Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Soluciones Naturales

Soluciones Naturales

Revisamos las soluciones y desafios basados en la naturaleza, y sus posibilidades de afrontar el cambio climático.



En medio de la crisis climática que vive el planeta y a propósito de los incendios forestales que han azotado a nuestro país durante el último tiempo, es bien probable que usted haya escuchado hablar varias veces de las “soluciones basadas en la naturaleza” (SbN). A pesar de lo que sugiere su nombre, ¿sabe bien de qué se tratan y cuál puede ser su aporte para afrontar el cambio climático?

Para aclararlo, Paola Matus, jefe de proyectos de Escenarios Hídricos 2030 en Fundación Chile, señala: “Las SbN, de acuerdo con el Comité Científico de Cambio Climático del MMA (Ministerio del Medio Ambiente), son acciones para proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados. Este tipo de soluciones abordan eficaz y adaptativamente los desafíos de la sociedad como el cambio climático, la seguridad alimentaria e hídrica y el riesgo de desastres, y al mismo tiempo, proporcionan beneficios para el desarrollo sustentable y la biodiversidad. En otras palabras, tratan de aprovechar la enorme capacidad de los ciclos naturales en beneficio de todas las formas de vida amenazadas actualmente por la crisis climática”.

La doctora Gladys Vidal, Directora del Centro de Recursos Hídricos por la Agricultura y Minería (CRHIAM) liderado por la Universidad de Concepción en asociación con la Universidad de La Frontera y la Universidad del Desarrollo, entrega otros antecedentes: “Las soluciones basadas en la naturaleza representan un enfoque holístico para la adaptación y construcción de resiliencia de los sistemas socio-ecológicos-tecnológicos con equilibrio en los pilares social, ambiental y económico. Las SbN se refieren a un conjunto de acciones o políticas que aprovechan el poder de la naturaleza para abordar algunos de los desafíos sociales y ambientales más urgentes, como la amenaza de la disponibilidad del agua, el creciente riesgo de desastres naturales o el cambio climático”.

Añade que el aprovechamiento de la naturaleza y los procesos naturales a través de la implementación de estas soluciones puede fortalecer la capacidad de un ecosistema para hacer frente a retos múltiples e interconectados“Las SbN pueden proporcionar servicios integrados y soluciones multifuncionales a los desafíos críticos de la sociedad mediante la entrega de múltiples beneficios primarios y co-beneficios a través de la provisión de servicios ecosistémicos”, apunta.

Múltiples aportes

En línea con lo anterior, las especialistas destacan que las soluciones basadas en la naturaleza pueden contribuir de numerosas formas a aumentar la resiliencia frente al cambio climático.

Paola Matus comenta: "Las SbN desarrollan estabilidad y resilencia a las crisis futuras, dado que proporcionan protección contra los desastres naturales y otros impactos del cambio climático. Son una opción costo-efectiva y sostenible para hacer frente a la crisis climática. Así lo ha determinado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y otros organismos mundiales. Un ejemplo de lo anterior es la siguiente comparación (Barclays, 2021): el costo de conservación de las fuentes naturales de agua es 18 veces menor que el costo de reemplazarlas de forma artificial. Asimismo, se ha establecido que el manejo sustentable y la restauración de ecosistemas puede contribuir con un 33% de las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático de manera más costo- eficiente, dado que sus beneficios son 10 veces más altos que sus costos de implementación (IPBES, 2019). En este sentido, un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2019) indicó que un beneficio clave de las SbN es su valor económico, debido a que tienen una mayor resiliencia al cambio climático que los enfoques puramente grises (infraestructura tradicional)”.

A su vez, Gladys Vidal señala que las soluciones basadas en la naturaleza mejoran inherentemente la calidad de los ecosistemas y la diversidad biológica y que, actualmente, los principales desafíos sociales que abordan “incluyen resiliencia climática (tanto adaptación como mitigación), gestión del agua, clima y naturaleza, restauración ecológica y gestión de espacios verdes, mejora de la biodiversidad, calidad del aire y regeneración urbana. Además, pueden contribuir a mejorar las estrategias de uso del suelo, planificación y gobernanza participativas, equidad social, justicia social, y cohesión e inclusión social, conocimiento y desarrollo de capacidades sociales para transformaciones de resiliencia, salud y bienestar, y oportunidades económicas, innovaciones socioecológicas y empleos verdes”.

La directora del CRHIAM advierte que hoy en día “existe una conceptualización muy estrecha y limitada sobre las SbN. En general se confunden sus beneficios con una homologación a las tecnologías convencionales de tratamiento intensivo de contaminantes”. Agrega que en lugar de eso, estas soluciones “nos invitan, por ejemplo, a transformar las ciudades diseñadas íntegramente bajo el paradigma de la ‘infraestructura gris’ a ciudades con ‘infraestructura verde’, las que se caracterizan por mejorar la calidad de aire, conservar la temperatura, aumentar la biodiversidad en las ciudades y generar corredores biológicos, lo que impacta directamente en la salud física y sicológica de sus habitantes y, por otro lado, aportan a la resiliencia frente a los cambios que generan las nuevas condiciones climáticas”.

Soluciones naturales-Ignacio Rodriguez 300Las soluciones basadas en la naturaleza tienen dos fortalezas: Son más resilentes y entregan diferentes servicios, menciona Ignacio Rodriguez.

Numerosas opciones

Sobre el escenario descrito, Paola Matus indica que existen innumerables soluciones basadas en la naturaleza y que las más conocidas se clasifican en cuatros grupos:

·      Restauración de ecosistemas hídricos: Recuperación y conservación de humedales naturales (ríos, estuarios, bofedales, turberas, etc.), reforestación y forestación de cuencas, restauración de riberas de ríos, recarga natural de acuíferos, protección estratégica de ecosistemas, eliminación de especies invasoras, reconexión de ríos y llanuras de infiltración, zanjas de infiltración.

·      Soluciones ancestrales: Sistema tradicional para recarga superficial de acuíferos (amunas), sistema tradicional de captación y almacenamiento de aguas lluvias (Cochas, Tipishcas/Jagüeyes), bordes superficiales para disminuir escorrentía (Jollas).

·      Economía Circular: Agroforestería, permacultura, prácticas agrícolas y forestales sostenibles; prácticas de ganadería y pastoreo apropiadas.

·      Ciudades verdes y resilientes: Pavimentos permeables, plazas de agua para recolección de aguas lluvia, jardines de lluvia para recolección de agua de escorrentía, edificios y techos verdes, humedales artificiales, forestación de parques con especies nativas, agricultura vertical.

Humedales artificiales

Algunas de las soluciones mencionadas ya se están probando y aplicando en Chile. Un ejemplo son las iniciativas con que se busca aportar al cuidado de las aguas en un contexto de cambio climático. Al respecto, Paola Matus destaca algunos “esfuerzos como la recarga de acuíferos libres mediante el uso de zanjas de infiltración en comunidades agrícolas en Curepto, o ensayos realizados por la Dirección de Obras Hidráulicas en el río Aconcagua mediante la construcción de empozamientos en la llanura aluvial, que están generando promisorios resultados para reestablecer el ciclo del agua”.

Asimismo, comenta que Fundación Chile desarrolló una SbN para tratar aguas residuales domésticas e industriales a través de una tecnología patentada llamada Biotreat, que consiste en el uso de humedales artificiales sub-superficiales. “Se trata de un sistema de tratamiento pasivo de bajo costo –en comparación a otras tecnologías como lodos activados– y que tiene bajo consumo energético, no necesita adición de químicos, y requiere baja mantención. El tratamiento es capaz de degradar contaminantes y producir aguas de alta calidad, aptas para descarga a cuerpos de agua superficiales y/o reúso para distintos fines. Además, este sistema aporta al paisajismo por su uso de especies vegetales locales, sumando áreas verdes y hábitat para biodiversidad”, resalta.

Soluciones naturales-Gladys Vidal 300El aprovechamiento de la naturaleza a través de estas soluciones puede fortalecer la capacidad de un ecosistema, menciona Gladys Vidal.

Otra entidad que ha estado trabajando en este tipo de SbN es el Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral de Chile (CEHUM). Sus primeros proyectos se enfocaron en la construcción de humedales depuradores de aguas residuales para reutilizar el agua tratada a nivel domiciliario. Luego, probaron esta alternativa para recuperar agua para riego agrícola, en proyectos que instalaron en Iquique, Quilpué, Curicó, Talca y Valdivia, concluyendo que es posible reutilizar un 80% de los recursos hídricos tratados. Y actualmente están desarrollando otra iniciativa piloto que busca mejorar la calidad de los residuos líquidos en una industria quesera.

El Dr. Ignacio Rodríguez, director ejecutivo del CEHUM, comenta: “Hemos producido una serie de datos, probablemente la más completa del país, en términos del reúso de agua en varias zonas climáticas de Chile, particularmente para aguas grises, pero también para aguas negras y hemos constatado la eficiencia de estos sistemas para eliminar agua contaminada o para depurar contaminantes, pero además hemos calculado suficiencia en términos de cuánto es posible recuperar (más del 80%)”.

Luego, en términos más generales, destaca el aporte que las SbN pueden hacer para resguardar los recursos hídricos en un contexto de cambio climático: “Las soluciones basadas en la naturaleza tienen dos fortalezas. La primera es que son más resilientes a los cambios, es decir, tienen una mayor versatilidad ante los cambios del ciclo hidrológico, el cambio climático y temperatura, versus las soluciones convencionales. Lo segundo, es que entregan diferentes servicios. El típico ejemplo es un colector versus un humedal. El colector lleva agua eficientemente de un lado a otro, pero no infiltra, no limpia, no hace hábitat, no puede ser utilizada como un parque, no se puede hacer avistamiento o turismo, no controla temperatura. Entonces si se mide por la eficiencia de llevar el agua de un lado a otro, el colector supera al humedal, pero si se sopesan todos los demás beneficios, el humedal tiende a sobrepasarlo por mucho. Esa perspectiva hay que tenerla siempre en cuenta cuando se valoran este tipo de soluciones, cosa que tiende a faltar, porque la valoración muchas veces se hace de forma unidimensional”.

Rodríguez señala que lo anterior tiene que ver con la integralidad y los métodos con que se valoran estas soluciones. “El Ministerio de Desarrollo Social, que es quien da los vistos buenos para que esto se materialice, no necesariamente cuenta con métodos adecuados para valorarlo, por lo que ya mencioné anteriormente: se valora una dimensión. Por eso las SbN tienden a estar en desventaja. Sin embargo, si se valorara integralmente, el costo/beneficio socioecológico puede ser muchísimo más grande. Las SbN, por ejemplo los humedales depuradores, tienen una vida muy larga y tienden a superar en su durabilidad a las soluciones convencionales por lo que deben ser valoradas también a más largo plazo”, afirma.

El especialista comenta finalmente: “Ahora que ya hay más datos duros respecto de la eficiencia en la depuración de agua gracias a proyectos que nos hemos adjudicado de CORFO y ANID, particularmente, estamos en condiciones de abrir más esta conversación sobre sus beneficios a más tomadores de decisión, para que se puedan implementar nuevos métodos de valoración económica y social que no sea unidimensional como hasta ahora”.

Desafíos a abordar

A las dificultades planteadas por Ignacio Rodríguez, se suman otros desafíos para ampliar el uso de las SbN en Chile.

Desde Fundación Chile, Paola Matus señala: “Los proyectos de SbN aún deben alcanzar escalabilidad y monitorización de sus impactos para que implementarlas sea en forma más amplia. Las principales barreras que encuentra este tipo de soluciones son la insuficiencia de recursos, de confianza y preparación técnicas. Todo ello, además de escasez de proveedores que tengan la expertise para la implementación de estas soluciones. De acuerdo con un estudio del WRI (World Resources Institute) se llegó a la conclusión de que de 156 proyectos de SbN en América Latina y el Caribe, alrededor del 75% se financia principalmente con recursos provenientes de subvenciones y el 60% aún se encuentra en búsqueda de recursos”.

Luego, apunta los principales desafíos que a su juicio se deben abordar para que estas soluciones emergentes se puedan llegar a aplicar de manera masiva:

·      Conocer sus múltiples beneficios e impactos positivos para integrarlos en la política pública.

·      Pasar de la mirada sectorial a la mirada sistémica territorial a nivel de cuencas donde se produce el mayor beneficio e impacto positivo de estas soluciones.

·      Adaptar los instrumentos de gestión y mecanismos de financiamiento públicos a este tipo de soluciones para habilitar su aplicación masiva en ministerios como agricultura, obras públicas y otros.

·      Generar incentivos y fomentar instrumentos como el Sello Azul y conceptos como el Agua Positivo para que sean aplicados por el sector privado.

·      Desarrollar capacidades y un mercado de proveedores para ampliar la oferta de estas soluciones en Chile.

Por su parte, Gladys Vidal reitera la necesidad de ampliar la mirada en torno al concepto de SbN, que en Chile “básicamente están entendidas como un tipo de tecnología para descontaminar”. Y agrega: “Un correcto entendimiento y alcance de las SbN, va de la mano con formas sustentables de producción, consumo y entendimiento de las necesidades actuales de la población y el planeta como, por ejemplo, cómo construimos ciudades más resilientes y sistemas productivos que involucren en su conceptualización la capacidad máxima de carga de los ecosistemas”.

Asimismo, opina que otro obstáculo es la limitada evidencia científica que existe sobre la materia. “La enseñanza a los diferentes niveles es entregada en forma disciplinar, por lo que el conocimiento es muy fragmentado y esto incide directamente en el entendimiento de la naturaleza, sus servicios ecosistémicos y la pérdida de ellos por la acción antrópica, los desastres naturales y/o el cambio climático que está afectando el planeta”, concluye.

Soluciones naturales-Paola Matus 300Las principales barreras de estas soluciones son la insuficiencia de recursos, confianza y preparaciones técnicas, menciona Paola Matus.

RECUADRO:

Involucrar a las partes

¿Qué aspectos se deben considerar para aplicar adecuadamente este tipo de soluciones y qué características debieran tener para ser costo-eficientes?

Paola Matus responde: “Es crucial que en la adopción de SbN se potencie simultáneamente la resiliencia de las sociedades y la de los ecosistemas, de forma transversal entre sectores y en función de distintas escalas de manejo, priorizando las soluciones locales. Estas medidas deben desarrollarse en los territorios en conjunto con las comunidades locales, de manera de respetar sus derechos y asegurar la justa distribución de costos y beneficios en la protección del medio ambiente”.

De manera coincidente, Gladys Vidal comenta que la planificación de estas soluciones 
“debe involucrar a las partes interesadas en el diseño, implementación y evaluación de sus procesos”.

Artículo publicado en InduAmbiente n° 186 (enero-febrero 2024), páginas 44 a 47.