Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Buscan impulsar normas de calidad ambiental para proteger ríos de la Patagonia norte

Buscan impulsar normas de calidad ambiental para proteger ríos de la Patagonia norte

Proyecto liderado por la UCSC está realizando análisis de riesgos asociados a la sequía, para que la autoridad priorice la dictación de estas regulaciones para los ríos Puelo, Yelcho, Palena, Cisnes y Aysén.



Jueves 13 de octubre de 2022.- Un interesante proyecto que busca proteger los ríos de la Patagonia norte desarrolla un equipo multidisciplinario de investigadores y profesionales de universidades y centros de investigación de excelencia del centro-sur de Chile, liderado por la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), a través del Fondo de Investigación Estratégica en Sequías.

Si bien este año en dicha zona del país se han registrado rangos normales de precipitaciones, la amenaza de la escasez hídrica vinculada al fenómeno del cambio climático sigue presente y se podría agudizar en las próximas décadas. Esta realidad genera impactos en el comportamiento de los ríos, lo que también supone efectos en zonas costeras, como los fiordos y canales de la Patagonia norte.

Para afrontar estos desafíos, el proyecto incluye un análisis de riesgo para priorizar, en escenarios de sequía, que se dicten, a través del Ministerio del Medio Ambiente, normas secundarias de calidad ambiental en los principales cursos de agua que influencian al sistema costero de la Patagonia norte: Puelo, Yelcho, Palena, Cisnes y Aysén.

Comunidad involucrada

El trabajo lo desarrolla un equipo interdisciplinario, donde además de la UCSC participan las universidades de Talca, de Concepción, Bío-Bío, y Austral de Chile, junto al Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) de Aysén y el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR), con colaboraciones de la Universidad Estatal de Oregon y del Instituto Catalán de Investigación del Agua.

La participación de las comunidades es clave para la ejecución de esta iniciativa. Son más de 600 kilómetros que separan los puntos de muestreo, por lo que resulta fundamental la colaboración de los habitantes de las cuencas, quienes son parte activa del proceso muestreo y filtrado, teniendo un rol en hacer ciencia y co-elaborar políticas públicas.

El doctor Jorge León-Muñoz, director del proyecto y académico de la Facultad de Ciencias UCSC, destaca: "La Dirección General de Aguas, con todos los esfuerzos que hace, sólo puede monitorear la calidad de agua en estos ríos tres o cuatro veces al año, en cambio, ahora estamos logrando obtener una muestra semanal. Queremos que, a través de la ciencia, las comunidades se reconozcan como integrantes de uno de los conjuntos de ríos libres y sanos más vasto del planeta. Es gente de colegios, de organizaciones sociales, una comunidad que entiende que sus ríos son prístinos, y transportan elementos claves que cuando llegan al mar lo estratifican, diluyen y alimentan. Con este proyecto queremos generar junto a la comunidad información robusta, de alta utilidad, para que los tomadores de decisión se den la oportunidad de declarar como prioritario que estos ríos tengan normas secundarias de calidad ambiental y los protejamos".

Dichas normativas son instrumentos de gestión ambiental que apuntan a regular la presencia de contaminantes, con el objetivo de prevenir que estos puedan representar un riesgo para la protección o la conservación ambiental, o la preservación de la naturaleza. Actualmente, en Chile solo tres ríos (Maipo, Biobío y Serrano) y dos lagos (Villarrica y Llanquihue) cuentan con estas normas.

Según los investigadores del proyecto, estas regulaciones ayudarán a resguardar no solo los cursos de agua, sino también los sistemas costeros donde desembocan. Para ello, la iniciativa está evaluando el impacto de las sequías sobre la firma hidrológica de los ríos tributarios. Asimismo, realiza un análisis de riesgo colaborativo sobre los impactos de las sequías hidrológicas en el sistema de fiordos y canales; y estima los posibles costos y beneficios de dictar las mencionadas normas para estos ríos.

Fuente: Constanza Saavedra, Universidad Católica de la Santísima Concepción