Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Resguardo Posible

Resguardo Posible

Cómo compatibilizar la explotación minera con la protección de los glaciares.



Por Ramón Rada Jaman
Socio Experto en Control de Polvo del IIMCH
Gerente General de Dust A Side Chile

Los glaciares son formaciones de hielo que por acumulación de nieve fluyen pendiente abajo conforme la topografía de su entorno. A través de los años, un glaciar suma nieve y hielo, producto del acopio y compactación de copos de nieve sobre su superficie. Con el tiempo, la nieve comprimida y redondeada –conocida como neviza– se fusiona entre la cota superior y la inferior de la formación, transformándose en hielo glacial.

En agosto de 2015 la Universidad de Zurich (Suiza) publicó, en la revista especializada Journal of Glaciology, un estudio sobre la declinación global de los glaciares durante el siglo XXI. El artículo señala que en todo el mundo estos cuerpos van en retroceso debido a que hoy vivimos en un planeta más cálido, escenario que no cambiaría durante los próximos 800 años.

El glaciólogo chileno Gino Casassa, experto que participó en la elaboración del documento declaró en una entrevista que, según las proyecciones, la reducción de los glaciares continuará hacia fines de siglo. Además, advirtió que, así como algunos ya han desaparecido –por ejemplo, Chacaltaya en Bolivia–, otros pronto lo harán, como El Plomo y La Paloma, en nuestra Región Metropolitana.

En Chile, el inventario de la Dirección General de Aguas (DGA) determina que existen 24.114 glaciares sobre el territorio continental. Éstos se encuentran, en un 95%, en la zona sur–austral del país, 4% en la alta cordillera de la zona central y 1% en el norte altiplánico. Con dicha distribución, es altamente acertada la propuesta del Ministerio del Medio Ambiente de proteger las formaciones de hielo que se encuentren en parques nacionales o bien que se declaren “reservas estratégicas”, dependiendo de su capacidad hídrica.

En esta línea, el proyecto de ley sobre glaciares permitirá preservar el recurso, sin sacrificar el futuro y bienestar del país. Ello, al considerar la no realización de actividades económicas de amplia relevancia en zonas adyacentes a formaciones glaciares que no necesariamente sean una fuente de recurso hídrico para consumo humano.

Extremos Peligrosos

Por otro lado, es de público conocimiento que gran parte de las reservas mineras de nuestro país se encuentran en la cordillera de Los Andes, particularmente en la zona central. Por ello, hay que ser muy cuidadosos con las definiciones del proyecto de ley para no extremar posiciones que pondrían en peligro el desarrollo minero del país.

Por ejemplo, uno de los temas que preocupa son las emisiones de material particulado (MP), ya que al depositarse en la superficie de los glaciares genera un sello de polvo que los cubre. Esto aumenta su temperatura y afecta la cota superior de la masa de hielo, lo que acelera su derretimiento.

Es común escuchar que se individualiza a la minería como actividad directamente responsable de la generación del MP. Sin embargo, las emisiones urbanas, de incendios forestales, cenizas volcánicas y arenas del desierto, entre otros factores de origen, también se depositan sobre los glaciares, lo que, sin una trazabilidad adecuada, impide asignar responsabilidades.

Lo importante en esta materia es que existen tecnologías eficientes que permiten monitorear el material particulado, así como mitigarlo y prevenir su generación. Esto con el fin de sustentabilizar una protección pragmática y realista del recurso glaciar, necesario a su vez para un desarrollo industrial eficiente y productivo.

Con todo, es perfectamente posible compatibilizar la explotación minera con la protección de los glaciares, con normas claras y en un compromiso de largo plazo.

Revise este artículo en Revista InduAmbiente N° 136, página 57.