Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

MICROALGAS CON SABOR

MICROALGAS CON SABOR

Saludables compuestos alimenticios pueden obtenerse de las microalgas.



¿Ha escuchado hablar de la Spirulina? Por si no lo sabe, le contamos que se trata de una especie de microalga que crece en climas cálidos y aguas alcalinas, reconocida por ser una fuente muy rica de proteínas, vitaminas A y B12, aminoácidos esenciales, pigmentos, elementos prebióticos y antioxidantes, entre otros componentes. Así, su consumo genera importantes beneficios como el fortalecimiento del sistema inmunológico y la reducción del colesterol, por lo cual su uso con fines nutricionales y terapéuticos se extiende día a día. De hecho, actualmente se producen desde suplementos alimenticios hasta jugo a base de Spirulina.

Este es un buen ejemplo de los innovadores y saludables productos que se pueden obtener a partir del cultivo de algas microscópicas. Una alternativa bien interesante considerando el escenario de escasez alimentaria, el alza que vienen experimentando los precios en el sector y las posibilidades que existen en Chile de desarrollar esta novedosa práctica.

Ventajas y Condiciones

A mediados de junio, se realizó en Santiago el primer seminario Internacional en Biotecnología de Microalgas Aplicado en la Industria, organizado por Fundación Chile, en conjunto con la empresa Aeon Biogroup y  la Asociación Chilena de Biotecnología (Asembio).

En la ocasión, diversos especialistas detallaron las ventajas del cultivo de estos organismos acuáticos unicelulares, las que se pueden resumir en lo siguiente:

• Se caracterizan por su alta eficiencia biológica, tanto es así que es habitual que el peso de las microalgas se duplique diariamente.
• Son capaces de crecer durante todo el año.
• Sólo requieren de energía solar y un medio líquido para crecer.
• No compiten con tierras cultivables.
• Permiten mitigar los efectos del calentamiento global al combinar el cultivo con el secuestro de dióxido de carbono (CO2).

Graciela Urrutia, directora del programa de Alimentos Saludables de Fundación Chile, comenta: “Algunas microalgas bajo ciertas condiciones ambientales pueden acumular importantes cantidades de compuestos que son de interés comercial para la industria alimentaria, tales como proteínas, ácidos grasos omega 3, fibras, antioxidantes,   pigmentos naturales, etc. Todos ellos presentan variadas posibilidades de aplicación como ingredientes o aditivos para la elaboración de alimentos, tanto para consumo humano como también animal”.

Añade que las posibilidades de usos para la industria de alimentos aún no han sido explotadas en una escala comercial relevante, “por lo tanto existe una gran oportunidad para el desarrollo de nuevos productos, que permitan satisfacer la creciente demanda de los mercados por alimentos saludables y amigables con el medio ambiente”.

El cultivo de microalgas lleva algunos años de desarrollo en distintos rincones del mundo. En Latinoamérica, países como México, Venezuela y Ecuador tienen buenas experiencias.
Chile también cuenta con sitios óptimos para desarrollar esta práctica, especialmente en la zona norte. Cabe considerar que estos organismos acuáticos tienen la capacidad de absorber gran parte de lo que está presente en los medios en que se desarrolla. Esto implica que también están expuestos a acumular sustancias tóxicas como metales pesados, por lo cual es muy importante que su cultivo y cosecha se realice en ecosistemas limpios.

Artículo completo en InduAmbiente 117 (julio-agosto 2012), páginas 28-29.