Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Vertiente Segura

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Aguas Andinas apunta a mayor eficiencia hidráulica y seguridad de suministro.



¿Se imagina en Chile una planta de tratamiento de aguas servidas que no genere ningún residuo, produzca su propia energía y además tenga una huella de carbono equivalente a cero?

En realidad no se trata del proyecto estrella de una nación europea líder en sustentabilidad, sino de uno de los desafíos en el horizonte de Aguas Andinas, la sanitaria más grande del país. Actualmente, la firma está embarcada en un ambicioso plan de desarrollo que pondrá sus instalaciones a la altura de los referentes mundiales en materia de eficiencia y sustentabilidad. El programa considera el viraje hacia una gestión con los más altos estándares ambientales, una optimización de la eficiencia hidráulica y un aumento sustancial de la seguridad de suministro.

Desde abril, Guillermo Pickering de la Fuente (abogado, 57 años, casado, cinco hijos) es el presidente del directorio de la sanitaria. Hombre conocido en el sector, hasta antes de su nombramiento fue presidente de la Asociación Gremial de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess).

Biofactorías y Eficiencia

Pickering anuncia que las plantas de tratamiento de aguas servidas (PTAS) de la compañía se transformarán en biofactorías en el lapso de 10 años. Esto implica que las instalaciones generarán productos ambientales y disminución de los residuos (lodos).

Así la empresa, al mismo tiempo, se adelanta a otra realidad, cual es que en Chile existen pocos sitios autorizados para disponer lodos y su capacidad individual es limitada.

Añade que las biofactorías serán un referente en materia de eficiencia energética. Generarán su propia energía a partir de procesos de co-generación, lo que también servirá para proveer dicho insumo a la flota de vehículos, apuntando a que la huella de carbono de las futuras PTAS sea prácticamente cero.

“No somos autocomplacientes, nos interesa tener metas más exigentes y sostenibles con el medio ambiente. Esta será una empresa líder en atención a sus clientes y en innovación  tecnológica, una empresa medioambiental, líder en introducción de tecnologías a todos sus procesos y con personal altamente calificado”, afirma el ejecutivo.
Y agrega: “Así como en su oportunidad la meta fue tener el 100% de las aguas servidas tratadas, ahora el objetivo es, a partir de ese 100% tratado, alcanzar estándares ambientales mucho mayores y más exigentes”.

Otro tema relevante para Aguas Andinas es el mejoramiento de la eficiencia hidráulica. De acuerdo al último informe de gestión del sector sanitario, correspondiente a 2015, el nivel promedio de pérdidas en las redes de agua potable en Chile es de 33,65%. Es decir, de 10 litros que se producen, tres no llegan a destino.

Pickering comenta que, pese a que esta cifra está dentro de rangos latinoamericanos, la empresa sanitaria aspira a reducir el agua no facturada de forma sustancial. Para ello, se está ejecutando un plan de eficiencia hidráulica que establece una micro-sectorización de las redes, lo cual permitirá focalizar las intervenciones de reparación en lugares donde realmente sea prioritario. “Al micro-sectorizarse, las intervenciones en la red generarán menos impactos”, precisa.

Roturas

En junio pasado, una rotura de matriz de Aguas Andinas colapsó en la avenida Providencia, lo que provocó la fuga de miles de litros de agua y la paralización temporal del servicio de Metro en Santiago, entre otras consecuencias.

Lea este artículo completo en InduAmbiente N° 143 (noviembre-diciembre 2016), págs. 90-93.