Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Captura de Raíz

Captura de Raíz

El sector forestal, a través del bosque nativo y de plantaciones, juega un rol central en la absorción de CO2.



Chile carbono neutral a 2050 y resiliente al cambio climático. ¡Esa es la consigna! Desde que el gobierno planteó este objetivo, en 2019, los distintos sectores productivos y de la industria han trazado planes y medidas para hacer sus respectivos aportes a la consecución de la meta.

En esta lucha, se sabe que los árboles son en sí una llave estratégica para combatir el fenómeno climático. A través del proceso de la fotosíntesis transforman la energía solar en energía química, sintetizando hidratos de carbono a partir de agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2). Como resultado de ese proceso se libera oxígeno (O2) a la atmósfera. Por su parte, el carbono atmosférico queda almacenado en todos los componentes de la estructura del árbol -raíces, tronco (madera) y ramas (follaje)- y también en el suelo.

El sector forestal chileno es la industria basada en recursos renovables más importante del país. Se abastece en un 99% de plantaciones forestales sustentables. Produce anualmente del orden de 45 millones de m3 ssc (metros cúbicos sólidos sin corteza) de madera; participa con el 2,1% del PIB a nivel nacional y constituye el 9,1% de las exportaciones.

Actualmente, las tierras forestales alcanzan una superficie de 19.700.472 hectáreas, de las cuales 82,7% corresponden a tierras de bosque nativo, 16,4%, a plantaciones forestales, y 0,9%, a bosque mixto. En específico, la superficie de plantaciones, que se ha mantenido prácticamente sin cambios desde 2011, alcanza las 2.289.525 hectáreas de acuerdo al Programa de Actualización Permanente de Plantaciones Forestales de INFOR (2017).

Doble Absorción

Francisco Sierra, Gerente de Estudios de CORMA (Corporación Chilena de la Madera A.G.), destaca que el sector forestal es la única actividad económica en el país con un doble potencial para mitigar las emisiones de CO2: “Primero, extrayéndolo del aire mientras los árboles crecen y, segundo, reteniéndolo por años en sus productos”.

De esta forma, agrega el ejecutivo, el manejo forestal sustentable de los bosques, ya sean nativos y también plantados, asegura que sean capturadores netos de CO2. En esa dirección, precisa que es en las edades tempranas de los árboles cuando éstos presentan la tasa de crecimiento anual más alta, acumulando carbono en su biomasa -raíces, tronco y ramas- y actuando como verdaderas “aspiradoras” del CO2 en el aire.

“Cuando los árboles alcanzan la edad de rotación, es decir en que su tasa marginal de crecimiento tiende a cero, son cosechados para producir diferentes productos que mantienen retenido un porcentaje importante del carbono absorbido. Mientras que otra parte relevante queda en el suelo, como tocones, es decir, las raíces de los árboles cosechados”, comenta Sierra.

Estos productos abarcan una amplia variedad de opciones, desde tablas, vigas y tableros utilizados en la construcción de casas y edificios, además de papeles y cartones “que, al ser reciclados como materia prima en un modelo de economía circular, logran que el CO2 permanezca retenido por años”. Y recientemente, añade el ejecutivo, se ha sumado un nuevo producto a este portafolio “verde”, que es la fibra textil en base a celulosa. Según estima, en un futuro cercano reemplazaría a materiales similares elaborados en base a poliéster, que es un derivado del diésel.

Reducciones de GEI

Según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI), el UTCUTS (uso de la tierra, cambio en el uso de la tierra y silvicultura) es el único sector que consistentemente absorbe CO2 en el país gracias a su doble potencial de mitigación. Esto lo convierte en un actor relevante en el camino hacia la carbono neutralidad.

“En 2016, el INGEI reportó que la absorción de GEI por parte de este sector alcanzó los 65,5 millones de toneladas de CO2 equivalente, lo que representa alrededor de 60% de las emisiones totales del país. Bajo la premisa de que el sector forestal y los bosques ayudan a mitigar los GEI, ahora, el principal desafío y tarea es cómo aumentar su contribución en un contexto de lucha contra el cambio climático y de recuperación post pandemia por Covid-19”, afirma Francisco Sierra.

En lo referido a la lucha contra el cambio climático a nivel mundial, un total de 137 países ha incluido los recursos forestales dentro de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por su sigla en inglés). En el caso de Chile, sus NDC fueron actualizadas este año, donde se ha establecido que en lo que respecta al sector forestal y bosques, al año 2030 deben forestarse 200.000 hectáreas (ha) en suelos que hoy no tienen cobertura boscosa. De ese total, 100.000 ha tienen que plantarse con fines de cobertura forestal permanente y considerar al menos 70.000 hectáreas con especies nativas.

Al llegar a 2030, además, se deberá haber manejado sustentablemente 200.000 hectáreas adicionales de bosques nativos. “Ambas metas son un gran desafío para el sector, ya que, si consideramos la superficie anual forestada y aquella de bosque nativo manejada durante los últimos años, no superan las 1.000 y las 3.500 ha, respectivamente”, advierte el ejecutivo de CORMA.

Acerca de la recuperación post Covid-19, o como también se le ha denominado “Build back a better world” por la ONU, el Comité Asesor sobre Industrias Forestales Sustentables de la FAO (ACSFI, por su sigla en inglés) destacó el rol que el sector forestal ha jugado durante la pandemia y cómo debe seguir contribuyendo al proceso de normalización. De acuerdo a ACSFI, este aporte debe hacerlo a través del manejo sustentable de los recursos forestales; generar empleo y calidad de vida en zonas rurales; suministrar productos de higiene y salud hasta que se cuente con la vacuna; producir empaques, en base a papel y cartón, biodegradables, reutilizables y reciclables y, asimismo, promover la construcción en madera y el reemplazo de materiales intensivos en fósiles, como los plásticos de un solo uso.

“Todo lo anterior, dentro de un marco de desarrollo que potencie la protección de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos que nos entregan los bosques; fomente una bioeconomía circular y contribuya sustancialmente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los Objetivos Forestales Globales y las Metas del Plan Estratégico de la ONU para los Bosques a 2030”, agrega Sierra.

En Chile

Este, año la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y la consultora EY Chile publicaron el documento “Visión y Acción climática del mundo empresarial para Chile”. En él se exponen medidas y soluciones de adaptación y mitigación al fenómeno climático, orientadas a los distintos rubros industriales y productivos locales.

En el capítulo “Agroforestal”, el texto señala que: “Para poder calcular la cantidad de carbono capturado por los productos forestales se ha realizado una exhaustiva recopilación de la producción de madera y papel desde el año 1960 al 2017. Con este trabajo realizado por la Corporación Chilena de la Madera A.G. (CORMA) de acuerdo a las fórmulas definidas por el IPCC, se logró estimar el carbono retenido en productos forestales para toda la serie de años desde 1990 al 2016; el resultado es de casi 7 millones de toneladas de CO2 equivalente, al año 2016”.

Al respecto, Francisco Sierra subraya que “el potencial de mitigación de GEI a largo plazo es muy superior a las proyecciones sobre un escenario ‘business as usual’”. Eso sí, considerando un enfoque de bioeconomía circular, donde se reemplacen los plásticos de un solo uso por productos elaborados en base a fibra de celulosa, como también se potencie su reciclaje y reutilización; se promueva la construcción en madera de altos estándares y, adicionalmente, que después del logro de objetivos de las NDC a 2030, en lo posible esas metas se mantengan durante las dos décadas siguientes.

A renglón seguido, detalla que, de acuerdo a ese panorama, “pero sin considerar cambios relevantes en el comportamiento de los chilenos que nos acerquen a una bioeconomía circular, hemos proyectado que el sector UTCUTS podría contribuir con 9 millones de toneladas de CO2 de captura anual neta adicionales, para alcanzar la meta de carbono neutralidad al año 2050”.

Incendios y Sequía

La industria forestal chilena está enfrentando dos problemas específicos vinculados con el avance del cambio climático, como son el estrés hídrico, debido a la sequía estructural que afecta a nuestro país desde hace 10 años, y los incendios forestales, que por efectos del calentamiento global se prevé que registrarán un incremento en su frecuencia.

“Enfrentar esta dinámica es justamente otro de los desafíos importantes de la componente de mitigación y adaptación, tanto a nivel nacional como internacional”, sostiene el documento de CPC y EY Chile.

Y añade el texto que “fortalecer un manejo sostenible de los bosques permite disminuir la superficie afectada por estos eventos catastróficos, pero también se debe prevenir el desarrollo de condiciones que potencien la vulnerabilidad de un ecosistema”.

Por su parte, Francisco Sierra comenta que en Chile cerca del 100% de los siniestros son provocados por acción de personas, ya sea por negligencia o por causas intencionales. “Por lo tanto, esta realidad presenta una importante oportunidad para que a través de la prevención, la educación y el trabajo conjunto de todos los actores presentes en el mundo rural, prácticamente, no tengamos incendios”, sostiene.

El representante gremial añade que desde hace más de dos décadas la industria forestal trabaja intensamente en un programa de prevención y control de siniestros, que involucra a grandes y medianas empresas, predios de terceros, la comunidad y organismos públicos. Esta iniciativa comprende la protección de más de ocho millones de hectáreas, a través de cuatro líneas de trabajo.

• Ocurrencias: Comprende acciones y programas orientados a disminuir la ocurrencia de eventos, para lo cual se trabaja en colaboración estrecha con todos los vecinos a través de una red de prevención comunitaria que articula un trabajo conjunto entre residentes, empresas y organismos públicos.
• Propagación: A través del diseño y la ejecución de prácticas silvícolas preventivas, se busca reducir la intensidad y el avance de los incendios y generar zonas de protección, particularmente y con prioridad en las zonas de interfaz urbano-rural.
• Detección: Con la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas para la detección temprana y despacho oportuno de las unidades de combate del siniestro ante el avistamiento de alguna fumarola, independientemente de su tamaño, se logra reducir el daño ocasionado por el fuego.
• Control: Con la incorporación de recursos aéreos y terrestres al combate del fuego, la permanente capacitación y formación de brigadistas especializados en combate diurno y nocturno y, además, con el mejoramiento de la coordinación entre organismos públicos y las empresas, se ha logrado disminuir los tiempos de respuesta frente a incendios, sin distingo de su extensión.

Por otra parte, Sierra advierte que el estrés hídrico que hoy sufre la vegetación torna a los matorrales, arbustos y árboles propensos a arder con más intensidad cuando son alcanzados por las llamas, exponiendo a las personas que viven en los sectores rurales a un peligro mayor frente al fuego: “Esto hace aún más relevante el trabajo preventivo y de control de incendios durante una temporada estival como la presente”.

En la Savia

El ejecutivo de CORMA puntualiza que la sustentabilidad está en el ADN de la industria forestal: “Por eso, nuestra participación en todas las instancias en que vemos que el sector tiene mucho que contribuir desde su experiencia ha sido con el fin de aumentar las capturas de GEI, promover el manejo sustentable de bosques nativos y la conservación y protección de la biodiversidad”.

Ciclo Forestal

El manejo forestal sustentable no termina con la cosecha. Según Francisco Sierra, el ciclo forestal vuelve a empezar con una nueva plantación, de manera que cada árbol que se cosecha es replantado y permanece creciendo y capturando CO2 por 20 años en promedio, hasta una siguiente cosecha.

“Es así como el manejo forestal sustentable logra que los bosques sean un activo natural renovable, permanente y proveedor de diversos servicios ecosistémicos. Por eso es tan relevante que el país eleve sustancialmente sus tasas de forestación, de manejo y protección de bosques nativos y de reforestación. Todas ellas a la vez”, recalca el representante gremial.

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Datos

2,3 millones
De hectáreas existen de ha de bosques plantados existen en Chile, según el documento “Visión y acción climática del mundo empresarial para Chile” (CPC-EY Chile, 2020).

1,6 millones
De ha, es decir el 70% de la superficie forestal del país, están certificada bajo estándares internacionales de manejo forestal sustentable, señala la misma fuente.

Artículo publicado en InduAmbiente N° 166 (septiembre-octubre 2020), págs. 24-26.