Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

LA DESORCIÓN TÉRMICA

LA DESORCIÓN TÉRMICA

Una tecnología efectiva para remediar suelos con contaminantes orgánicos.



Por Alfonso Álvarez, Director Técnico de EMGRISA
Rodrigo Muñoz, Jefe de Proyectos POCH

La contaminación de suelos por hidrocarburos es un hecho relativamente frecuente en instalaciones del sector Oil & Gas, tanto en operaciones de exploración y extracción de petróleo, como en actividades de refinación, almacenaje y distribución de sus productos, combustibles y derivados.

Dicha contaminación tiene su origen en accidentes, malas prácticas, o en la operación de equipos e instalaciones obsoletas y con mal mantenimiento. Esto genera derrames de hidrocarburos en el suelo, con su consecuente infiltración y afección a aguas subterráneas, que pueden llegar a movilizar el hidrocarburo a distancias considerables.

Los hidrocarburos constituyen una mezcla de compuestos orgánicos, muchos de ellos con toxicidad demostrada. Una vez en el subsuelo, una parte de ellos es adsorbida en la superficie de las partículas que lo componen, otra se moviliza con el agua subterránea, ya sea en disolución o como fase libre no acuosa sobrenadante, y también se pueden movilizar a través del aire, aquellas fracciones más volátiles. Esto puede generar situaciones de riesgo ambiental que afecten a la salud de las personas que estarían expuestas a estos suelos contaminados, y a la calidad de los ecosistemas.

Aplicación de Calor

Cuando el suelo ya se ha contaminado con hidrocarburos, se debe analizar si existe riesgo para la salud de los receptores potenciales, presentes o futuros. Y en función de los resultados, se deberá proceder a su remediación o descontaminación, con el fin de desactivar los riesgos.

Entre las principales técnicas disponibles para remediar suelos contaminados con hidrocarburos se encuentra la desorción térmica. Este procedimiento ha sido probado en muchas partes del mundo, como Europa, Medio Oriente, Estados Unidos y Latinoamérica (fundamentalmente en México, Brasil y Perú), principalmente, porque constituye una alternativa idónea para aplicarla en una amplia gama de suelos y contaminantes.

Este tipo de tecnología se basa en la aplicación de calor para volatilizar y/o descomponer los compuestos orgánicos que afectan al suelo. En sentido estricto, este método separa, evapora y oxida los agentes contaminantes, sin alterar la estructura del suelo. Esto último lo diferencia sustancialmente de la incineración que usa el calor para destruir los contaminantes, modificando la estructura física del suelo.

En principio, todo contaminante orgánico puede ser eliminado del suelo por medio de este tipo de tratamiento térmico. En cambio, esta técnica no es eficaz para eliminar metales pesados, a excepción del mercurio, que es volatilizable a las temperaturas de trabajo de la desorción térmica. Su nivel de eficacia para destruir contaminantes orgánicos es mayor al 90%, siendo normal alcanzar cifras superiores al 95%.

El suelo depurado con esta tecnología presenta concentraciones reducidas de sustancias residuales, por lo que puede ser utilizado posteriormente para varios fines, o bien ser gestionado en vertederos para residuos inertes. Las limitaciones a la reutilización del suelo surgen cuando, además de los contaminantes previamente mencionados, las concentraciones de metales pesados superan también determinados valores.

El tratamiento por desorción térmica está basado en el principio de que los contaminantes orgánicos se evaporan y/o descomponen con el calentamiento del suelo a temperaturas que oscilan entre los 90 oC y los 540 oC.

Lea este artículo completo en la edición 138 de InduAmbiente, páginas 54 a 55.