Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Radiografía a los REAS

Radiografía a los REAS

Luego que el Covid-19 disparara la generación de residuos hospitalarios, ¿cómo ha avanzado su gestión en Chile?



La pandemia por Covid-19 no solo trajo muerte, confinamiento, mascarillas, cierre de escuelas y trabajo remoto, entre muchas otras consecuencias. Al mismo tiempo, provocó un aumento explosivo en la generación de residuos de establecimientos de atención de salud (REAS), también conocidos como residuos hospitalarios.

Tanto así, que un estudio encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) arrojó que entre 2020 y 2021, los peores años de la crisis de salud, se generaron unas 2.600 toneladas de desechos no infecciosos (principalmente plástico por los test para detectar la enfermedad), 731 mil litros de residuos químicos y otras 144 mil toneladas de residuos en forma de jeringas, agujas y contenedores de seguridad por las más de 8 mil millones de vacunas suministradas. Y solo en 2001 la basura de mascarillas creció en cerca de un 9.000% en todo el mundo.

En Chile, la Superintendencia del Medio Ambiente informó que ese mismo año el volumen de REAS eliminados en rellenos sanitarios autorizados se incrementó en torno a un 300% en comparación con los años anteriores.

Necesaria adaptación

Eduardo Pinto, Gerente Comercial SCR en Veolia, que ofrece soluciones de eliminación de residuos médicos, recuerda los grandes desafíos que implicó para su empresa el alza sustantiva de la cantidad de residuos generados en todos los establecimientos de salud: "El aumento en el volumen de REAS produjo una gran cantidad de bolsas de residuos y provocó que las bodegas de acopio no dieran abasto, por lo que tuvimos que incrementar los retiros a dos a tres veces por día de lunes a domingo. Nos adaptamos a este desafío y subimos la dotación de personal, adquirimos una nueva flota de camiones e incrementamos las horas de funcionamiento de las plantas de tratamiento para contener la crisis sanitaria en este ámbito".

Agrega: "Otro desafío que se nos presentó fue lograr entender la dinámica de los residuos que se iban generando y analizar cómo podríamos proyectar este proceso, para poder contar con el stock óptimo de insumos en nuestras distintas bodegas. Esto nos obligó a análisis constantes y mantener una comunicación fluida con la autoridad sanitaria para apoyar a los generadores en la correcta gestión de sus residuos".

Rodrigo Vallejos, gerente comercial de Zubimed, otro actor de este mercado, detalla que, según sus cifras, existió un aumento mayor al 200% en la generación de REAS. "Esto no solo nos llevó a aumentar las frecuencias de retiro, sino que también a contar con los insumos en la cantidad y calidad adecuados, lo cual no fue fácil. Sin embargo, implementamos una estrategia de apoyo a los clientes para que hicieran una adecuada segregación de los residuos y dieran un uso racional y correcto a los insumos, lo que nos permitió seguir operando en una nueva realidad de la mejor manera posible, sin afectar a nuestros clientes y finalmente a los pacientes", explica.

Como "enseñanza" de la pandemia, manifiesta que "antes existía cierta creencia que algunos tipos de residuos especiales e incluso peligrosos –como pilas, alcohol gel y delantales– se podían botar en la basura común o en otra parte. Hoy, sin embargo, ya está internalizado que hay residuos que sí o sí tienen que ir en un tipo o color de bolsa y contenedor".

En relación a lo mismo, Pinto expresa que "hemos aumentado las frecuencias de retiro de los REAS en un alto porcentaje de nuestros clientes. Si bien la generación de residuos ha ido bajando gradualmente, aún no volvemos a los niveles que existían antes de la pandemia. Otra práctica que hemos podido gestionar mejor en el último tiempo es el control de los insumos en relación a los kilos generados de REAS por cada establecimiento. Lo anterior, nos ha permitido bajar la cantidad de plástico que se expone al medio ambiente y optimizar su uso".

Radiografia550x350-aResiduos hospitalarios esterilizados y listos para su disposición final.

Buen manejo, pero...

Aunque son diversas las regulaciones que intervienen, de una u otra forma, en la gestión de REAS en Chile, la esencial está contendida en el Decreto Nº 6, que se dictó en 2009 y entró en vigencia en 2011, y que establece el Reglamento Sobre Manejo de Residuos de Establecimientos de Atención de Salud.

De acuerdo a la experiencia de Veolia y de su encargado comercial en la materia, la evaluación de su cumplimiento tiene aspectos positivos y otros no tanto. Pinto así lo señala: "Actualmente, las instituciones de salud en Chile tienen un buen manejo de sus residuos. Desde que se estableció el decreto en el año 2009, los establecimientos se han encargado de implementar un equipo de trabajo interno que les ha permitido cumplir con la correcta segregación de los residuos. Sin embargo, aún hay un desconocimiento del análisis documental requerido para la elección de los proveedores, sobre todo respecto a los alcances sanitarios y medioambientales que esto implica. Por ejemplo, hay empresas que solo cuentan con la resolución de calificación ambiental para el tratamiento de los residuos y no con la resolución sanitaria, que es la que avala su correcto funcionamiento. Algunos usuarios contratan empresas que operan bajo estas condiciones, arriesgando un sumario por parte de la autoridad sanitaria".

Añade que otra "falencia" del reglamento se relaciona con las mezclas de residuos especiales con peligrosos que se hace en establecimientos de salud pese a que "no existen plantas de disposición final con autorización para recibir estas mezclas correctamente declaradas. En Veolia somos un agente de capacitación con foco en la correcta segregación de los residuos en el origen, pero falta un análisis en profundidad de este tema para poder dar una real solución".

Además, precisa que la normativa para el manejo de los REAS "no considera criterios medioambientales que conduzcan a una reducción de los residuos y del impacto de su tratamiento. Veolia ofrece alternativas que, sin ser obligatorias, ayudan a la disminución de los plásticos en rellenos sanitarios. Un ejemplo es el programa de reutilización de contenedores para cortopunzantes llamado REBOX".

El experto también aboga por un aumento de las fiscalizaciones por parte de la autoridad sanitaria, vigilando que se dé cumplimiento al reglamento y a las empresas de tratamiento o transporte para que acaten lo indicado en sus resoluciones sanitarias, de manera que se garantice una correcta trazabilidad de los residuos hospitalarios.

A su vez, Vallejos destaca que, en general, las instituciones de salud, tanto pequeñas como grandes, "están mucho mejor que hace un par de años en este ámbito. De hecho, nos llama la atención que un gran número de nuestros clientes y otros potenciales nos soliciten capacitaciones por la rotación de sus colaboradores, para continuar con el manejo adecuado de los REAS y mejorar la gestión, por ejemplo, en lo relativo a su segregación en el origen".

Capacitaciones

¿Se realiza una adecuada capacitación del personal de salud para gestionar correctamente los REAS? A juicio del especialista de Zubimed, sí se hace, "sin embargo, los trabajadores pueden tener todo el conocimiento para hacer bien su labor, pero la estrechez del presupuesto destinado a este ítem provoca que funcionen con insumos de mala calidad, quiebres de stock y salas REAS desbordadas", revela.

Pinto, por su parte, advierte que el alto nivel de rotación del personal de salud plantea un desafío extra para mantener actualizados los conocimientos respecto del tema. "Creo que falta mucho por hacer en ese campo y, por eso, en Veolia nos planteamos como objetivo realizar capacitaciones en las instalaciones de cada uno de nuestros clientes, para muchos de los cuales no es algo prioritario. Hay que generar conciencia de que es un aspecto importante", concluye.

Proyecto pionero 

En el Hospital de Coquimbo, un proyecto pionero ha permitido la gestión eficiente y eliminación de más de 64.500 kg mensuales de residuos desde que partió la pandemia. Cada uno de los REAS pasa desde los servicios clínicos a las salas de residuos, donde se almacenan de forma diferenciada y son posteriormente retirados por empresas externas para su total eliminación.

Hasta antes de esta iniciativa, todos los registros de residuos se realizaban en planillas de forma manual. Sin embargo, hoy en día todos los auxiliares encargados de servicios y de unidades involucradas cuentan con tarjetas RFID de marcaje, las cuales permiten dejar un registro en portales de proximidad y trazabilidad instalados en puntos estratégicos. Finalmente, cuando los desechos llegan a la zona de pesaje, los datos son analizados por una plataforma tecnológica considerando 20 indicadores de estudio. Este nuevo sistema tecnológico contribuye a optimizar los tiempos de trabajo.

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Recuadro:

Con tecnología microondas

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En el entendido que a cada vez más establecimientos de salud les interesa dar un valor agregado a sus REAS, Zubimed ofrece a sus clientes la posibilidad que estos residuos sean tratados con tecnología microondas. Para eso, cuenta con máquinas Ecosteryl que operan en las regiones Metropolitana y del Biobío, las cuales –según destacan en la empresa– generan los siguientes beneficios para el medio ambiente:

• Reducen el volumen de residuos médicos hasta un 80% gracias a su potente proceso triturador.

• Disminuyen el peso de los REAS hasta un 10% por su tecnología de calor seco.

• Ahorran 200 litros de agua por cada tonelada de residuos médicos descontaminados por la acción de su tecnología de calor seco.

• Ahorran 1 tonelada de CO2 por cada tonelada de REAS descontaminados debido a su proceso de descontaminación por calor seco.

Artículo publicado en InduAmbiente n° 186 (enero-febrero 2024), páginas 24 a 26.