Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Avanza desafío para reutilizar las aguas servidas tratadas descargadas al mar

Avanza desafío para reutilizar las aguas servidas tratadas descargadas al mar

Equipo de la SISS trabaja actualmente en el desarrollo del proyecto de reutilización de aguas servidas tratadas de emisarios submarinos.



Jueves 16 de marzo de 2023.- "Reducir las pérdidas de agua y aumentar el reciclaje de aguas en el sector sanitario para aumentar la disponibilidad de agua dada la escasez del recurso hídrico en el país" fue el nombre del desafío ingresado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) en 2020. Este proyecto se enmarca en la Agenda del Sector Sanitario al 2030, específicamente con la idea fuerza 2 de esta llamada 'Reciclaje de aguas y reducción de pérdidas', y dada su complejidad y amplio campo de trabajo fue dividido en dos objetivos.

El primer desafío, relacionado con las pérdidas de agua potable, fue lanzado en 2021. Y el segundo, en la línea de la reutilización de aguas servidas tratadas que son descargadas al mar, en 2022 y se encuentra en la etapa de reconocimiento de terreno para comenzar con la primera etapa: la toma de muestras y la posterior operación de infraestructura para alcanzar los objetivos esperados.

Para abordar el segundo desafío, "Aumentar el reciclaje de las aguas servidas tratadas del sector sanitario que son descargadas al mar para aumentar la disponibilidad de agua dada la escasez del recurso hídrico en el país", la SISS y la ANID recibieron seis postulaciones con distintas formas de alcanzar los objetivos planteados, de las cuales fueron seleccionadas tres.

Así, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso propuso el tratamiento aerobio asistido por membranas para la recuperación de agua desde aguas residuales, mientras que la Sociedad de Desarrollo Tecnológico E Inversiones Binario Spa de la Universidad de Santiago ingresó su plan 'Reiniger - sistema electroquímico para la recuperación de aguas residuales'.

A su vez, la Universidad de Concepción busca implementar un sistema modular basado en tecnología de ultra y nanofiltración con membranas recicladas y filtro UV, para el reúso de aguas servidas con el fin de incrementar la disponibilidad de recursos hídricos de alta calidad.

"Si bien es cierto que sus tecnologías y las soluciones que proponían no eran del todo innovadoras de acuerdo a lo planteado por los académicos que conformaban la comisión evaluadora, la forma en cómo iban agrupando estas tecnologías en las operaciones sanitarias era novedoso", explica la analista del Área de Estudios y Normas SISS, Vanida Salgado. La profesional explica que están en contacto con la empresa sanitaria Esval para poder desarrollar las iniciativas en algunos de los emisarios que operan.

"Por temas de factibilidad, espacio y seguridad, Esval escogió el emisario de Concón para la disposición de las plantas piloto", explica Salgado.

Actualmente, las tres instituciones que postularon al desafío SISS están realizando análisis de muestras de las aguas servidas de dicha infraestructura para comenzar a trabajar.

"Con la sequía que afecta a nivel nacional y la escasez hídrica ya no estamos contando con la misma cantidad de agua para consumo humano. Por eso, si bien no es nuestra competencia, estamos viendo que ésta pueda ser destinada a otro uso para que el recurso dulce que ocupan algunos sectores, como la minería o la agricultura por ejemplo, sea para consumo humano", añade Salgado. Y hace énfasis en que aún hay temas del ámbito legal y técnico que deben abordarse antes de aquello, pero que este tipo de desafíos va en esa línea.

Además de la innovación y cumplir con los parámetros establecidos en el Decreto Supremo 90 –relacionado a la prevención de contaminación de las aguas marinas y continentales superficiales–, uno de los requisitos tiene que ver con la factibilidad económica de los proyectos, los cuales deben ser accesibles para los distintos públicos objetivos que puedan llegar a utilizar el recurso hídrico tratado de los emisarios.

Una vez que se cumpla el plazo de siete meses establecido por la ANID para su desarrollo, los proyectos pasarán a la etapa de evaluación, para que así solo una de las instituciones quede seleccionada para implementarlo a mayor escala.