Jueves 11 de diciembre de 2025.- En la última década, las energías renovables no convencionales (ERNC) han aumentado exponencialmente su presencia en la matriz de generación eléctrica del país, estimándose que en 2026 podrían representar el 70%. Este crecimiento sostenido consolida el liderazgo de Chile en Latinoamérica en la necesaria transición hacia un desarrollo energético bajo en emisiones de carbono, pero al mismo tiempo plantea un desafío bien preocupante que es necesario atender: el alza en la cantidad de residuos asociados a esta industria.
Frente a eso, el Ministerio de Energía elaboró la Hoja de Ruta de Economía Circular para el periodo 2025-2030, la cual ya finalizó su consulta pública y debiera ser presentada próximamente.
Así lo señaló Eduardo Acuña, Jefe de la División de Desarrollo de Proyectos de esa secretaría de Estado en el IV Seminario Internacional del Hidrógeno, organizado por la Universidad Autónoma de Chile. "Es crucial mirar más allá de la entrada en operación de los proyectos —incluidos los de hidrógeno verde— para abordar la pregunta de qué sucederá con ellos al finalizar su vida útil. Se estima que, para el año 2080, los residuos proyectados de ERNC, como paneles solares y aerogeneradores, podrían superar el millón de toneladas", afirmó.
Economía circular
La transición hacia la economía circular (EC) está respaldada por la Política Energética Nacional, que mandata a todos los proyectos del sector para que adopten este enfoque para 2050, y por el Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030, que define estándares de circularidad.
El principal motor regulatorio es la Ley 20.920 que establece la Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), impulsando el desarrollo de sistemas de gestión y de la infraestructura de reciclaje necesaria para hacerse cargo de ciertos productos de consumo masivo cuando terminen su vida útil. Entre los productos prioritarios figuran los paneles fotovoltaicos, que se incluyeron en el decreto ya aprobado que define metas de recolección y valorización para los aparatos eléctricos y electrónicos; y también las baterías, cuyo reglamento están aún en proceso de desarrollo.
La Hoja de Ruta de Economía Circular del Ministerio de Energía, en tanto, se articula en torno a tres objetivos principales: impulsar acciones que superen barreras regulatorias, fortalecer capacidades en el sector y articular espacios de encuentro para promover la sensibilización, y acompañar la promoción de proyectos que apliquen este modelo de producción más sostenible.
En relación con este tema, Eduardo Acuña comentó, además, que "la naciente industria del hidrógeno verde (H2v) constituye una oportunidad única para incorporar el enfoque de economía circular desde la etapa de diseño de sus proyectos y la cadena de valor asociada".
Sin embargo, advirtió que persisten desafíos importantes que deben ser abordados de manera transversal, como la actual calificación de los paneles solares como residuos peligrosos, lo que dificulta su reutilización; la falta de estandarización en la composición de componentes para facilitar el reciclaje; y la necesidad de aumentar la infraestructura de valorización.

