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Según investigación, el colapso del hielo en la Antártica no sería inevitable

Según investigación, el colapso del hielo en la Antártica no sería inevitable

Concluye que dependerá de cómo cambie el clima en las próximas décadas, influyendo positivamente la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.



Lunes 23 de enero de 2023.- El colapso de toda la capa de hielo en la región occidental de la Antártica no es inevitable. A esa conclusión llegaron expertos de las universidades de Cambridge, Edimburgo y Washington tras analizar imágenes satelitales y registros climáticos y oceánicos.

Entre las consecuencias del cambio climático que más preocupan a los especialistas, el retroceso de la capa de hielo de la Antártica ocupa un lugar preponderante. Sin embargo, la buena noticia por estos días es que el proceso no es inevitable y podría ralentizarse por los cambios en la temperatura del océano provocados por el clima.

Los científicos combinaron imágenes satelitales y registros climáticos y oceánicos para obtener la comprensión más detallada hasta el momento de cómo la capa de hielo de la Antártica occidental, que contiene suficiente hielo para elevar el nivel global del mar en 3,3 metros, está respondiendo al cambio climático.

Los resultados de la investigación indican que el colapso de toda la capa de hielo en la Antártica occidental no es inevitable, ya que el ritmo de pérdida de hielo varía según las diferencias regionales en la atmósfera y la circulación oceánica.

En el trabajo, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista Nature Communications, los expertos vieron que mientras la capa de hielo de la Antártica occidental continúa reduciéndose, el ritmo de retroceso se desaceleró en una región vulnerable de la costa entre 2003 y 2015. Esta desaceleración fue impulsada por cambios en la temperatura del océano circundante, que a su vez fueron causados por variaciones en las condiciones del viento en alta mar.

La capa de hielo de la Antártica occidental con base marina se asienta sobre una masa de tierra que se encuentra a 2.500 metros por debajo de la superficie del océano. Desde principios de la década de 1990, los científicos observaron una aceleración abrupta en el derretimiento, el retroceso y la velocidad del hielo en esta área, lo que se atribuye en parte al cambio climático inducido por el hombre durante el siglo pasado.

Es en ese sentido que una cantidad importante de científicos cree que este tipo de respuesta, a través de una masa de tierra baja, podría ser el inicio de un colapso irreversible de toda la capa de hielo, llamado inestabilidad de la capa de hielo marino, que continuaría independientemente de cualquier influencia climática adicional.

El doctor Frazer Christie, del Instituto de Investigación Polar Scott de Cambridge y autor principal del artículo, destaca que "la idea de que una vez que una capa de hielo marino pasa por cierto punto de inflexión, provocará una respuesta desbocada ha sido ampliamente difundida. A pesar de esto, quedan dudas sobre hasta qué punto los cambios climáticos en curso todavía regulan las pérdidas de hielo a lo largo de toda la costa de la Antártica Occidental".

Diferencias regionales

Así es que Christie y sus colegas hicieron uso de observaciones recopiladas por una serie de satélites y encontraron variaciones regionales pronunciadas en la forma en que la capa de hielo de la Antártica Occidental ha evolucionado desde 2003 debido al cambio climático, al tiempo que el ritmo de retroceso en el sector del Mar de Amundsen se ralentizó significativamente en comparación con el vecino.

Según vieron en los registros climáticos y oceánicos, los investigadores vincularon estas diferencias regionales con los cambios en la fuerza y la dirección de los vientos superficiales en alta mar. Es que en esta parte de la Antártica los vientos predominantes provienen del oeste. Cuando éstos se vuelven más fuertes, agitan agua más cálida y salada desde las profundidades del océano, que llega a la costa antártica y aumenta la tasa de derretimiento del hielo.

"Pero entre 2003 y 2015, frente a la costa del Sector Marítimo de Amundsen, la intensidad de los vientos predominantes del oeste se redujo. Esto significó que el agua más profunda y cálida no podía entrometerse, y vimos un cambio notable en el comportamiento de los glaciares correspondientes a lo largo de la región: una clara reducción en la tasa de derretimiento y pérdida de masa de hielo", plantea Christie.

Para los investigadores, la causa principal fue una profundización inusual del sistema de baja presión del mar de Amundsen, que condujo a una intrusión de agua menos cálida. Este sistema es el patrón de circulación atmosférica clave en la región, y la ubicación de su centro de presión, cerca del cual los cambios en la fuerza del viento marino son mayores, generalmente se encuentra frente a la costa homónima durante la mayor parte del año.

"Los mecanismos de forzamiento oceánico y atmosférico todavía son realmente importantes en la Antártica occidental", sostiene el coautor del trabajo, el profesor Eric Steig de la Universidad de Washington. Agrega: "Eso significa que el colapso de la capa de hielo no es inevitable. Depende de cómo cambie el clima en las próximas décadas, en lo que podríamos influir de manera positiva al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero".

En opinión de Christie, "existe un vínculo íntimo entre el clima y el comportamiento del hielo. Tenemos la capacidad de mitigar las pérdidas de hielo en la Antártica occidental si reducimos las emisiones de carbono".

Finalmente, los investigadores consideraron que son necesarios más trabajos para examinar qué tan importantes serán estos mecanismos en el futuro en un contexto de creciente inestabilidad de la capa de hielo marino.