Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Para No Intoxicarse

Para No Intoxicarse

Los EPP son fundamentales para evitar envenenamientos con plaguicidas.



Presentaron los típicos síntomas: mareo, vómitos, dolor de cabeza, visión borrosa, sudoración y malestar estomacal. Lo paradojal es que no eran trabajadores agrícolas ni tampoco estaban aplicando plaguicidas en el campo. Todos ellos estaban reunidos en la sede de una junta de vecinos, en la localidad atacameña de San Antonio, a fines de octubre pasado, cuando se vieron expuestos a un agroquímico utilizado en las cercanías.

Afortunadamente, los malestares de los afectados fueron pasajeros y horas después pudieron volver a sus casas. Pero no siempre ocurre lo mismo con las personas que se contaminan con plaguicidas. Muchas, incluso, mueren.

Solo en la Región Metropolitana, en 2014 se reportaron más de una cincuentena de intoxicaciones agudas por plaguicidas. Y entre enero y marzo de 2015, a nivel país, hubo 131 accidentes, correspondiendo el 60% a intoxicaciones de origen laboral. La exposición directa y el incumplimiento de los períodos de reingreso al sitio intervenido fueron las dos causas principales de contacto con el producto.

Más Expuestos

Según la Guía para el cumplimiento del Protocolo de Vigilancia Epidemiológica de Trabajadores Expuestos a Plaguicidas, desarrollada por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), en Chile y en gran parte de los países del mundo existe una utilización masiva de estos productos tanto en el área agrícola como en la sanitaria.

Este amplio uso, sumado a su libre venta y al escaso conocimiento de los usuarios sobre sus riesgos, “crean un escenario que facilita la aparición de intoxicaciones, sean estas del tipo laboral, accidental o intencional (intento de suicidios y provocados por terceros). Esta situación lleva a que parte de la población se encuentre expuesta a estos tóxicos, considerándose de mayor riesgo los trabajadores agrícolas, que corresponden aproximadamente al 13% (772.000) del total de personas ocupadas y a los habitantes de zonas rurales, que alcanzan a un 13% de la población”, indica el documento.

De acuerdo a los especialistas, los plaguicidas organofosforados son los de mayor peligrosidad, utilizándose al menos 8 tipos de ellos en nuestro país. “Hay un grupo de pesticidas prohibidos en Estados Unidos que aún se ocupan en Chile y que son altamente peligrosos. Está comprobado que son cancerígenos y en nuestro territorio no se ha planteado una restricción de su uso”, explicó en un reciente seminario la Dra. María Teresa Muñoz, de la Universidad Católica del Maule. 

La evidencia, sostiene, revela efectos agudos de estos agroquímicos en la salud de las personas: desde problemas respiratorios y quemaduras, hasta deficiencia en las funciones cognitivas y problemas neurológicos, entre otros, además de ser la causa de diversos tipos de cáncer.

Protección Personal

Para proteger a las personas de los efectos nocivos de los plaguicidas, la Guía de la ACHS establece tres medidas que deben aplicarse en el siguiente orden de importancia:


  • Ingenieriles:
Tienden a favorecer la automatización de los procesos y operaciones, como por ejemplo aumentar la distancia entre el equipo de aplicación y el trabajador, encerrar o separar a través de barreras físicas la fuente de exposición y el trabajador. Además, hay que reducir las concentraciones de plaguicidas en lugares confinados mediante sistemas de ventilación.

Lea el artículo completo en Revista InduAmbiente N° 137, págs. 80-82.