En abril de 2023, un grave accidente interrumpió abruptamente obras de reparación en una cámara de la planta elevadora de aguas servidas de Antofagasta. El saldo fue desolador: un trabajador fallecido y otros seis heridos.
Aunque ese tipo de hechos ha sido excepcional desde mediados de los años 90, cuando se instaló la primera planta de tratamiento de aguas servidas (PTAS) en Chile, estas instalaciones presentan variados riesgos que las empresas sanitarias y sus colaboradores deben atender.
En ese entendido, en el grupo Aguas Nuevas -conformado por Aguas del Altiplano, Nueva Atacama, Aguas Araucanía, Aguas Décima y Aguas Magallanes- especifican que las PTAS requieren altos niveles de especialización para su adecuada operación, con áreas y labores que tienen más riesgos potenciales que otras. "Para evitarlos, el personal se capacita de manera periódica, se hacen simulaciones y se desarrollan diversas actividades para minimizarlos", indican.
Luego exponen los cinco principales riesgos que enfrentan sus trabajadores en estos recintos: exposición al gas cloro, que se utiliza para desinfección en la última etapa del proceso de depuración; atrapamientos por manejo incorrecto de los equipos manuales para limpieza y operación; contacto con aguas servidas que podría derivar en infecciones o contagios de virus y bacterias; hipoacusia por niveles de ruido sobre los 82 decibeles por un tiempo prolongado; y exposición a sustancias peligrosas usadas en la operación.
En relación con el mismo tema, Francisco Javier de Fuentes, director de Operaciones en Aguas Andinas, sostiene que "el trabajo en nuestras PTAS se realiza en un entorno industrial altamente tecnificado, donde se desarrollan procesos complejos bajo el enfoque de economía circular. Si bien los trabajadores están expuestos a riesgos propios de una planta de este tipo -como los eléctricos, labores en espacios confinados, caídas desde altura, interacción con equipamiento mecánico o electromecánico, y tránsito de vehículos en planta-, estas amenazas son gestionadas mediante una jerarquía de controles preventivos y una mejora continua en ingeniería, protocolos y capacitación".
Estrategias de prevención
Para prevenir accidentes y enfermedades profesionales en las PTAS, en Aguas Andinas comienzan realizando un análisis detallado de los riesgos presentes en cada instalación, aplicando medidas de eliminación, control o mitigación. "Contamos con procedimientos y estándares claros para trabajos de alto riesgo, programas de vacunación preventiva y provisión de elementos de protección personal. Además, desarrollamos un robusto plan de formación continua y visitas de seguridad que involucran a toda la línea de liderazgo, desde el gerente general hasta los supervisores. Estas visitas permiten detectar conductas inseguras, reforzar buenas prácticas y fortalecer la cultura del autocuidado. También promovemos el liderazgo preventivo y reconocemos a quienes destacan en seguridad. Todo esto se enmarca en una visión donde la seguridad no es negociable y se construye desde el compromiso activo de todas las áreas", afirma Francisco Javier de Fuentes.
La prevención de enfermedades profesionales, en tanto, se basa en evaluaciones periódicas de riesgos, mediciones ambientales y un programa de vigilancia médica en coordinación con la ACHS. "Identificamos agentes presentes en nuestras operaciones y definimos protocolos específicos para su control. Esto se complementa con planes de vacunación, capacitaciones según perfiles de exposición y la exigencia del uso correcto de equipos de protección personal como última barrera de defensa", resalta el especialista.
Por su parte, en Aguas Nuevas plantean que para evitar accidentes y enfermedades en las PTAS es fundamental "realizar de manera oportuna una correcta evaluación de los riesgos, en conjunto con las jefaturas, trabajadores y encargado de seguridad y salud del trabajo, lo cual nos ayuda a enfocar nuestros esfuerzos en los aspectos críticos de cada proceso".
Es fundamental hacer constantes evaluaciones de riesgos en las PTAS.
También relevan el rol de los comités paritarios de higiene y seguridad en cada empresa, la labor conjunta que realizan con la ACHS, y el aporte de la tecnología. "En nuestro caso, una aplicación que se instala en cualquier teléfono móvil puede respaldar la ejecución de las actividades críticas, monitoreando de manera remota las condiciones iniciales del trabajo. Mantenemos, asimismo, un programa de capacitación permanente en estos temas", especifican.
Para prevenir enfermedades, en tanto, en la compañía evalúan cada agente biológico o químico de manera cualitativa en primera instancia, determinando si existe algún nivel crítico de exposición. Si está sobre lo normado, se realiza una medición cuantitativa.
Todas las evaluaciones se ejecutan en cada PTAS y proceso en particular, considerando variables como tiempo y nivel de exposición (de acuerdo a la normativa vigente) y condiciones del ambiente. "Una vez asignado el nivel de riesgo se entregan las recomendaciones de medidas, que pueden ir desde limitar tiempos de exposición; incorporar sistemas automatizados, barreras que limiten la exposición y elementos de protección personal; hasta realizar capacitaciones específicas según el riesgo detectado. Para los de tipo biológico, contamos con un programa de vacunación para todo el personal expuesto a aguas servidas, el que incluye hepatitis-B y tifus", detallan.
Baja accidentabilidad
Francisco Javier de Fuentes asegura que la seguridad y salud ocupacional son pilares esenciales de la gestión y propósito en Aguas Andinas. Esto quedó demostrado en 2024 con una tasa de accidentabilidad de 1,70, "significativamente inferior al promedio del rubro a nivel nacional, que fue de 3,22, según datos de la Superintendencia de Seguridad Social a través de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS). Y su tasa de siniestralidad fue de 31,10, también por debajo del promedio nacional de 41. Son indicadores que reflejan el esfuerzo sistemático de toda la compañía por promover una cultura preventiva sólida, transversal y en permanente evolución, que abarca tanto a nuestros trabajadores como a empresas contratistas", acota el especialista.
En Aguas Nuevas, en tanto, resaltan que las cinco empresas del grupo fueron recertificadas por 3 años bajo la norma ISO 45001:2023 y trabajan con decisión en controlar los incidentes laborales. Añaden que "nuestras instalaciones cuentan con un estándar definido, con condiciones óptimas para su correcto funcionamiento y operación. Gracias a esta labor, hoy tenemos cifras de accidentabilidad que están por debajo del promedio del sector".
Artículo publicado en InduAmbiente n° 194 (mayo-junio 2025), páginas 82 a 83.