Según el último reporte mensual de la Comisión Nacional de Energía, publicado en septiembre pasado, el 41% de la electricidad generada en agosto de 2025 en el Sistema Eléctrico Nacional provino de fuentes renovables no convencionales (ERNC), cuya capacidad instalada neta llegó a los 18.177 MW (50% de total), considerando plantas solares, eólicas, minihidráulicas de pasada, biomasa y geotermia.
Este positivo y notable aporte podría ser aún mayor, si no fuera por el vertimiento o pérdida de parte de la electricidad que producen estas energías limpias, un problema que hoy se busca resolver principalmente con la creciente instalación de sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS).
A continuación, analizamos el nivel de uso que esta tecnología ha alcanzado en Chile, así como sus ventajas y los cuidados que requiere su adecuada operación.
Chile, líder regional
"Los BESS son la alternativa más rápida, económica y ambientalmente más eficiente para almacenar energía renovable y minimizar el vertimiento de energías limpias que hoy alcanza el equivalente al consumo anual de energía de 1.800.000 hogares".
Así lo sostiene Jaime Toledo, presidente de la Asociación de Generación Renovable (AGR), quien asegura que en nuestro país tenemos una serie de proyectos que demuestran la madurez de dicha tecnología "y las proyecciones de instalación de futura de baterías en Chile permiten verificar que son una alternativa de inversión atractiva".
Cristian Ulloa, Product Manager Digital y Sistemas de WEG, compañía que desarrolla e implementa este tipo de soluciones, entrega algunos datos concretos que coinciden con lo antes señalado: "Chile cuenta prácticamente con 3 GWh de capacidad instalada en baterías. Adicionalmente existen proyectos que duplican la base instalada, que están en proceso de evaluación y/o tramitando permisos, lo que refleja un fuerte interés del sector en aprovechar el crecimiento de esta tecnología. Dicho lo anterior, nos posicionamos como país líder regional en esta materia".
El especialista agrega que en nuestro país advierten un interés transversal por estos sistemas "en diversos sectores productivos que buscan fortalecer su autonomía energética, y también incorporar distintos formatos de autogeneración, más sostenibles, concentrados principalmente en los sectores de generación distribuida, minería y grandes industrias. Tampoco se quedan atrás los sistemas de menor escala, como el sector comercial e industrial".
Los BESS son la opción más económica y ambientalmente más eficiente para almacenar energía renovable, sostiene Jaime Toledo.
Beneficios y ventajas
¿Qué beneficios ambientales y ventajas puede entregar el uso de los sistemas BESS?
Jaime Toledo subraya que su aplicación hace posible "reducir la operación de centrales termoeléctricas que utilizan combustibles fósiles que son las principales emisoras de gases de efecto invernadero. Asimismo, el despliegue de baterías permite utilizar de forma más eficiente las redes de transmisión, pudiendo abastecer los consumos nocturnos con la energía renovable almacenada".
Por su parte, Cristian Ulloa resalta que estos sistemas ofrecen ventajas significativas sobre otras tecnologías de almacenamiento de energía, especialmente en términos de flexibilidad, eficiencia y gestión energética. "Están diseñados para adaptarse a diversas demandas operativas, mejorando el rendimiento del sistema eléctrico y minimizando pérdidas de energía. Estos sistemas facilitan la integración de fuentes renovables y contribuyen a la estabilidad de la red. Además, permiten una configuración en tiempo real, integración directa con generación renovable, y cuentan con altos estándares de seguridad, así como monitoreo y control remoto", apunta.
Luego, el experto agrupa los beneficios de los BESS en los siguientes tres aspectos:
• Aumento en la adopción de energías limpias:
-Estabilidad para las ERNC: Son claves para la integración de energías renovables no convencionales, como la solar y eólica, al compensar fluctuaciones (según hora y condiciones climáticas), asegurando un suministro constante.
-Optimización del uso de energías renovables: Permiten almacenar excedentes en horas de alta generación y liberarlos cuando la producción baja o la demanda aumenta, maximizando el uso eficiente de estas fuentes.
• Reducción de emisiones y huella de carbono:
El almacenamiento de energía renovable mediante sistemas BESS reduce la necesidad de recurrir a la generación fósil en horas de baja producción. "Esto disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la dependencia de combustibles contaminantes, avanzando hacia una matriz energética más sostenible", remarca.
• Cumplimiento regulatorio:
Ulloa sostiene además que el uso de BESS "impulsa la modernización de regulaciones, como por ejemplo, temas asociados a definición de tarifas y/o roles en el almacenamiento (generación, consumo o ambos), y por otro lado, aspectos relacionados a la economía circular".
Cuidado ambiental
Entre los efectos ambientales negativos que podría tener el uso de estos sistemas figuran la emisión de ruido, así como la eventual contaminación de aguas y suelos asociada a la producción y desecho de las baterías usadas. ¿Qué medidas se adoptan para evitar esos problemas?
Desde AGR, Jaime Toledo descarta estos impactos y asegura que "los desarrolladores y operadores de BESS han definido estrictos planes de reciclaje y valorización posterior de las baterías una vez que cumplen su vida útil".
Cristian Ulloa reafirma lo planteado: "La sostenibilidad en el uso de sistemas BESS depende de una gestión responsable durante todo el ciclo de vida, esto comprende desde la extracción hasta la disposición final. WEG continúa introduciendo importantes avances tecnológicos e innovaciones en su estrategia de negocios, con el proyecto, fabricación y suministro de soluciones energéticamente eficientes y ecológicamente correctas, para un planeta sustentable".
En ese contexto, señala que las medidas que adopta y recomienda la compañía para evitar o mitigar problemas ambientales son:
• Plan Integral de reciclaje, segunda y tercera vida.
• Implementación de normas técnicas y de seguridad.
• Fomento de ecodiseño y tecnologías sostenibles.
• Evaluación de impacto ambiental.
• Promover cadena de suministro responsable.
Cristian Ulloa destaca que los sistemas BESS dan más estabilidad a las ERNC.
Eficiencia y seguridad
Asimismo, para garantizar una operación eficiente y segura, los sistemas BESS deben cumplir una serie de requisitos técnicos.
Jaime Toledo comenta que las empresas generadoras solicitan a los proveedores de estas tecnologías "el estricto cumplimiento de las normas ambientales, sísmicas y de seguridad de las instalaciones". Agrega que es fundamental que estas tecnologías de almacenamiento "tengan una alta eficiencia, minimizando las pérdidas energéticas que ocurren entre la carga y la descarga de las baterías (parámetro RTE)".
A su vez, Cristian Ulloa advierte que los riesgos o inconvenientes están presentes en todo proyecto eléctrico, pero asegura que esos problemas en un sistema BESS se pueden controlar con un diseño y operación adecuados. "La combinación entre hardware y software es muy importante. Ahora bien, si adicionamos un monitoreo continuo y buenas prácticas operativas, estamos orientando una solución confiable y segura, incluso en ambientes exigentes", sostiene.
Acota que el establecimiento de normas de seguridad y manejo de riesgo son esenciales en el diseño y fabricación de BESS, en especial, los que usan baterías de ion-litio. A modo de ejemplo, comenta que los principales mecanismos que WEG utiliza para prevenir y mitigar eventuales incendios y/o emisiones contaminantes asociadas a la operación de estos sistemas de almacenamiento son:
• BMS (Battery Management Systems), desconectando la batería al detectar valores fuera de rango.
• Sistemas de detección temprana de gases y humo.
• Sistemas de supresión de incendios.
• Contención térmica y compartimentación, limitando la propagación.
• Sensores de temperatura por módulos.
• Pruebas y certificaciones internacionales.
Proyecciones
Considerando todo lo expuesto, ambos especialistas creen conveniente ampliar la utilización de la tecnología BESS en Chile.
Desde AGR, Jaime Toledo argumenta: "Para reducir los costos de operación del sistema eléctrico en su conjunto y reducir los precios de la electricidad a los consumidores es fundamental disminuir el uso de combustibles fósiles para generación de eléctrica y los BESS precisamente permiten hacerlo, al trasladar energía limpia, renovable y económica desde el día a la noche".
Cristian Ulloa, en tanto, plantea: "Desde nuestro punto de vista, es muy conveniente ampliar el suministro de sistemas BESS en Chile, sobre todo considerando que los beneficios son más auspiciosos que las dificultades que se presentan".
Luego comenta que algunas dificultades para ampliar el uso de esta tecnología son el marco regulatorio que "aún está en desarrollo, lo que conlleva cierta incertidumbre en varios aspectos como licitaciones, tarifas o definición de responsabilidad en cuanto a generación, transmisión o consumo. Otro aspecto que presenta cierta resistencia es el alto costo de inversión inicial: si bien es cierto, los costos se han reducido, los sistemas BESS siguen siendo caros en comparación a otras tecnologías".
Luego recuerda que nuestro país se ha consolidado como un líder regional en la generación eléctrica con energías renovables, habiendo alcanzado la meta del 20% para 2025 con cinco años de anticipación. Y recalca el aporte de este método de almacenamiento para consolidar un desarrollo energético limpio y sustentable en Chile: "En materia de sostenibilidad, una solución BESS permite mantener estabilidad del sistema evitando recurrir a generación fósil de respaldo. Adicionalmente, esta tecnología, aporta y apunta a la descarbonización, lo que está en línea con las metas de carbono que nuestro país se ha suscrito".
DATO:
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Informe denominado "Latin America Energy Storage Outlook 2025" publicado en septiembre por Wood Mackenzie, firma global de investigación y consultoría especializada del sector energético, señala que Chile es el país más avanzado en almacenamiento de energía en la región, seguido por México y República Dominicana, y proyecta que representará casi la mitad de la capacidad total en Latinoamérica para 2034.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 196 (septiembre-octubre 2025), páginas 16 a 18.

