Un mal olor, que persiste en el tiempo, es muy difícil de tolerar. Eso les pasó a muchos habitantes de Freirina, en 2012, tras la instalación de un mega plantel de producción de cerdos. La crisis socioambiental desembocó en el cierre del establecimiento y en la publicación, en 2014, de una estrategia para la gestión de este contaminante a nivel país por parte del Ministerio del Medio Ambiente.
Una de las líneas de acción de esa herramienta, actualizada en 2017, fue el fortalecimiento del marco regulatorio, incluyendo la elaboración de normas para limitar la emisión de olores en planteles porcinos, plantas pesqueras, plantas de tratamiento de aguas servidas, plantas de celulosa Kraft y sitios de disposición final de residuos sólidos domiciliarios.
Precisamente sobre cómo ha sido la implementación de la regulación para criaderos de cerdo, la primera en vigor desde 2023; el estado de las otras normas priorizadas; las tecnologías y servicios para la medición, modelación, caracterización y control de olores; la fiscalización en esta área; y el rol de las comunidades, principalmente, debatieron seis especialistas de los sectores público y privado ligados hace numerosos años a esta temática. Póngase cómodo y disfrute la conversación.
Invitados:
Daniela Caimanque
Encargada de regulación de olores en el Ministerio del Medio Ambiente
Mauricio Grez
Profesional de la sección Calidad del Aire y Emisiones Atmosféricas de la Superintendencia del Medio Ambiente
Daniela Álvarez
Gerente de Sostenibilidad en ChileCarne
Fabiola Vega
Gerente Comercial Control de Olores y Derrames de Ecolife
Miguel Gatica
Gerente del área de Ingeniería en Olores de Proterm
María José Bravo
Directora de Proyectos Ambientales de la Unidad de Monitoreo, Caracterización y Modelación de Gases y Olores en Salimax
InduAmbiente: Para iniciar esta conversación, sobre los avances y desafíos en materia de gestión de olores en Chile, los invitamos a construir un diagnóstico entre todos. Para eso, les pedimos que destaquen un avance entre los muchos que existen en los últimos años, tratando de no repetirse.
Caimanque: Cuando nos comenzamos a enfocar en este tema, y ante los conflictos socioambientales producidos por olores, como Ministerio del Medio Ambiente decidimos publicar en el año 2014 una estrategia para la gestión de olores, lo que fue un hito súper importante. Y dentro de sus pilares está el fortalecimiento regulatorio, por lo que un avance importante fue dictar en Chile la primera norma de emisión de olores, que aplica al sector porcino.
Álvarez: Para nosotros, lo más relevante es estar a medio camino en la implementación de la norma, con los planteles con un 50% de cumplimiento de la meta. El otro 50% pasa porque se hagan las inversiones, se prueben los equipos y todo lo que tenga que ver con la mitigación de olores. Aunque hemos logrado avances positivos hasta ahora y estamos súper confiados en que vamos a salir adelante, igual nos asusta el hecho que todavía nos quede ese 50% para lograr el objetivo.
Los recursos están comprometidos y se estima que los planteles requerirán 82 millones de dólares de inversión para el cumplimiento cabal de la norma. Y si bien aún no se ha desembolsado la mitad de ese monto, sí estamos, como ya dije, en el 50% de su cumplimiento. La parte más onerosa de ese desembolso la tienen que hacer las instalaciones más grandes.
Vega: Me voy a tomar de esa norma y de la inversión realizada por los planteles porcinos para comentar que para su implementación se necesita de empresas como Ecolife, que pueden aportar sus tecnologías y sus desarrollos a lo que la regulación requiere. Nos vamos adaptando a lo que la norma exige y estamos ahora a disposición de esta industria y después de las celulosas, de las pesqueras y de todas las empresas que demanden soluciones. Nuestro objetivo permanente es contar con las mejores tecnologías para apoyar el cumplimiento de esta normativa y que esa inversión que se está realizando desarrolle el mercado con más puestos de trabajo, asistencia técnica y asesoría. Este tipo de normativas mueve mucho la economía y permite el desarrollo de tecnología.
Bravo: Respecto de la norma porcina y de las próximas que vienen, como Laboratorio Salimax tenemos propuestas para mejorar el muestreo. Haciendo esta labor en planteles de cerdos, que no fue fácil, aprendimos mucho y por eso creemos que se puede optimizar el proceso. Ahora bien, nosotros queremos relevar el concepto de los gases como precursores del olor. Tenemos instalados sistemas para monitorear el perímetro de las plantas que pueden modificarse para medir la emisión directa de la fuente. En el análisis odorante es muy interesante saber cuál es el gas que lo genera para poder controlarlo con una tecnología específica y así reducir el olor.
Grez: Como representante de la SMA destaco, además de la norma de emisión de olores porcinos, la evolución que ha tenido la gestión del tema olor dentro de la institución, desde la época sin normas. Junto con éstas debemos fiscalizar instrumentos de carácter ambiental que son de nuestra competencia, como programas de cumplimiento y medidas provisionales. Y en muchos casos ellas han tenido relación con impactos por olor, por lo que tanto los laboratorios como los titulares han presentado medidas y tecnologías para evitar efectos sobre la salud de las personas utilizando herramientas que la Superintendencia, entre comillas, no manejaba. Sí sabíamos de modelación de olor, pero tuvimos que centrarnos en las tecnologías de abatimiento y empezar a estudiarlas para nivelarnos con laboratorios y titulares de proyectos, que iban un paso adelante.
Gatica: Como mencionó Daniela (Caimanque), son varios los avances que se han registrado a partir de la publicación de la Estrategia para la Gestión de Olores. Yo destaco, por ejemplo, el marco regulatorio que ha permitido, a través de guías, instructivos y planes de gestión de olor, poner estas herramientas a disposición de las empresas que generan olores molestos. Ya se sabe cuáles son los proyectos que tienen potencial de generar olor y cada vez son más robustos los estudios de impacto odorante, que tienen además un plan de gestión de olores asociado.
En nuestro caso, claramente hemos crecido en función de cómo ha ido avanzando también la normativa. Fuimos el primer laboratorio acreditado ISO 17.025 y, de acuerdo con las distintas necesidades de los clientes, hemos ido variando los servicios. Contamos con analizadores ambientales en tiempo real y otras técnicas, distintas a la olfatometría, como panelistas de campo, ciencia ciudadana... Sin duda, que en estos últimos 10 años se ha avanzado bastante.
InduAmbiente: Daniela (Caimanque), ¿habrá una nueva actualización de la Estrategia considerando que han pasado ocho años desde su última versión?
Caimanque: Sí, publicaremos una nueva actualización. Acá lo importante es que, como parte de la Estrategia, no solamente hemos avanzado en la publicación de la primera norma de olores para el sector porcino, sino que también estamos en la etapa final de elaboración de la regulación que aplica a la industria pesquera, y de la segunda revisión de la norma para las plantas de celulosa. Ambas normativas están en el Ministerio Secretaría General de la Presidencia para la firma del Presidente de la República. Entonces, es relevante que continuemos regulando en este ámbito y en la actualización de la Estrategia queremos plasmar, luego de hacer un diagnóstico, lo que vamos a hacer con los otros sectores generadores de olores. Digo esto, porque hay que definir cuál es el instrumento legal más eficiente para regular olores en plantas de tratamiento de aguas servidas (PTAS). Hoy estamos en busca de esa respuesta. Lo mismo para rellenos sanitarios, porque las normas de emisión no son las únicas alternativas.
También tenemos que avanzar en otras acciones como ya lo hicimos, antes de la aparición de la primera norma, en la estandarización de los métodos de medición de olores. Además, es fundamental incrementar el conocimiento en la materia y fortalecer la gestión ambiental local, porque esta problemática se da a ese nivel.
InduAmbiente: Si no se dicta una norma de emisión para las PTAS, ¿qué otra solución se podría implementar?
Caimanque: Estamos trabajando de manera colaborativa con la Superintendencia de Servicios Sanitarios para optar, a lo mejor, por alguno de los instrumentos que ellos tienen, pero estamos en periodo de análisis.
InduAmbiente: ¿Hay otro(s) sector(es) generadores de olor que se podrían incorporar a la Estrategia y tener su propia norma?
Caimanque: Por supuesto, aparte de los cinco sectores priorizados en 2017 están, por ejemplo, las plantas avícolas, que también son una fuente generadora de olor. Y así sucesivamente, porque van apareciendo nuevas actividades con potenciales impactos. Para cada una de ellas, como lo establece la Estrategia, se requiere efectuar un diagnóstico para determinar cuál es un instrumento regulatorio más adecuado.
Evaluación normativa
InduAmbiente: ¿Cómo evalúan en el Ministerio la implementación de la norma para los planteles de cerdo?
Caimanque: Esa norma tiene exigencias que se pueden ir cumpliendo gradualmente y hay un plazo para que eso ocurra. En algunos casos esas obligaciones aún no se cumplen. La regulación tiene un sistema de reportabilidad y la información que generan las empresas está llegando a la Superintendencia del Medio Ambiente. Mientras más antecedentes tengamos de este sector regulado un mejor diagnóstico podremos hacer del mismo. En resumen, la implementación de esta normativa sigue en desarrollo.
InduAmbiente: Daniela (Álvarez), entonces, ¿hasta ahora están al día en el cumplimiento?
Álvarez: Sí, considerando solo a nuestros socios, aunque representamos al 96% de esta industria. Del resto no tengo información. En todo caso, muchos planteles están a la espera que la SMA emita las resoluciones que son vinculantes para el cumplimiento, ya que definen cuál es la tasa de emisión de olor que deben tener. Un grupo ya hizo el monitoreo y entregaron un informe inicial con esos datos, que determinarán las distintas medidas que deben implementar de acuerdo con su tamaño. En concreto, las instalaciones más pequeñas, que tienen que reducir un 70% de las emisiones en las lagunas de almacenamiento de purines, ya tienen claro el resultado de sus mediciones y las medidas que tendrían que aplicar. Sin embargo, algunos de sus propietarios, que son de campo, prefieren no hacer inversiones aún a la espera de la resolución de la SMA ante la posibilidad que tengan que repetir el monitoreo. Sin embargo, reitero que tienen claro el plan a aplicar y están trabajando en ello. Tuvieron que informar también sobre sus prácticas operacionales y a partir de 2025 tienen que llevar un registro de las mismas.
InduAmbiente: ¿Hay casos de planteles que no pudieron cumplir y tuvieron que cerrar?
Álvarez: Sí, hay cuatro casos. Pero no es que no puedan cumplir, sino que sus responsables se han visto complicados en el abordaje de la norma desde los puntos de vista administrativo y de inversiones. Y otros planteles pequeños van a seguir cerrando por lo mismo. Algunos han arrendado sus instalaciones a empresas más grandes. Ahora bien, las exigencias ambientales que vienen desde la Ley de Bases han hecho que de 100 empresas que existían en los años 90 ahora tengamos solo 18. Y creo que vamos a terminar con 10 de aquí al 2030.
Una desventaja que ha propiciado el cierre de planteles es su ubicación en las regiones Metropolitana y de O'Higgins, zonas del país que han sido absorbidas por el crecimiento de parcelaciones de agrado. Hay más terrenos destinados a este uso que al de viviendas, lo que es una locura. Por lo tanto, necesitamos con urgencia un ordenamiento territorial para vincular a este proceso las normas de olores y ambientales en general. Es lo que ocurre, por ejemplo, en países europeos y en Australia, donde están bien delimitadas las zonas urbanas, de crecimiento, rurales y otras, con límites de emisión diferentes según sea el caso. O sea, si vas a producir cerdos tendrá que ser en un sector rural con exigencias de emisión de olores que te lo van a permitir. Entonces, tenemos que ponerle "el cascabel al gato" y para eso tenemos al Congreso y al Ministerio del Medio Ambiente. Si en otros países funciona, acá debería ocurrir lo mismo, por lo que le dejo la inquietud a Daniela (Caimanque), aunque sé que esto del territorio no tiene que ver solo con olores, sino que es un tema mucho más transversal.
InduAmbiente: Mauricio (Grez), desde el punto de vista de la SMA, ¿en qué está la implementación de esta norma? ¿han visto dificultades en los sujetos regulados para cumplirla?
Grez: Primero, por decirlo de alguna manera, esta es una norma atípica para lo que estábamos acostumbrados a hacer en la SMA. Lo digo, porque solo fiscalizábamos regulaciones en cuyos decretos supremos ya están establecidos los límites de algo. Y en el caso de la norma para planteles de cerdos, vía resolución, nosotros fijaremos esos límites. Además, por el tipo de norma, hemos tenido que vincularnos con el mundo rural a través de un sistema de reportabilidad que muchas veces no se entendió. Nos reunimos con los titulares y tratamos de homologar conceptos entre distintos tipos de planteles para resolver los problemas que surgían con los catastros. En estos primeros años de implementación hemos hecho numerosos talleres de asistencia al cumplimiento e, incluso, a través del canal oficial de la Superintendencia, en mini reuniones, se han cargado en vivo datos y documentos de planteles con el apoyo del equipo de tecnologías de la información. Fue bien pedregoso el inicio de la implementación de esta normativa.
Actualmente, tenemos antecedentes de unos 80 planteles en total, a algunos de los cuales tuvimos que hacer requerimiento de información de catastros o prácticas operacionales una y hasta dos veces, ya sea porque ésta no cargaba o la que se subía era muy antigua. Ha sido un trabajo bien laborioso, pero seguimos avanzando y hoy estamos elaborando los informes de fiscalización ambiental que van a dar pie a las resoluciones.
InduAmbiente: ¿En qué consiste el plan de fiscalización a estos planteles?
Grez: En la primera etapa, durante el periodo de reportabilidad de la TEO (tasa de emisión de olor) y prácticas operacionales, visitamos 11 instalaciones para verificar si el catastro informado, que estaba en nuestro sistema, era el mismo que manejaba la empresa. Y, lo que es muy positivo, no encontramos diferencias. Más que seguir haciendo inspecciones, estamos abocados durante estos meses a elaborar informes de fiscalización y sacar las resoluciones para cada plantel.
Interés por cumplir
InduAmbiente: Fabiola (Vega), María José (Bravo) y Miguel (Gatica), como prestadores de servicios y proveedores de tecnologías, ¿cómo ha sido su experiencia respecto a la aplicación de esta primera norma de olores?
Vega: Veo gran interés por cumplir la normativa, aunque, como dijo Daniela (Álvarez), muchos titulares de proyectos están esperando conocer las obligaciones que les impondrán antes de adoptar las medidas necesarias. Esa es la primera conclusión que sacamos después de hacer un barrido de nuestros potenciales clientes en el sector porcino, a quienes les presentamos las tecnologías de mitigación del olor. En Ecolife, lo primero que hacemos es orientarlos y para eso nos hemos tenido que preparar, estudiar bien la norma y las condiciones que tiene cada plantel para cumplirla. Ahora hay más conocimiento de la regulación y no el temor general del comienzo respecto a hacer inversiones que después no les sirvieran.
En este camino de implementación de la norma nos hemos encontrado con empresas que hacen diagnósticos, análisis y con las cuales podemos complementar servicios. Nos motiva que haya interés del sector por cumplir la norma y, con ese objetivo, busquen nuestra asesoría.
Bravo: Nosotros empezamos a trabajar con planteles de cerdo mucho antes que saliera la norma. Y hemos percibido en todo este tiempo que, en general, el interés de las empresas del sector por reducir el olor es constante, trabajando de forma proactiva para hacerlo posible. Entonces, nuestra experiencia en muestreo les ha servido mucho para lograr dicho objetivo. Lo entretenido es que hemos aprendido en conjunto para avanzar y mejorar tanto nuestros sistemas de muestreo como los de las empresas de cerdos y de otros rubros que generan olores.
En otro tema, y como dijo Daniela (Álvarez), tiene que haber una evolución en la planificación territorial. Esto es muy importante, porque se viene la norma de olores para las plantas pesqueras y todas ellas están rodeadas de casas. Lo mismo respecto a las plantas de tratamiento de aguas servidas. Se instala una planta y la población de a poco se va acercando. ¿Y qué pasa con esto? Que como las viviendas están cada vez más cerca de las instalaciones el impacto por olores va aumentando y la TEO que se tenía normada para el primer receptor tiene que perfeccionarse. Es un desafío constante.
Gatica: De acuerdo con la experiencia de Proterm, creo que hay un gran interés de los sectores porcino, pesquero y de celulosa por cumplir las normas en materia de olores. Quieren producir sin molestar a nadie. Se ha hecho un gran esfuerzo de parte de los planteles de cerdo, de las entidades gubernamentales y de las empresas como la nuestra para avanzar en el cumplimiento de esta norma. Sin embargo, yo he palpado la preocupación que existe sobre si basta solo con presentar estudios de impacto odorante y cumplir todo lo exigido, porque algunos planteles lo hacen e igual tienen problemas con la comunidad. Por lo mismo, cobra relevancia lo que comentaba Daniela (Álvarez) en el sentido que hay empresas que operan sin complicaciones, pero se les acerca la comunidad y se generan conflictos socioambientales.
No obstante lo anterior, destaco la preocupación de todos los actores en tratar de avanzar, de superarse, en nuestro caso como laboratorio de implementar las mejores técnicas, de estar al día con las normas, de acreditarlas. Y por el lado de los productores de cerdo valoro el esfuerzo de muchos no solo por medir olores a través de olfatometría, sino que también por instalar analizadores de gases en línea, incluso conectados con equipos de control de olores. Además, he percibido su inquietud por capacitarse. De hecho, mañana (13 de junio), realizaremos con ChileCarne una gran capacitación a más de 60 personas, incluyendo muchos productores.
InduAmbiente: Y las exigencias técnicas de modelación o monitoreo que exige la norma ¿están bien o se deben mejorar?
Gatica: Todo es perfectible. Hay que considerar que las empresas toman decisiones en base a los resultados que les entregamos los laboratorios, por lo que el piso mínimo que tenemos es estar acreditados bajo la norma ISO 17025, que aporta confianza. Porque si tu equipo no está calibrado, no está contrastado, si el olfatómetro no diluye lo que dice diluir, difícilmente los clientes van a tomar una buena decisión.
Respecto a las modelaciones, siempre hay que estar cumpliendo con los instructivos. En ese sentido, el Ministerio de Medio Ambiente y el Servicio de Evaluación Ambiental han ido avanzando y se está haciendo una mejora de cómo presentar la información de los estudios de impacto odorante, de las modelaciones.
Grez: Se me había quedado en el tintero, pero en el primer periodo de vigencia de la norma visitamos las instalaciones de los laboratorios y constatamos in situ como trabajan. Y les hicimos muchas preguntas relativas a tomas de muestras, plazos para entregarlas, funcionamiento del olfatómetro, cómo trabajaban en terreno, problemas que encontraban y cómo los solucionaban, homologación de normas técnicas, registros de procedimientos... Hubo, entonces, un trabajo colaborativo y de aprendizaje mutuo en muestreo, medición y modelación entre ambas partes, considerando que los laboratorios iban a ser actores fundamentales en la implementación de la norma.
InduAmbiente: Daniela (Caimanque), en la conversación salió varias veces a la palestra el tema del ordenamiento territorial. ¿Hay posibilidades que el sector público avance en su regulación?
Caimanque: Coincidimos que es una problemática a nivel país y no solo para el ámbito de los olores, porque difícilmente a través de una norma de emisión de olores vamos a solucionarla. Sin embargo, las regulaciones en la materia que está elaborando el Ministerio tienen un enfoque tecnológico que apunta a la reducción de olores desde el origen. Por eso, cuando se implementan tecnologías avanzadas y operan bien se va a disminuir el nivel de olores y existirá un menor impacto en la población cercana. No obstante, creemos que sí es importante avanzar a nivel país en el área de ordenamiento territorial.
InduAmbiente: Y en la industria porcina ¿se están implementando las mejores tecnologías disponibles?
Caimanque: Sí, sobre todo en los planteles grandes se nota el empleo de tecnologías de punta para el abatimiento de olores. También en la industria pesquera. Es que cuando estamos en proceso de elaboración de normas nos gusta visitar las plantas que tienen un buen desempeño en gestión de olores y a otras que les falta. ¿Para qué? Para identificar brechas tecnológicas y saber por qué algunas empresas no han implementado soluciones para mitigar los olores. Y, en cierta forma, las normas las van a empujar a hacerlo. Antes, eso sí, tendrán que hacer la medición de olores bajo uno de los métodos estandarizados.
Cabe recordar también que las normas ambientales se revisan, por lo que, de acuerdo con la experiencia en la aplicación de esta primera norma de emisión de olores, se determinará qué funcionó bien y qué no para considerarlo en su futura actualización.
En la conversación se dejó en claro la necesidad de un mayor ordenamiento territorial en el país para minimizar los conflictos socioambientales por olores.
Proyecto de ley
InduAmbiente: ¿Cabe la posibilidad de tener en el futuro una Ley Marco de Olores? ¿Qué opinión tienen en el Ministerio del proyecto de ley en la materia que se tramita en el Congreso?
Caimanque: No lo hemos contemplado. Sobre dicho proyecto, apoyamos el reconocimiento del olor como un agente contaminante. Sin embargo, esa es una iniciativa parlamentaria, aunque hemos sido consultados y siempre vamos a estar disponibles para responder las inquietudes que el Congreso tenga respecto a esta temática. En el Ministerio estamos trabajando de manera paralela mediante la implementación de la Estrategia para la Gestión de Olores.
Álvarez: Yo tengo una opinión distinta. El proyecto de ley que se está discutiendo no tiene mucho sentido, porque si no tendríamos que normar todos los contaminantes, que en el caso atmosférico son muchos. En olores, específicamente, lo hemos hecho bien y vamos avanzando paso a paso, utilizando las mejores tecnologías que han funcionado en países que partieron antes con las exigencias. Sin embargo, hay que dejar en claro que la emisión de los planteles nunca será cero, porque la naturaleza de la operación provoca su generación. Para que haya una mejora continua se requiere que todos trabajemos en conjunto, poniendo los temas sobre la mesa y analizándolos desde distintas ópticas.
Gatica: Concuerdo con lo que dice Daniela (Álvarez) y la verdad es que la mirada que tienen de afuera de lo que se está haciendo en Chile es súper positiva. Es indudable el buen trabajo que ha hecho el Ministerio del Medio Ambiente y otros actores clave para impulsar y mejorar cada vez más la gestión del olor. Creo que concordamos en que para seguir avanzando debemos estar todos dispuestos a colaborar. O sea, tanto el sector público como el privado deben apoyarse y abordar temas como el de la planificación territorial, que afecta tanto a los productores de cerdo como a otros rubros.
Vega: En la medida que más grupos de interés se sumen mucho mejor porque faltan hartas industrias por regular, como las avícolas.
InduAmbiente: Daniela (Álvarez), recordando lo de Freirina, ¿puede ser viable en el futuro una mega planta de cerdos en el norte?
Álvarez: Es absolutamente viable teniendo claro que las fallas operacionales pueden ocurrir, porque se trabaja con sistemas biológicos y nada es infalible, pero ante un evento hay que tomar todas las medidas para que el impacto sea el menor posible. Existe la tecnología para poder manejar bien grandes centros productivos.
InduAmbiente: Sabemos que el SEIA no es el instrumento para resolver los problemas de ordenamiento territorial, pero la forma cómo se presentan los proyectos ¿puede ayudar?
Caimanque: Sí, de hecho, el año 2017 el SEA publicó una guía para la evaluación de impacto ambiental por olores en el marco del SEIA. Y se hizo sin la existencia de una normativa, por lo que impulsó la predicción del impacto por olor. Entonces, el diseño que tenga una planta nueva, considerando el ordenamiento territorial de la zona donde se va a emplazar y la meteorología, por supuesto que va a servir para disminuir los impactos.
En ese sentido vemos un avance importante. Lo mismo con los estudios de impacto odorante que presentan los laboratorios. Al respecto, quiero mencionar algunas acciones que buscamos impulsar para lograr mejoras. Por ejemplo, nos gustaría estandarizar la forma cómo los laboratorios entregan estos análisis. Para eso, estamos pidiendo la colaboración de todas las instalaciones que ofrecen este servicio en Chile. Vamos a recibir sus observaciones y elaborar un documento en común que establezca un único formato de presentación de esos estudios. ¿Para qué servirá esto? Para que el titular de un proyecto sepa qué información tiene que entregar en forma estandarizada. Y también será útil para los evaluadores, porque a nivel país no todos ellos tienen los conocimientos necesarios en esta materia.
También pretendemos estandarizar el plan de gestión del olor, que es un instructivo que nosotros publicamos en el Ministerio del Medio Ambiente, pero que es genérico. Queremos que no involucre tanto papeleo y que se haga, por qué no, considerando un zoom por sector. Estamos trabajando, por ejemplo, con plantas de compostaje, definiendo cuál sería el formato y qué información deberían entregar. Hay que recordar que hay instrumentos legales que los van a exigir, como el Reglamento Sanitario para Plantas de Compostaje que ya aprobó el Consejo de Ministros en noviembre pasado. En uno de sus artículos obliga a ciertas instalaciones de este tipo a entregar un estudio de impacto odorante y un plan de gestión de olores. Entonces, nuestra idea es ayudar a los titulares que tendrán la obligación de cumplir estas exigencias.
InduAmbiente: Una de las líneas de acción de la Estrategia es el fortalecimiento institucional, ¿se ha hecho lo suficiente en esta materia?
Caimanque: En el Ministerio tenemos profesionales que se enfocan exclusivamente a olores y en un reciente congreso sobre la materia realizado en nuestro país se señaló, justamente, que pocos países tenían ministerios del medio ambiente con personal especializado en olores. Me parece que solo Alemania, Australia y Chile. Esto también se está replicando en otras entidades públicas como la SMA, representada por Mauricio (Grez) acá, y el SEA.
Entonces, creo que sí ha habido un avance sustancial, porque antes de que se publicara la Estrategia la verdad es que como funcionarios públicos no sabíamos mucho de olores, partiendo de cómo se medía. Como Ministerio nos hemos encargado de capacitar y de informar a nuestros colegas de los otros servicios públicos y de las municipalidades sobre la temática olor. Estas últimas son muy importantes, porque cuando hay un problema odorífero la comunidad suele ir a quejarse a los municipios, a los cuales queremos entregarles herramientas para la gestión de olores, porque ahora sí pretendemos avanzar en gestión ambiental local.
Mercado de proveedores
InduAmbiente: Respecto a capacidades, ¿cómo ven la situación de los laboratorios? ¿Es un mercado pequeño aún para atender todos los requerimientos por olores?
Bravo: No, porque creo que todos los laboratorios, más aún los que estamos acreditados, tenemos la capacidad de atender a los distintos rubros. El 2010 se publicó la norma chilena 3190 (que establece la metodología para la medición de olores en el aire utilizando la olfatometría dinámica) y nosotros ya en 2012, a causa del problema en Freirina, partimos trabajando en el ámbito de olores. Entonces, tanto Salimax como muchos laboratorios, incluso algunos que no están acreditados pero sí en proceso de hacerlo, tienen la capacidad para absorber la demanda en esta área.
InduAmbiente: Mauricio (Grez), ¿la SMA impulsa ensayos de intercomparación entre laboratorios dedicados al análisis de olores?
Grez: No, nosotros tenemos un laboratorio en la SMA que tiene otros alcances.
Vega: ¿Quién regula los laboratorios y controla su calidad?
Bravo: Con las acreditaciones y los ensayos interlaboratorios demostramos la capacidad técnica que tenemos para realizar muestreos, análisis y modelaciones con los equipos adecuados.
Álvarez: Algo que nosotros le hemos pedido al Ministerio es que exista mayor estandarización en los métodos de trabajo de los laboratorios o que al menos estén todos acreditados bajo la norma ISO 17025. Lo digo porque en esta primera etapa de implementación de la norma nos hemos encontrado con situaciones aberrantes.
Vega: Si como Ecolife fallamos en lo que hacemos, que es la mitigación de olor, se va a notar porque saldrá mal olor, pero ¿qué pasa con los laboratorios? Yo observo a su personal cuando anda muestreando y me doy cuenta de que hay bastantes diferencias en cómo lo hacen unos y otros.
InduAmbiente: Fabiola (Vega), y en el nicho de ustedes, ¿el mercado de proveedores es aún pequeño?
Vega: No, ha crecido mucho. Ecolife partió hace unos 25 años trabajando en el tema de olores a pedido de empresas como Enap y Arauco y en estos últimos dos años la competencia se ha expandido bastante. Sin embargo, hay un grupo que asegura neutralizar olores u ofrecer otros servicios a valores mucho más bajos, lo que da para dudar. Entonces, hay que revisar muy bien lo que se está ofreciendo en este mercado.
Álvarez: En ChileCarne hicimos un catálogo de tecnologías de mitigación de olores y de proveedores. Partimos, si no me equivoco, con 20 y hoy tenemos 50 empresas. Nuestros asociados nos pidieron hacer una evaluación de todos ellos y, con ese objetivo, este año le mandamos una encuesta a los productores de cerdo y a empresas de otros rubros. Esa información la estamos manejando de manera interna. Es un proceso súper necesario.
Gatica: Es tarea nuestra darle la confianza a las empresas para que prefieran a proveedores con servicios de alto estándar. Proterm, por ejemplo, es ETFA de material particulado y gases, y contamos con la acreditación ISO 17025.
Álvarez: En ChileCarne ya identificamos a cada proveedor y la información está dando vuelta entre los asociados.
Vega: Qué bueno, porque hay empresas que invierten en tecnologías que no son efectivas. Es positivo hacer ese filtro.
Gatica: Agradecemos ese trabajo de ChileCarne. Nosotros hemos perdido clientes porque tenemos mayores precios, pero detrás de ese cobro está todo un sistema de calidad que garantiza buenos resultados y da confianza.
Álvarez: Los productores de cerdo ya entendieron eso.
InduAmbiente: Y el servicio de gestión integral que ofrecen algunos proveedores, ¿es bien valorado por las empresas?
Gatica: Si está la confianza, por supuesto, pero a veces es bueno separar aguas. O sea, que un proveedor se dedique, por ejemplo, solo al diagnóstico, a la evaluación inicial, porque después hay conflictos de interés. No puede ser juez y parte en la entrega de una solución.
Vega: Claro, porque ¿cómo le voy a ofrecer a un productor una tecnología para mitigar olores y después hacer las mediciones? No se puede. Nosotros damos un paso al costado, aunque apoyamos al cliente recomendando, por ejemplo, un laboratorio certificado.
Ciencia ciudadana
InduAmbiente: ¿Qué ejemplos de tecnologías o servicios permiten integrar a las comunidades en el control del olor?
Gatica: Con orgullo puedo decir que Proterm es una de las empresas pioneras en Chile en implementar la ciencia ciudadana, en realizar medición de olor con participación de la comunidad. En 2017 trajimos a Chile la plataforma NasApp y la hemos utilizado en pesqueras, rellenos sanitarios y celulosas. ¿Cómo funciona? Si bien tenemos las mediciones estandarizadas, utilizamos a la gente como un sensor más, poniendo a disposición del cliente todas las evaluaciones que las personas van haciendo. Y no se trata solo de un sistema de quejas, sino que un análisis estadístico de las mismas.
Ahora bien, y como dijo Daniela (Álvarez), siempre existirá olor, por lo que debemos centrarnos en los episodios críticos de olor, y para eso está NassApp y otras aplicaciones que nos permiten integrar a la comunidad como otro sensor, como un aliado más, y evitar que se quejen a través de redes sociales. El gran beneficio de estas aplicaciones es que permiten un contacto directo entre las empresas y sus vecinos para la toma de decisiones. Y también para levantar eventos de olor.
InduAmbiente: Mauricio (Grez), a propósito de quejas, la cantidad de denuncias por olores ¿han aumentado con el paso de los años?
Grez: Sí, más del 50% de las denuncias son por ruido y después vienen las de olores, por lo que es un tema que a la SMA le interesa mucho abordar. Con ese objetivo, estamos fortaleciendo los equipos de fiscalización y sanción. En esta última área hay especialistas del campo de las ciencias que no estaban muy interiorizados con el tema de olores y recurrían a la división de fiscalización, por lo que me tocó hacer capacitaciones internas.
Bravo: Una pregunta para Daniela (Caimanque): ¿cómo vamos a integrar a los gases precursores en la generación de olor de aquí en adelante?
Caimanque: Como estamos avanzando por sector, una buena idea es, por ejemplo, preguntarse si es un olor específico lo que está emitiendo la fuente emisora o una mezcla compleja que llamamos olor compuesto. De hecho, en las celulosas los que se regulan son los compuestos TRS, pero lo que se mide es el ácido sulfhídrico (H2S). Entonces, en el Ministerio no nos cerramos solo a los olores compuestos, sino que también entendemos que hay sectores donde se pueden identificar olores simples a través de un monitoreo continuo del gas odorífico. Por lo tanto, se debe ir viendo por rubro la caracterización de las emisiones.
Bravo: Pero en la realidad vas a encontrar muy pocos olores simples porque el olor es el resultado de una mezcla de gases.
Caimanque: Así es. Volviendo a lo de la ciencia ciudadana quiero hacer un anuncio: en 2026 tenemos planeado homologar la norma española UNE 77270:2023 sobre construcción de mapas de olor colaborativos mediante ciencia ciudadana. O sea, esta metodología que explicó Miguel (Gatica) ya está estandarizada en Europa y queremos replicarla en Chile bajo los estándares del INN. Nos parece que es importante incluir al ciudadano como sensor de olor para complementar las otras metodologías que ya existen.
Grez: ¿La ciencia ciudadana pondría la lápida a los panelistas en lo relativo a hacer mapas de olor compartido?
Caimanque: No, porque existen otras seis normas técnicas que tienen que ver con metodologías de medición. Son soluciones complementarias. A propósito, en 2025 vamos a actualizar la NCh3190 (que establece que el olor se mide en unidades de olor por metro cúbico), que es del 2010. Esto, porque la norma base internacional se actualizó en Europa y corresponde que lo hagamos también en Chile. Espero que todos los laboratorios nos colaboren.
Álvarez: Te anticipo, Daniela (Caimanque), que nuestra principal observación será que se incorpore como requisito obligatorio para los laboratorios que estén certificados ISO 17025. Sobre la ciencia ciudadana, me interesa que se incluya a los gobiernos regionales, que pronto empezarían a tener mayores atribuciones en temas de planes reguladores y ordenamiento territorial, y también a los municipios. Esto es clave para que la participación de la comunidad siga creciendo.
Gatica: Claro, y para que la ciencia ciudadana funcione todas las partes involucradas deben querer que eso ocurra, estar a disposición de este proceso, porque de lo contrario no servirá de mucho tener una norma homologada. Como paso previo, se debe fortalecer el vínculo entre empresa y comunidad. La ciencia ciudadana es una buena herramienta cuando la empresa quiere recibir los reportes y tiene algún protocolo para reaccionar frente a algún episodio de olor.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 194 (mayo-junio 2025), páginas 34 a 42.