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Después de la COP27, ¿qué?

Después de la COP27, ¿qué?

Expertos destacan los desafíos que se deben abordar tras la última cumbre climática de la ONU.



Historia repetida. La 27ª edición de la Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, realizada en noviembre en Egipto, tuvo luces y sombras, fue de dulce y agraz y mezcló satisfacción con decepción.

Lo anterior, porque los desafíos y urgencias en la materia son muchas y los avances y acuerdos siguen siendo pocos.

No obstante, la expresión fracaso quedó relegada por la decisión que adoptó el plenario de la COP27 en su reunión final: crear un fondo de financiamiento para las pérdidas y daños causados por el cambio climático. Luego de dos meses de trabajo de una mesa liderada por la Ministra del Medio Ambiente de Chile, Maisa Rojas, y su par alemana, Jennifer Morgan, la presidencia de la cumbre anunció que las partes acordaron crear un fondo especial con ese objetivo, lo que no era compartido por muchos países industrializados.

Como indican en el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), pérdidas y daños ha sido durante años el tema más complejo e incómodo de abordar, ya que se hace cargo del impacto climático generado por los Estados desarrollados: fenómenos extremos, como huracanes y olas de calor, y otros eventos que se manifiestan de forma gradual, como el aumento del nivel del mar y la desertificación.

"Este es un desenlace que emociona. Es primera vez que se aprueba algo de esta magnitud. Es histórico", comentó la ministra Maisa Rojas tras la resolución.

A su vez, el secretario general de la Naciones Unidas, António Guterres, sostuvo con que esta COP "ha dado un paso importante hacia la justicia climática. Y también hacia la ambición, para mantener vivo el límite de 1,5 grados y sacar a la humanidad del precipicio climático".

Entre las implicancias del nuevo fondo se cuentan:

• Se reconoce la necesidad urgente e inmediata de contar con recursos financieros adecuados para ayudar a los países en desarrollo que son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, como respuesta a las pérdidas y daños económicos y no económicos asociados a estos efectos. Esto incluye rehabilitación, recuperación y reconstrucción.

• Establece nuevos acuerdos de financiamiento para ayudar a los países en desarrollo que son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático, en pérdidas y daños. Esto incluye proporcionar y movilizar recursos nuevos y adicionales, incluso fuera de la Convención y del Acuerdo de París. En ese contexto, se decide crear un fondo específico para responder a pérdidas y daños.

• Se crea un comité de transición para la puesta en marcha y la operatividad de la nueva fuente de financiamiento para responder a pérdidas y daños.

Elegibilidad de Chile

¿Cómo se hará operativo el fondo? Se definió, por ejemplo, que su sistema de gobernanza y la identificación de fuentes de financiamiento deberán acordarse en base a las recomendaciones del comité de transición. Esto, en la COP28 que se realizará en Dubai, Emiratos Árabes, en noviembre de 2023.

A juicio de Marco Billi, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, "se debe elaborar un reglamento claro, indicando quién aporta, cómo y cuándo, y quién puede usarlo, cómo y cuándo. Y se necesitan encontrar formas de priorizar los usos, y de recolectar todo el financiamiento requerido. También es fundamental ver cómo evitar que se redireccionen a este fondo financiamientos que de otra manera hubiesen ido a mitigación y adaptación, también muy necesarios. Los necesitamos todos a la vez, por lo que se deben poder crear sinergias cuando sea posible".

¿Chile podría ser elegible para recibir dineros de este fondo? El Dr. en Procesos e Instituciones Políticas afirma que sí, ya que "está muy expuesto al cambio climático, con importantes vulnerabilidades, y aporta muy bajas emisiones de GEI. Lo ideal sería usar los recursos para cubrir las necesidades fundamentales de la población afectada por el cambio climático, principalmente en materia de seguridad hídrica y alimentaria, y también para promover la transformación de nuestra sociedad hacia modelos y trayectorias de crecimiento que sean más compatibles con un desarrollo resiliente al clima, justo y sostenible".

Billi no sólo valora la creación del fondo, sino también los avances significativos en la puesta en marcha de la Red de Santiago, que proveerá asistencia técnica en pérdidas y daños a los países en desarrollo.

Otros Avances

La propia ONU, a través de un comunicado, reconoció que la COP27 "apenas avanzó en otras cuestiones clave relacionadas con las causas del calentamiento global, especialmente en lo relativo a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, y a un lenguaje más estricto sobre la necesidad de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados".

Muchos países pretendían que en el texto final se incluyeran referencias a la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles, pero al final solo se incorporaron menciones a la energía "baja en emisiones" y a las renovables como las fuentes energéticas que se requieren en el futuro.

Cristina Figueroa, negociadora climática del Departamento de Mitigación y Transparencia de la División de Cambio Climático del MMA, destaca los grandes resultados facilitados gracias al equipo negociador chileno, como la creación del fondo de pérdidas y daños, y la determinación de métricas para el cálculo de las emisiones comunes para todos los países.

El profesional del (CR)2, en tanto, menciona la creación de una red de sequía, "que es muy importante para Chile por la relevancia que tiene este fenómeno en nuestro país".

También releva el acuerdo concretado en el Global Goal on Adaptation, "porque asienta finalmente la necesidad, declarada en la COP26 de Glasgow, de tener una meta clara en materia de adaptación, que pueda articular el esfuerzo internacional, y situarla (al igual que las pérdidas y daños) en el mismo nivel de la mitigación".

En relación a esto último, Billi plantea que, aunque no se aumentaron los compromisos de mitigación, es relevante que se haya agregado a las metas la disminución del metano ya que esto podría impulsar acciones aceleradas y urgentes. "Chile en particular ya ha tomado compromisos de reducción en este ámbito", recuerda.

Asimismo, subraya que en Egipto se logró hacer más creíble y transparente el esfuerzo climático en general. Esto, "por medio del avance que se hizo en la discusión alrededor del Global Stocktake, proceso orientado a adoptar y dar cuenta del progreso de todas las acciones climáticas respecto de los compromisos asumidos en el Acuerdo de Paris", detalla.

Por último, pone de relieve el rol más profundo e integral que han adoptado los actores no estatales, por medio de los UN Climate Champions, como complemento de los actores estatales y co-responsables de la acción climática.

Desafíos a Abordar

Sobre el trabajo futuro, Cristina Figueroa aboga para que se vayan zanjando los temas que quedaron pendientes de acordar en la COP27, como las emisiones evitadas y la remoción de emisiones. "Son ámbitos que se irán evaluando durante el año 2023 junto a los otros países para llegar con avances a la COP28 en Dubai. El objetivo será buscar consensos en esa cumbre para operacionalizar los mercados de carbono y reflexionar acerca de los compromisos asumidos y los desafíos identificados", afirma.

Marco Billi acota que, idealmente el próximo año en Dubai, será necesario establecer, en materia de mitigación, "un compromiso más explícito y completo con la transición fuera de las energías y modelos de desarrollo basados en combustibles fósiles. Y no limitado solo al carbón, sino también incluyendo petróleo, gas natural y otros. Eso ya, por sí mismo, es un desafío mayor. A la par, se requiere definir mecanismos más explícitos para apoyar esta transición, y que ésta sea justa: en repartición de esfuerzo, en los efectos sociales, y en combinar la acción climática con el desarrollo sostenible".

Otro énfasis, indica, debe estar puesto en seguir con el trabajo hecho en la COP27 "para asentar el esfuerzo de adaptación al mismo nivel que el de mitigación, fijando una meta y alternativas de financiamiento que lo apoyen. Y es importante acordar mecanismos que permitan dar cuenta de la efectividad y adecuación de las medidas adoptadas por actores estatales y no estatales tanto en mitigación como en adaptación. Esto, para apoyar el Global Stocktake, la credibilidad de las acciones, y la identificación de los esfuerzos más exitosos, escalables o replicables".

Además, cree necesario seguir estudiando opciones para continuar con la articulación de esfuerzos estatales y no estatales para llevar la acción climática a los territorios y las localidades, y avanzar en materia de justicia climática.

Planificación a Escala Local

Junto con lo anterior, Billi expone otro gran reto: "Parte del problema es que todavía hay muchísimo que no sabemos del cambio climático: tenemos cada vez más información respecto del fenómeno per se y sus proyecciones, pero todavía nos falta entender más sus impactos y, particularmente, cómo se manifiestan en territorios concretos. Tenemos modelos y análisis en esta materia, destacándose en Chile lo logrado con el Atlas de Riesgo Climático (ARClim), pero es necesario llevar esto a una escala más fina y territorial que apoye la planificación climática regional y municipal".

Añade que se requiere desarrollar mejores procedimientos, herramientas y capacidades para llevar a cabo tal planificación y para su sucesivo monitoreo y evaluación. "En este sentido, es fundamental tener mejores y más robustas metodologías para evaluar cuáles acciones son realmente adecuadas y efectivas en materia de adaptación, considerando las características específicas de cada territorio, y también las controversias e intereses en contraste que puedan existir", comenta.

El especialista también resalta: "Necesitamos mejores formas de estudiar, evaluar y promover modelos de gobernanza que sean realmente adecuados al cambio climático, que se ajusten a las características de cada territorio y que, a la vez, sean integrados, proactivos, robustos, y justos".

Sobre ese escenario, Marco Billi está convencido que, con sus investigaciones, informes a las Naciones, servicios de información y mapas, y con todo su trabajo de interfaz, "el (CR)2 ha jugado y va a seguir jugando un rol clave. Pueden revisar nuestra página web (www.cr2.cl) para saber más".


DATOS:

2,6
Grados sería el calentamiento global del planeta hacia fines de siglo, en comparación con la era preindustrial, según recientes estudios. Antes de la cumbre de París, el mundo se dirigía a un calentamiento de 4,5 grados.

100
Mil millones de dólares anuales en financiación climática deben aportarse a los países en desarrollo, "una promesa cuyo cumplimiento ha sido largamente retrasado", afirma António Guterres.