Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Laboratorio de radiobiología vegetal, tecnología para enfrentar el cambio climático

Laboratorio de radiobiología vegetal, tecnología para enfrentar el cambio climático

Más de un mes de funcionamiento cumplió la instalación a cargo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear.



Miércoles 29 de diciembre de 2021.- ¿Qué cambios experimentan las especies vegetales y forestales por efecto de la radiación? ¿Mejoran su desempeño esas propiedades frente a los efectos del cambio climático? La respuesta es uno de los focos de estudio del recientemente establecido Centro de Tecnologías Nucleares en Ecosistemas Vulnerables (CTNEV) de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), que busca investigar cómo, a través de la radiación, se puede hacer frente a los efectos del cambio climático en esta área.

Para fortalecer esa línea de investigación opera desde hace más de un mes, en las dependencias de la CCHEN, el Laboratorio de Radiobiología Vegetal. Está a cargo de los investigadores Doris Ly Muñoz y Daniel Villegas Nassar, quienes destacan las distintas líneas de trabajo de la instalación: en la caracterización de la respuesta de las especies vegetales estudiadas, en relación al uso de distintas dosis de radiación gamma, ya sea para generar líneas mutagénicas más resistentes a condiciones de sequía, enfermedades y aumentos de temperaturas, entre otros. Y también para respuesta estimulatoria de bajas dosis sobre parámetros como germinación, crecimiento, cantidad de frutos...

"Esta es una instalación o capacidad que no existía previamente en la Comisión, por lo que ha sido un esfuerzo colectivo acondicionarlo", señala Daniel Villegas, agregando que "por ahora nos hemos concentrado en realizar labores de caracterización morfológicas y de crecimiento, pero estamos listos para dar el paso siguiente, que es medir aspectos fisiológicos como, por ejemplo, estimación de parámetros asociados a la fotosíntesis".

Así, este laboratorio, que viene siendo como una unidad de fisiología vegetal, constituye el corazón de una unidad que, además, involucra otras dos instalaciones. Una es el invernadero que, si bien existía, hubo que modernizarlo, mediante el cambio de techumbre y la habilitación de dos sectores de riego automático y control de temperatura. Tiene una superficie de 24m2, que puede llegar a almacenar hasta 100 plantas de maceta. La otra es una cámara de cultivo in vitro, que tiene la ventaja de ser un sistema mucho más controlado, en comparación con el invernadero. Tiene capacidad para unas 400 muestras de plantas.

"Nuestros esfuerzos se van a orientar a seguir fortaleciendo esta capacidad, que ponemos a disposición de quienes requieran caracterizar la respuesta de especies vegetales ante un estímulo como la radiación ionizante, para hacer frente a condiciones ambientales adversas que pueden ser la falta de agua (sequía), temperaturas extremas (heladas) u otras, las cuales cada vez son más frecuentes en el contexto del cambio climático", comenta Doris Ly.

Complementando lo anterior, los investigadores hacen una invitación para realizar posibles colaboraciones a todos aquellos centros que estudien algún tipo de efecto de las radiaciones ionizantes sobre especies vegetales. Asimismo, dejan las puertas abiertas para quienes se interesen por visitar estas instalaciones y conocer más sobre estos procesos.

Cabe destacar que el equipo del Centro CTNEV ya viene desarrollando proyectos colaborativos, con apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica, en algunos casos; en otros, con fondos como el FIC Regional, gracias al cual colabora con el Instituto Forestal de Chile, la Universidad Austral, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y el Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura, por nombrar algunos.

"Este laboratorio no representa solo una infraestructura, sino que es parte de lo que buscamos fortalecer, de modo que al final la confluencia entre las personas, la tecnología, las ideas y la gestión deriven en una forma de trabajo que tenga una proyección evolutiva con perspectivas de sostenibilidad", plantea Jaime Salas.