrategia más eficiente, que cambió la lógica de lo que se venía haciendo: se definieron macrozonas saturadas en una misma región, que tienen problemáticas muy similares, para trabajar planes de descontaminación de mayor alcance.

"Por ejemplo, en el Maule tenemos el plan de Curicó y el de Talca, y podríamos haber declarado saturados también Linares y Parral y haber hecho un plan para cada una de estas ciudades. Sin embargo, nos dimos cuenta que eso era muy ineficiente, por lo que definimos una macrozona que abarca todo el valle central de la Región del Maule que incluye todas esas ciudades y nos permite hacer una mejor gestión de la calidad del aire en toda esa zona", grafica. Añade que hace un año también declararon saturada la macrozona de la Región de Los Lagos, que va desde Osorno hasta Puerto Montt, pasando por Puerto Varas, Frutillar y todas las localidades intermedias, con lo cual se abarca alrededor de 550 mil habitantes.

"Ese ha sido nuestro enfoque. Por lo mismo, no hemos puesto el énfasis en el número de planes, sino en la calidad de los que estamos sacando adelante", subraya.

Sobre ese escenario, recuerda que durante esta administración se publicaron cinco planes (Quintero-Puchuncaví-Concón, Concepción Metropolitano, Coyhaique, Curicó y Los Ángeles) y culminaron otros dos que están en la Contraloría (Calama y valle central de O'Higgins). Además, se inició la tramitación de otros seis instrumentos: valle de Catemu, Temuco-Padre Las Casas, Chillán, valle central del Maule, la macrozona de Osorno-Puerto Montt, y Copiapó-Tierra Amarilla.

"Nos hicimos cargo de planes complejos en zonas mineras e industriales importantes, como los de Calama; Quintero-Puchuncaví-Concón; Catemu, que incluye todas las comunas del valle interior de la región de Valparaíso; y el plan de descontaminación del Concepción Metropolitano que incluye a Talcahuano y Coronel", destaca.

Monitoreo más transparente

En relación a esto último, Marcelo Fernández también resalta el cambio de paradigma en el monitoreo de calidad del aire impulsado por este gobierno que, tras la crisis de 2018 en Quintero-Puchuncaví, se comprometió a que esta labor quedara a cargo del Ministerio del Medio Ambiente y no en manos de las mismas empresas contaminantes, como una señal de necesaria transparencia.

"Con la alta capacidad técnica del Finnish Meteorological Institute (FMI) de Finlandia, en Quintero-Puchuncaví rediseñamos la red de monitoreo para implementar una plataforma moderna, operada por el Ministerio del Medio Ambiente, que entregue la información a la comunidad con absoluta transparencia. Esa misma transformación la estamos haciendo en Huasco, Coronel y Calama, y en el marco del plan de Copiapó y Tierra Amarilla. Se trata de un cambio de paradigma profundo que requiere mucho mayor esfuerzo y compromiso de parte del Estado", concluye.

Regulaciones para olores

Otro hito dentro de la gestión de calidad del aire que releva Fernández es la aprobación por parte del Consejo de Ministros de la primera norma de olores, que permitirá controlar las emisiones provenientes de los planteles de crianza de cerdos, toda vez que la experiencia adquirida abre el camino para la pronta regulación de los otros sectores priorizados.

"Esta norma tiene la gracia que se deriva de una Estrategia Nacional que generamos en el año 2012, en el primer gobierno del presidente Sebastián Piñera, luego de la crisis en Freirina, en tiempos en que los olores no se medían, no se regulaban y no se hacían exigencias en el SEIA. En la administración siguiente no se avanzó mucho en esta Estrategia y, cuando volvimos en 2018, iniciamos el proceso de elaboración de esta primera norma para el sector porcino, que era el prioritario de acuerdo al número de personas afectadas, localización, cantidad de empresas que producían problemas, entre otros criterios. No queríamos cerrar esta administración sin publicar esa norma porque tuvimos que abrir un camino que no existía. Y hoy, gracias a eso, tenemos la ventaja de que va a ser mucho más fácil conducir las próximas normas que están en elaboración para otros cuatro sectores (productos hidrobiológicos, industria celulosa, plantas de tratamiento de aguas servidas y rellenos sanitarios), porque ya entendemos el camino que se debe recorrer", apunta.

El decreto de esta inédita regulación fue ingresado a Contraloría el pasado 18 de febrero, y se está a la espera de que sea aprobada para su próxima publicación.