Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Tecnificado y Eficiente

Tecnificado y Eficiente

Revise algunos consejos para optimizar la implementación y el uso del riego tecnificado, con miras a reducir efectivamente el consumo de agua en la agricultura.



Diversos estudios estiman que aproximadamente el 70% del consumo de agua dulce en Chile se destina a riego. Por lo mismo, frente a la crisis hídrica que afecta al país, una de las estrategias planteadas por las autoridades gubernamentales ha sido impulsar la tecnificación de esta actividad para que se haga de manera más eficiente y, por ende, disminuya el uso de este elemento vital. De hecho, datos de la Comisión Nacional de Riego (CNR) indican que entre 2011 y 2020 se entregaron subsidios a 7.400 proyectos de riego tecnificado, los cuales cubrieron más de 150.000 hectáreas y beneficiaron a más de 9.000 agricultores con una inversión estatal de $180 mil millones.

Según los especialistas, estos sistemas debieran alcanzar rangos de eficiencia en la aplicación del agua que van entre el 75% y 90% o incluso más. Sin embargo, la experiencia ha mostrado que en algunos casos se estarían usando con eficiencias menores al 60%. Para corroborar y eventualmente corregir esta situación, a mediados de este año, la CNR con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo lanzó una convocatoria para implementar un sistema de monitoreo del consumo de agua en instalaciones de riego tecnificado. Con esa información, las autoridades esperan entregar las orientaciones necesarias para que, especialmente pequeños y medianos agricultores, puedan optimizar el uso de estos sistemas.

En esa misma línea, a continuación, presentamos algunas recomendaciones y claves a tener en cuenta para elevar la eficiencia de estas tecnologías.

Descripción y Ventajas

Las soluciones de riego tecnificado habitualmente hacen referencia a sistemas presurizados que reducen las pérdidas en la conducción y suministro de agua para los cultivos.
Según expone una guía desarrollada con el aporte de expertos en el marco de la plataforma Escenarios Hídricos 2030 (EH2030), estos sistemas aplican presión para llevar el agua por tuberías hasta la zona de regadío donde luego se distribuye mediante alternativas como las siguientes:

• Aspersión: El agua se expulsa a través de difusores simulando una lluvia fina. Existen diversas modalidades y estructuras para este tipo de riego, como las que van a ras del suelo (microaspersión) y las altas piramidales (pivotes) para cultivos de mayor altura. Su nivel de eficiencia en la aplicación de agua se estima en un 75%, mientras que con aspersores estáticos (microjets), ese porcentaje se puede elevar a un 80%.

• Por goteo: En este caso, una red de distribución aplica gotas de agua en el suelo
muy cerca de la planta, de manera lenta y frecuente, usando emisores de distinto tipo. Luis Gurovich, Ingeniero Agrónomo con un Doctorado en el Instituto Tecnológico de Israel, y especialista en el desarrollo e implementación de proyectos de riego tecnificado, señala que esta opción es la que alcanza mayor eficiencia, con un 95%, "pudiendo llegar al 98% con un manejo preciso y agua muy limpia".
La guía de EH2030 agrega otras ventajas del riego por goteo en relación a la aspersión, como las siguientes: el agua se aplica de manera más uniforme, genera un menor crecimiento de malezas, y eleva la productividad y calidad de los cultivos. Además, permite aplicar fertilizantes junto con el agua, lo que facilita las labores de campo.

• Sub-superficial: Opera igual que el riego por goteo, pero bajo el suelo, más cerca de la planta y protegido de la evaporación.

El documento mencionado destaca también que estas tecnologías contribuyen a mejorar la calidad del agua disponible para otros usos, ya que permiten utilizar fertilizantes y plaguicidas inorgánicos y orgánicos en la cantidad adecuada, y reducen la escorrentía.
Asimismo, resalta que no requieren supervisión continua y se pueden automatizar para programar, medir y controlar el agua que se entrega a los distintos cultivos y sectores del predio, de acuerdo a las necesidades de cada planta y caso particular.

Recomendaciones

Para implementar un sistema de riego tecnificado se deben tener en cuenta varios factores que, desde distintas perspectivas, inciden en su nivel de eficiencia.

Luis Gurovich plantea que las principales variables a considerar son: "Las características hidromecánicas del suelo, la demanda evaporativa diaria de la atmósfera, la evolución del desarrollo del área foliar del cultivo, la disponibilidad de agua (caudal continuo o intermitente), la calidad del agua (salinidad y pH, turbidez y sólidos en suspensión), el costo del agua y de la energía disponible".

Varios de estos elementos están presentes en las recomendaciones que entrega la guía de EH2030 para favorecer la eficiencia del riego tecnificado:

• Contar con canales de conducción idealmente impermeabilizados y revestidos. La red
• de tuberías puede ser de diferentes materiales (PVC, polietileno baja densidad, HDPE).
• Usar agua de buena calidad para evitar taponamientos de los emisores o dispersores, y reducir el mantenimiento.
• El suelo debe tener baja capacidad de retención y alta velocidad de infiltración.
• El sistema debe ser acompañado idealmente con tecnología de monitoreo (sondas, imagen satelital, drones, entre otros) y capacitación para mejorar la implementación y la respuesta a los requerimientos hídricos del cultivo.
• Mantener, reparar y reemplazar los componentes defectuosos (canales, tuberías, aspersores, entre otros).
• Aplicar prácticas agrícolas de conservación.
• Hacer un análisis más específico de las necesidades de riego de cada cultivo. En relación a esto, aconseja combinar la infraestructura con técnicas de cultivo y riego en la agricultura. Y advierte: "La combinación adecuada dependerá de un análisis del cultivo y las características edafoclimáticas de la zona".

Costos

Un factor relevante a considerar en el desarrollo de un proyecto de riego tecnificado, sin duda, es el valor de su implementación y uso.

Al respecto, Luis Gurovich advierte que el costo por hectárea de estos sistemas es "significativo". "Debe incluirse en este costo no solo los materiales necesarios (US$ 2.300 a US$ 2.800 por hectárea), sino también las inversiones adicionales en construcción de estanques de almacenamiento de agua, casetas y otras obras civiles (muy variables según cada proyecto), proporcionar energía eléctrica para la operación de las bombas de impulsión y otros accesorios (muy variable según la distancia entre la actual fuente de energía y la localización del equipo de riego)", detalla. A eso suma la capacitación del personal y la consultoría de diseño y supervisión de la instalación, que es "entre el 15 y 20% de la inversión en componentes del equipo de riego".

El Director de Proyectos de Recursos Hídricos en G&A Consultores agrega que pocos pequeños agricultores pueden asumir estas inversiones y destaca que el Estado, a través de la Ley de Fomento a la Inversión Privada en Obras de Riego y Drenaje (Ley 18.450), ayuda a financiar hasta un 75% del costo total de estos sistemas, por medio de concursos específicos de proyectos. "Al año se otorgan estos subsidios para unas 9.000 hectáreas de nuevo riego equivalentes. Esto quiere decir que se logra mejorar el riego de unas 10.000 hectáreas regadas actualmente con sistemas tradicionales y se incorporan anualmente unas 5.000 hectáreas de suelos que nunca antes fueron regadas", señala.

El documento de EH2030 también entrega algunas referencias de costos. Con datos del año 2019, indica por ejemplo que un sistema de riego por goteo para 1 hectárea de arándanos u otro frutal de tipo arbustivo, en la zona del Maule, puede significar un gasto de capital (CAPEX) de entre $1,8 y $2,5 millones y un costo operativo (OPEX) anual de $250 a $350 mil. En tanto, un proyecto de riego por pivote para 1 hectárea de cultivo anual como trigo o maíz, tendría un CAPEX aproximado de $1,5 millones.

Datos a tener en cuenta y que relevan la importancia de la implementación adecuada y eficiente de los sistemas de riego tecnificado.

Artículo publicado en InduAmbiente 172 (septiembre-octubre 2021), páginas 18 a 20.