Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

¿De Dónde Son las Emisiones?

¿De Dónde Son las Emisiones?

Expertos analizan las dificultades para identificar el origen de la contaminación en Quintero-Puchuncaví.



El pasado 22 de junio se reportó el último episodio de intoxicación masiva asociada a la contaminación que afecta a Quintero-Puchuncaví. Esta vez, una veintena de estudiantes y profesores de la Escuela Básica República de Francia experimentaron mareos, vómitos y dolor de estómago, entre otros síntomas.

El evento se sumó a la emergencia ambiental registrada el lunes 6 del pasado mes en esa zona litoral de la región de Valparaíso que afectó a un centenar de personas, 17 de los cuales fueron trasladados a servicios de urgencia. La madrugada de ese día la estación de monitoreo de Quintero registró un episodio de emisión de dióxido de azufre (SO2) que superó cuatro veces la norma horaria de 350 µg/m3 (equivalente a 134 ppbv), con un valor de 1326,53 µg/m3 y un peak de 2240 µg/m3. 

Desde 2018 que no se registraba una situación de tal envergadura.

Como acciones inmediatas, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) ordenó la paralización de la fundición de Codelco y la restricción de actividades del complejo termoeléctrico de AES Andes. Posteriormente, dictó medidas provisionales para otras seis empresas del complejo industrial para reducir las concentraciones de compuestos orgánicos volátiles: Planta Gasmar Quintero, Terminal de Asfaltos y Combustibles Enex, Terminal Marítimo de Quintero Copec, Terminal Marítimo de ENAP, Terminal Marítimo GNL Quintero y Terminal Marítimo Oxiquim.

Cierre de Fundición

Pasaron los días, hasta que el viernes 17 de junio Codelco dio un golpe de timón e informó su decisión de avanzar en el cese de las operaciones de la icónica fundición de cobre que en 1964 fundó ENAMI y que en 2005 pasó al control de la cuprífera. El principal argumento para tomar esta medida es que, aunque la Corporación siguiera haciendo millonarias inversiones en mejoras ambientales, no habría garantía de que no se produjeran nuevos episodios de contaminación. Al respecto cabe señalar que solo entre 2010 y 2017 la empresa estatal destinó US$ 156 millones para cumplir con la normativa, pero igualmente ha estado en permanente cuestionamiento debido al impacto de sus operaciones sobre el entorno.

Aunque el Presidente Gabriel Boric aseguró que el cierre de la fundición será un proceso gradual y que "ningún trabajador quedará sin su fuente laboral", el anuncio derivó en un paro nacional convocado por la Federación de Trabajadores del Cobre que duró dos días. El conflicto se destrabó tras una negociación en que Codelco y el gremio acordaron establecer una mesa de trabajo para abordar el futuro de la división y asegurar un convenio de transición justa para el proceso, estableciendo como principios de diálogo el cuidado de la salud de los trabajadores y de las comunidades, la protección ambiental, el resguardo del empleo y el potenciamiento de la Corporación como empresa pública.

El inminente cierre de Ventanas es una medida alineada con el compromiso del actual Gobierno de terminar con las zonas de sacrificio y avanzar en la urgente la recuperación ambiental y social de dichos territorios.

Y, por cierto, no es la única medida que se debe adoptar para resolver la problemática en Quintero-Puchuncaví, donde existe un parque industrial conformado por una veintena de instalaciones que generan distintos contaminantes entre los que figuran dióxido de azufre (SO2), material particulado (MP), óxidos de nitrógeno (NOx), ácido sulfhídrico (H2S), arsénico (As) y compuestos orgánicos volátiles (COVs).

Así lo señaló la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, recientemente en su cuenta de Twitter, donde también afirmó: "La fundición aporta 62% del SO2; si deja de funcionar va a mejorar al menos el riesgo de intoxicaciones por ese contaminante. No soluciona todo el problema, pero es un avance".

Difícil Diagnóstico

La fuerte presencia industrial en Quintero-Puchuncaví genera episodios de contaminación frecuentes en la zona. Algunos de estos peaks han superado largamente las normas, provocando emergencias ambientales, como las ocurridas en 2011, 2018 y, ahora, a inicios de junio.

Después del evento de 2018 se traspasó la red de monitoreo de calidad del aire a la administración del Estado, para optimizar su funcionamiento.

Sin embargo, la identificación exacta de la fuente de los episodios de contaminación ha sido siempre un proceso complejo, debido a diversos factores. E incluso la mayor parte de las veces ha quedado en la nebulosa.

A raíz de la última emergencia, preguntamos a la SMA, un investigador y un consultor acerca de este tema.

Emanuel Ibarra, Superintendente del Medio Ambiente (S), indica que durante toda la reciente contingencia, la delegación del organismo en la región de Valparaíso –y en particular, en Quintero y Puchuncaví–, en conjunto con el Laboratorio de la SMA han realizado una serie de actividades de fiscalización y toma de muestras en los lugares afectados. Es decir, los colegios, escuelas, jardines y también en las instalaciones industriales y empresas ubicadas en la bahía de Quintero.

"Una conclusión preliminar revela que el origen de los casos de intoxicación es diverso: tenemos algunos asociados a problemas de alcantarillado de las escuelas con mala mantención; otros, vinculados a emisiones de dióxido de azufre, para lo cual dictamos medidas a Fundición Ventanas de Codelco y a Termoeléctrica Ventanas de AES Andes, y emisiones de COVs, respecto a lo cual ordenamos medidas a todas las empresas que manejan combustible y que pueden colaborar con esa emisión", afirma Ibarra.

En ese sentido, precisa la autoridad, la mirada de la SMA para gestionar el riesgo ha sido preventiva: "Se dictan medidas que afectan la actividad de todos los actores del parque industrial que se relacionan con ese tipo de emisiones".

El representante del organismo fiscalizador agrega que una segunda arista para determinar incumplimientos y responsabilidades es "un procedimiento de investigación más extenso que requiere análisis de más información y realizar otras diligencias".

Emanuel Ibarra comenta que desde que entró en vigor el Plan de Prevención y de Descontaminación Atmosférica (PPDA) para las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví, en el año 2019, "la condición del aire empezó a mejorar. En efecto, durante los dos últimos años se han registrado pocos episodios de alerta, preemergencia y emergencias" (ver gráfico 1). No obstante, reconoce que "estas semanas la tendencia se rompió con los nuevos casos de intoxicación masiva".

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En ese contexto, la pregunta se mantiene: ¿por qué resulta tan difícil identificar las fuentes causantes de la contaminación en la zona, para así adoptar acciones más efectivas para controlar la polución?

El titular (S) de la SMA responde: "La dificultad para lograr llegar a responsables específicos radica en que los casos de emisiones de contaminantes en un parque industrial con diversos actores, dificulta crear líneas de causalidad necesarias para encauzar el procedimiento sancionatorio y así acreditar infracciones".

El segundo problema, detalla Ibarra, es que la normativa vigente tiene vacíos que dificultan el levantamiento de infracciones: "Es por ello que el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) comenzó una labor de revisión y actualización de normas, así como la preparación de la normativa de contaminantes que falta regular. Asimismo, se está en un proceso de revisar los planes operacionales de las empresas para hacerlos más estrictos frente a estas contingencias".

Por su parte, Manuel Leiva, investigador del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Chile, plantea que la dificultad para determinar el origen de la contaminación se debe principalmente a que en la zona existe un grupo variado e importante de empresas grandes y dentro de un área geográfica muy acotada. "Por eso, identificar las fuentes de cada una de ellas y diferenciarlas es un proceso complejo", advierte.

Explica, asimismo, que la geografía de la zona no ayuda a evitar la concentración de los contaminantes: "Eso, asociado a la prevalencia, en ciertos momentos, de condiciones meteorológicas desfavorables para la dispersión de los contaminantes, conlleva a la acumulación de los mismos".

Fugas Breves

Una perspectiva más detallada aporta Juan Carlos Bordones, Gerente Técnico de Ambiosis, empresa que entre sus servicios desarrolla programas de monitoreo e inventarios de contaminantes atmosféricos. Para el especialista, un factor que dificulta el diagnóstico es que los episodios de contaminación pueden generarse por fugas de gases de corta duración y en lugares donde no son habituales. Pero, además, debido a eventos como roturas de sellos en válvulas y de cañerías, mangueras o depósitos; accidentes en el transporte, almacenamiento o uso; acumulaciones de gases en sistemas de aguas servidas; descargas ilegales de sustancias en lugares no habilitados; fallas o saturación de equipos de reducción de emisiones; usos no habituales de sustancias; errores en la preparación de sustancias y mal mantenimiento de equipos y falta o falla de procedimientos de reparación.

Bordones añade que los tipos de fugas o emisiones incontroladas pueden ser de muchos tipos, con una duración variable y una localización geográfica amplia: "La posibilidad de estar preparado para identificar y medir la fuente de generación de una fuga es muy remota".

De igual manera, el ingeniero argumenta que la composición química de los contaminantes que están generando el impacto en la calidad del aire es muy amplia. Al respecto, puntualiza que "las fugas o emisiones sin control pueden estar compuestas por mezclas de gases y la concentración de ellos puede variar en el tiempo, lo que complejiza su identificación".

Adicionalmente, advierte que cuando se produce concentración de un gas que no está normado en Chile, dicho fluido no se considera legalmente un contaminante: "Por lo anterior, no existen procedimientos de toma de muestra y análisis para esos contaminantes, ni un método de medición oficial en Chile, ni laboratorios de medición autorizados, ni un mercado que justifique la inversión en el equipamiento".

Sumado a lo anterior, añade el especialista, puede que no existan en Chile equipos calibrados para su medición.

Artículo publicado en InduAmbiente 176 (mayo-junio 2022), páginas 52 a 54.