Jueves 11 de diciembre de 2025.- La excesiva irradiación solar y la creciente escasez de agua derivada del cambio climático están afectando de manera significativa a la producción agrícola en Chile, una problemática bien preocupante considerando que el sector agroalimentario aporta el 4,7% del Producto Interno Bruto. Frente a este escenario, los sistemas agrivoltaicos (AgriPV) han demostrado un gran potencial para mitigar estos efectos junto a otros derivados de fenómenos meteorológicos, como las lluvias, el granizo y las heladas.
Conscientes de aquello, en Fraunhofer Chile están trabajando para impulsar la adopción de esta tecnología, junto a la Comisión Nacional de Riego (CNR), el Ministerio de Energía y la agencia de cooperación alemana GIZ, en el marco de la Energy Partnership entre Chile y Alemania. En ese contexto, recientemente la entidad de investigación desarrolló, junto al Centro de Energía de la Universidad de Chile, un manual para implementar este tipo de proyectos en el país, en el cual se presentan modelos de diseño para tres grupos de cultivo.
El principio fundamental de estos sistemas AgriPV es el doble uso del suelo: en un mismo terreno se genera electricidad y se cultiva, evitando así la competencia por el espacio disponible.
El mencionado manual tiene por objetivo "ofrecer información y documentación técnica necesaria para estandarizar el diseño de proyectos agrivoltaicos tipos, para que sirvan como una referencia disponible para el diseño de estas soluciones en la agricultura chilena", indica el documento.
El ingeniero investigador del Área de Sistemas Fotovoltaicos de Fraunhofer Chile, Frederik Schönberger, detalla: "La guía viene a explicar de manera sencilla el proceso de diseño de los proyectos agrivoltaicos, documenta los requerimientos de los cultivos del campo chileno y propone diseños tipo para sistemas agrivoltaicos que conectan los desafíos de los cultivos con las necesidades del sector agrícola, para finalmente agregar una metodología que adapte ese diseño a cada caso particular de los productores chilenos en el campo. Además, el documento termina con una evaluación económica que puede hacer el usuario para la rentabilidad de su uso".
Múltiples beneficios
Los paneles fotovoltaicos, instalados sobre o entre los cultivos, aportan sombra y reducen la evapotranspiración —la evaporación de la humedad del suelo y la transpiración de las plantas—, lo que puede disminuir la demanda de riego en más de un 30%, según estudios de Fraunhofer Chile basados en tres pilotos implementados en la Región Metropolitana. "Estudiamos a los cultivos chilenos en tres grupos: cultivos extensivos de baja altura (leguminosas, hortalizas); cultivos extensivos de mediana altura (maíz) y cultivos frutales", comenta Schönberger.
Esta tecnología es un sistema sinérgico: mientras los cultivos quedan protegidos del exceso de radiación solar, los módulos fotovoltaicos aprovechan la luz disponible para generar electricidad. "El AgriPV no solo promueve la seguridad alimentaria e hídrica, sino que además incentiva la micro generación eléctrica distribuida cerca de los centros de consumo. Esto contribuye enormemente a la resiliencia climática, lo que es fundamental para los pequeños agricultores y la población rural que son siempre los más afectados", resalta el investigador de Fraunhofer Chile.
El especialista profundiza en la importancia de estos beneficios para la economía circular: "Ahí vemos una oportunidad en un tema muy relevante para Chile, que es el del hidrógeno, porque con la generación de electricidad renovable solar, entre los agrícolas hay oportunidad de derivar al hidrógeno, del hidrógeno al amoniaco y del amoniaco se puede producir urea, que es un fertilizante muy común en la agricultura. Eso significa que se forma un círculo donde se pueden producir los fertilizantes en los mismos terrenos donde tenemos la demanda".
A pesar de sus ventajas, el uso de estos sistemas sigue siendo incipiente en el país. "Necesitamos una política específica para el desarrollo de AgriPV en Chile que asegure el desarrollo de la producción conjunta de alimentos y electricidad. Es una solución concreta a los desafíos del cambio climático, como la escasez de agua y el uso de energías renovables", sostiene el director ejecutivo de Fraunhofer Chile, Frank Dinter.
Destaca, asimismo, la contribución del informe "AgriPV: uso compartido de suelos para la agricultura y generación de energía solar fotovoltaica", desarrollado por Fraunhofer Chile, GIZ y la Universidad Técnica Federico Santa María, que entrega diversas recomendaciones en las áreas legal, financiera y social para impulsar políticas públicas que fomenten los sistemas agrivoltaicos en Chile.

