Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Viento Seguro

Viento Seguro

Los parques eólicos deben contar con estrictas medidas de seguridad para prevenir accidentes.



Hace rato que los aerogeneradores dejaron de ser rarezas en la geografía de nuestro país. De hecho, son cada vez más numerosos los lugares en que lucen erguidos, moviendo vertiginosamente sus aspas para generar energía a partir del viento. Por eso debió asombrar a los usuarios de la ruta 240, que une Coyhaique con Puerto Aysén, cuando en diciembre pasado vieron una de estas torres desplomada. La estructura era parte de Alto Baguales, el primer parque eólico que comenzó a operar en Chile.

El accidente, afortunadamente, solo ocasionó daños materiales. No ocurrió lo mismo pocos meses después en una instalación similar de la comuna de Freirina, en la Región de Atacama, donde un trabajador perdió una mano mientras desarrollaba sus funciones.

Esos ejemplos son una pequeña muestra de los riesgos laborales que existen en las plantas de generación de energías renovables no convencionales, sobre todo las eólicas. Y tanto en la fase de construcción como en las etapas de operación y mantenimiento.

Lo anterior tiene aún mayor asidero si se considera que los molinos son cada vez más altos y grandes, lo que incide en las condiciones de trabajo y, por ende, en la seguridad y salud del personal.

Sobre ese escenario, esta industria se ha impuesto altos estándares de seguridad que obligan, por ejemplo, a que cada uno de sus colaboradores en terreno cuente con la acreditación otorgada por la GWO (Global Wind Organization), asociación formada por las principales empresas del sector eólico en el mundo. El estándar acredita conocimientos en primeros auxilios, manipulación de cargas, extinción de incendios, trabajos en alturas y supervivencia en el mar (en el caso de plantas off shore).

Factores de Riesgo

Diversos informes internacionales coinciden en que las faenas a gran altura determinan los métodos de trabajo, específicamente las alternativas de acceso a los aerogeneradores y, en especial, cómo se realiza su evacuación en caso de emergencia. Además, “el desempeño en entornos ventosos añade un factor de riesgo, tanto por la labor en altura como por el movimiento de cargas suspendidas de bastantes toneladas. Otras variables meteorológicas a considerar son los golpes por la proyección de trozos de hielo que lanzan las palas, así como las tormentas con descarga de rayos”, sostiene uno de los reportes.

En la guía “Operación y Mantenimiento (O/M) de Instalaciones de Energía Eólica”, editada por la Fundación Istas de España, uno de los países con mayor capacidad de generación de este recurso renovable, se especifican los peligros a los que se exponen quienes realizan estas labores.

Al respecto, señala que el personal de mantenimiento está propenso a caídas de distinto nivel, atrapamientos, golpes, cortes y laceraciones; riesgos eléctricos; exposición a campos electromagnéticos, material particulado y sustancias tóxicas e inflamables; ruidos y vibraciones, principalmente.

Agrega que algunas tareas implican alta exigencia física por las largas escaleras que hay que subir y bajar, el traslado de equipos de trabajo y el reapriete mecánico con llaves manuales. “Los trabajadores también realizan tareas en espacios muy reducidos que obligan a posturas mantenidas, forzadas y repetitivas, muchas veces con giros y esfuerzos con los brazos levantados y/o en cuclillas”, plantea.

El documento recomienda que el personal de O/M de los aerogeneradores posea un alto grado de formación, experiencia y adiestramiento respecto a protocolos y normas de seguridad muy precisas. Esto, para que pueda afrontar adecuadamente situaciones de trabajo muy diversas, algunas de las cuales son muy peligrosas para su propia integridad y equipo. Además, “la ejecución de las tareas requiere un alto grado de atención, precisión y rapidez”, acota.

Caídas de Rayos

Por sus características y emplazamiento habitual en zonas abiertas, aisladas y en altura, las torres eólicas reciben con frecuencia descargas de rayos que pueden provocar graves heridas y hasta la muerte de sus trabajadores.

Un estudio realizado en Dinamarca, a lo largo de 15 años, concluyó que el impacto de rayos implica un 20% del total de las reparaciones llevadas a cabo en estas instalaciones.

Durante la etapa de construcción de un parque eólico, “la caída de rayos es aún más riesgosa debido a que muchas plantas no disponen de las protecciones necesarias para neutralizarlos. Por lo tanto, en esta fase es crucial determinar cuándo existe el riesgo de una tormenta eléctrica para poder proteger a los trabajadores”, asegura el sitio energías-renovables.com.

Y en las labores de mantenimiento, por las condiciones de trabajo ya señaladas, también se requiere adoptar los resguardos necesarios dado que los tiempos de evacuación son mucho más elevados que en otros sectores.

“Las estadísticas de daños en parques eólicos confirman la conveniencia del uso de sistemas de alerta temprana para anticipar cada fase de una tormenta (inicio, crecimiento, madurez y disipación) para así tomar medidas preventivas como, por ejemplo, abortar o aplazar tareas de mantenimiento, evacuar zonas de riesgo, predisponer a sistemas y equipos en modo seguro…”, añade el portal especializado.

Actualmente, un volumen considerable de aerogeneradores en Chile y el mundo utiliza un sistema de protección total contra rayos de acuerdo a la normativa de la Comisión Electrotécnica Internacional. Este mecanismo conduce el rayo desde las aspas hasta la estructura de la torre, y desde ahí hasta el sistema de puesta a tierra de las cimentaciones y del resto del parque.

Medidas de Control

En Chile, grandes empresas del rubro, como Mainstream, exigen en sus plantas el uso de implementos de seguridad como casco, antiparras, zapatos de seguridad, guantes, arnés (mosquetón, deslizador vertical, absorbedor de caída) y tapón auditivo.

Otras medidas de prevención de accidentes implementadas son:
• Mantener áreas de trabajo limpias y ordenadas.
• Utilizar linterna led para mejorar iluminación.
• Mantener tableros eléctricos cerrados y señalizados.
• Delimitar áreas de trabajo.
• Identificar vías de evacuación, extintores, botiquín y números de emergencia.
• Respetar carga máxima, según Ley 20.001, subiendo y bajando escaleras con precaución, y evitando movimientos bruscos.
• Realizar ejercicios compensatorios.
• Trabajar en equipo.

Artículo publicado en InduAmbiente N° 166 (septiembre-octubre 2020), págs. 82-83.