Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Inteligencia artificial y medio ambiente: desafíos

Inteligencia artificial y medio ambiente: desafíos

Sebastián Videla
Decano Facultad de Ingeniería
Universidad Católica de Temuco



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Las tecnologías emergentes generan toda suerte de expectativas, desde posiciones catastrofistas hasta esperanzas de un futuro esplendoroso, lo que conduce a un cruce de opiniones que oscurecen la capacidad de reflexión.

Es así que la disrupción de la inteligencia artificial (IA) genera una avalancha de noticias diarias, las cuales nos (des)informan de la verdadera realidad que trae esta nueva tecnología, haciendo creer a la población que seremos dominados por las máquinas y que estaremos al borde de la extinción masiva.

Más allá de estas conjeturas cabe considerar los efectos en los que debemos centrar nuestra mayor atención. La IA tiene impactos ambientales positivos y negativos, situación que merece una revisión. En 2019, en la Universidad de Massachusetts, estimaron que entrenar una máquina de IA tiene una huella de carbono de 285.566 kg, cifra que despertó alarma en muchas organizaciones, entre ellas la OECD. Cálculos posteriores indican que cada 3 a 4 meses se duplica el consumo de energía requerido por el entrenamiento de la IA. Más aún, para el 2040 se prevé que las emisiones de la infraestructura TIC serán el 14 % del total mundial, lo que no deja dudas sobre su efecto negativo en el medio ambiente.

En Chile, como en otros países, se empieza a masificar el uso de la IA, lo que ha conducido a plantear recientemente un proyecto de ley para su regulación. Sin embargo, éste no se refiere a impactos ambientales, quizás porque como país nos sentimos alejados de los desarrollos tecnológicos.

En 2021, un documento del Ministerio del Medio Ambiente plantea que diversas tareas ambientales podrían ser realizadas por la IA, entre ellas la detección y clasificación de animales y plantas silvestres, la detección de residuos marinos, el monitoreo de mamíferos marinos y la optimización de la gestión de residuos sólidos, sin mención a la deshumanización del control ambiental.

Por el contrario, Tironi y Rivera, en una publicación de agosto de 2023, se refieren a los riesgos del monitoreo basado en IA por su excesiva instrumentalización y la reducción de la naturaleza a métricas, suprimiendo su complejidad inherente.

En síntesis, existen riesgos no solo en el uso de la IA, sino también de su proceso de entrenamiento que requieren una regulación urgente que mejore el proyecto con una visión amplía, que incorpore, entre otros aspectos, el tema ambiental.

Los 30 años que vienen requieren de un cambio significativo de la visión ambiental relacionada con la tecnología.

Columna publicada en InduAmbiente n° 183 (julio-agosto 2023), página 93.