Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

La tarea actual frente a la gran crisis ambiental

Sebastián Videla
Decano Facultad de Ingeniería, U. Católica de Temuco



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Señales hay muchas, acciones muy escasas. Tenemos, por una parte, la crisis hídrica que, en nuestro país, se expresa en seis regiones declaradas en emergencia, con 146 comunas con grandes dificultades para abastecerse. Entrando al verano, lo más probable es que este número aumente considerablemente y veamos muchos camiones aljibes moviéndose en el territorio chileno.

Por otra parte, la pandemia mostró cuán expuestos estamos a crisis originadas en otras latitudes, donde cabe reconocer que nuestro sistema de salud, bastante precario en muchos sentidos, mostró capacidad de respuesta.

Cabe agradecer el esfuerzo de los respectivos trabajadores, pero aun así es predecible que nuevas crisis sanitarias serán difíciles de abordar.

En otras facetas del medio ambiente como es la calidad del aire, los nuevos límites establecidos por la OMS muestran que estamos cada vez más lejos de cumplir normas internacionales, con niveles de contaminación atmosféricos en varias ciudades de Chile que no mejoran, siendo el perfecto caldo de cultivo de variedad de enfermedades que se presentan cada año. La adecuación de nuestras normas ambientales a estos estándares es urgente y perentoria, aún a costa de más planes de descontaminación. Estos últimos, planteados como la solución a la contaminación, han mostrado que por sí solos no logran cambios significativos, siendo importante introducir una nueva estrategia integral y holística.

Lo señalado es una pequeña recopilación de tres crisis ambientales que están afectando a todo el país, pero no son las únicas. Parte de ellas son consecuencia inmediata del cambio climático, de la globalización económica y la sociabilización que abarca todo nuestro quehacer. Hay otras crisis ocultas que podrían desencadenar procesos incontrolables para la sociedad. Un problema que pasa algo desapercibido es el acoplamiento de las crisis, hasta ahora poco visible y escasamente estudiado, sin embargo, de alta gravedad.

En este panorama no podemos caer en visiones apocalípticas, la sociedad humana ha mostrado históricamente una enorme capacidad de adaptación; en Chile la respuesta de la población en sismos de magnitud mundial siempre ha sido muy notable, lo que indica que es posible mejorar nuestra respuesta a las crisis. El problema, si lo podemos enunciar en alguna forma, se centra en buscar la estrategia global, integradora y masiva que abarque todo nuestro quehacer como país, única vía para no llegar a la gran crisis ambiental. El paso previo es reconocer que la respuesta actual no es suficiente, lo que no impide continuar y reforzar las buenas prácticas.

Podemos discutir sobre qué crisis vendrán, pero no es el tema principal. Lo prioritario es asumir que debemos prepararnos para cualquiera de ellas y, en especial, para una que sea la suma de todas ellas.

Columna publicada en InduAmbiente N° 172 (septiembre-octubre 2021), pág. 45.