Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Paz, violencia y sustentabilidad

Claudio Zaror
Profesor Titular Dpto. Ingeniería Química
Universidad de Concepción



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En las últimas décadas, hemos sido testigos de un preocupante deterioro de la paz y la seguridad a nivel global. La capacidad para resolver conflictos mediante la diplomacia y el diálogo se ha debilitado, mientras los organismos internacionales han demostrado ser ineficaces en canalizar estos procesos con éxito.

Desafortunadamente, la proliferación de la violencia, en todas sus formas, genera terribles secuelas de dolor y destrucción que se han normalizado en la opinión pública mundial. Nos hemos acostumbrado a ver en los medios de comunicación noticias con decenas de miles de víctimas inocentes y la destrucción de viviendas, hospitales, centros educativos, servicios básicos, industrias y ecosistemas.

En contextos violentos, los recursos que podrían destinarse a educación, salud e infraestructura se desvían hacia gastos militares y de seguridad. Esto no solo impide el progreso económico y social, sino que destruye la cohesión social y perpetúa ciclos de pobreza y exclusión que afectan a las poblaciones más vulnerables, incluidas mujeres, niños y minorías étnicas o religiosas.

La paz, la erradicación de la violencia y el desarrollo sustentable son interdependientes y esenciales para el bienestar de la humanidad. En un mundo donde la violencia y las guerras persisten, generando marginalización y sufrimiento, es imperativo volver a cimentar sociedades pacíficas que permitan avanzar hacia un mayor bienestar. La paz no solo representa la ausencia de guerra, sino un estado en el que las personas pueden vivir libres de miedo y opresión, permitiendo el florecimiento de comunidades resilientes e inclusivas. En este sentido, la resolución pacífica de conflictos y el fortalecimiento de instituciones democráticas son pilares de una gobernanza responsable y transparente, que frene los intereses geopolíticos desmedidos y a quienes se benefician con el armamentismo.

Para lograr la paz y la erradicación de la violencia, es necesario adoptar enfoques integrales que aborden sus causas subyacentes, como la pobreza, desigualdad, intolerancia e injusticia. Esto incluye invertir prioritariamente en educación, crear oportunidades económicas, promover la justicia social y fortalecer el estado de derecho y la cooperación internacional para la paz y la seguridad.

La prosperidad económica, la justicia social, la equidad y la sustentabilidad ambiental dependen de un entorno pacífico, donde prime la tolerancia y el respeto a la dignidad humana. Tal como se establece en los ODS 16 y 17, los esfuerzos globales y locales deben centrarse en promover la paz, la resolución de conflictos y la construcción de sociedades solidarias y justas. Solo así podremos comenzar a erigir un futuro sustentable para las generaciones presentes y futuras.

Columna publicada en InduAmbiente nº 188 (mayo-junio 2024), página 77.