Para no creerlo: lavarse permanentemente las manos con jabón y el uso constante de alcohol gel y guantes de látex para evitar el contagio por Covid-19, puede provocar inconvenientes de salud. O sea, la forma de prevenir un problema tiene opciones de causar otro.
La patología de inesperada y repetida aparición es la dermatitis por contacto, cuyo diagnóstico más que se duplicó durante el último año.
Diversos estudios clínicos en Chile muestran que la incidencia estimada de esta enfermedad, en tiempos normales, es de 1,3 casos por cada mil habitantes al año. Y los más afectados son quienes trabajan en la construcción, en manufacturas industriales, en manipulación de alimentos o en labores de aseo en general.
Proceso Inflamatorio
Una publicación de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) explica que la dermatitis es un proceso inflamatorio de la piel cuyos síntomas más comunes son la resequedad, la comezón, las erupciones, las ampollas y el enrojecimiento. “En el ambiente laboral las más frecuentes son las de contacto irritativo y de contacto alérgicas”, señala el texto.
Las primeras se originan por una exposición reiterada del trabajador o debido a su contacto durante un corto periodo con una sustancia que produce irritación. Cuando se trata de irritantes fuertes el efecto aparece de forma inmediata o después de un breve lapso de tiempo.
Las alérgicas, en tanto, son reacciones de origen inmunológico, con respuesta específica a un alérgeno en contacto con la piel. Se requiere un período de sensibilización a éste, que cuando se produce es irreversible, presentándose cada vez que ocurre la exposición al agente causante.
Para prevenir esta patología se debe crear una barrera entre los elementos tóxicos y la piel.
Existe una larga lista de elementos que pueden causar daños al entrar en contacto con la piel, entre las que destacan el agua, los álcalis, los disolventes orgánicos, los limpiadores, los ácidos y los agentes oxidantes.
“La irritación que estos elementos produzca dependerá de varios factores, como las características del irritante, las condiciones de la exposición, el tiempo de contacto y también a circunstancias ambientales”, indica el documento de la ACHS.
El Dr. Patricio Amaro, Dermatólogo de Medicina Laboral, apunta que “la adecuada evaluación de la patología dermatológica laboral es importante ya que puede implicar cambios en puesto de trabajo, profesión o incapacidad permanente”.
¿Cómo Prevenirla?
En la ACHS aseguran que una manera práctica de identificar si en los procesos de la empresa se utilizan agentes que puedan causar dermatitis es hacer una lista de todas las sustancias incluidas en materias primas, productos intermedios, mezclas, productos finales, residuos generados, productos de uso en mantenimiento general, productos de limpieza y desinfección. También se deben incluir los materiales con los que están elaborados los elementos de protección personal.
“Para cada una de las sustancias incluidas en la lista se debe buscar información sobre su toxicidad. En el caso de los productos químicos se deben revisar las hojas de datos de seguridad de cada uno o fichas internacionales de seguridad química. La revisión debe conducir a la elaboración de un inventario detallado de sustancias que tengan el potencial de causar dermatitis, teniendo en cuenta sus antecedentes toxicológicos y la forma o estado físico en que se utiliza en los procesos de la empresa”, detalla la cartilla de la ACHS.
Agrega que esta información se debe dar a conocer a los trabajadores.
La dermatitis, sobre todo irritativa, es muy común entre los trabajadores que manipulan sustancias químicas, siendo las manos la zona del cuerpo con más riesgo a desarrollarla.
La Asociación sostiene que una de las mejores formas de prevenir la aparición de esta molesta patología es creando una barrera entre los elementos tóxicos y nuestra piel. Para eso, aporta los siguientes consejos:
• Utilizar elementos de protección personal (EPP), especialmente guantes, ya que son la principal barrera entre la piel y los elementos irritantes.
• Manipular solo elementos para los que se esté capacitado: “Es importante conocer en detalle las características de los productos que se utilizan y los posibles efectos adversos que pueden provocar en la piel u otros órganos”, sugiere.
• Prestar atención a cualquier síntoma: si un producto produce irritación, lo ideal es reemplazarlo por otro. Si se presenta algún signo de dermatitis, el trabajador debe visitar a un especialista para que determine el tratamiento adecuado y dé aviso a su empleador para definir qué cambios se pueden aplicar.
La publicación de la ACHS también señala que las medidas de prevención se pueden diferenciar en:
• Ambientales: Entre éstas figuran la evaluación de puestos de trabajo, la identificación de riesgos, la sustitución de sustancias alergénicas, y la ventilación de espacios de trabajo.
• Personales: Uso de cremas que actúen como barreras para la piel, limpiadores y vestimenta de protección.
• Médicas: Por ejemplo, evitar preparaciones tópicas sensibilizantes.
Artículo publicado en InduAmbiente N° 170 (mayo-junio 2021), pág. 78-79.