Cambia, todo cambia, dice una popular canción del repertorio musical latinoamericano. Aunque para eso tenga que pasar casi un siglo, como ocurre con el uso de queroseno o kerosene en aviones comerciales y de otro tipo a nivel mundial. Esto, porque una nueva generación de combustibles de aviación sostenibles (SAF, por su sigla en inglés) se está abriendo paso, prometiendo reducir a la mitad las emisiones de carbono de esta industria para el año 2050.
Según información de Airbus, la principal empresa fabricante de aviones en el planeta, el SAF consiste en una mezcla de combustible fósil convencional con componentes sintéticos hechos de una variedad de "materias primas" renovables, como aceites de cocina usados, grasas, aceites vegetales y residuos municipales, agrícolas y forestales.
"Todos los aviones Airbus son capaces de volar con una mezcla máxima de 50% de SAF y combustible convencional. Sin embargo, para 2030, todos nuestros aviones y helicópteros serán capaces de volar con hasta un 100% de SAF", aseguran en la compañía.
Cabe indicar que el transporte aéreo representa aproximadamente el 2% a 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero inducidas por el hombre, contribuyendo el SAF a reducir las emisiones de CO2 en un 80% en comparación con el queroseno.
Acuerdo en Chile
En nuestro país, la meta de contar con un transporte aéreo con menor huella ambiental tuvo su primer gran hito en noviembre de 2024, cuando se lanzó el primer acuerdo público-privado para el desarrollo de combustibles sostenibles de aviación.
Cristóbal Correa, profesional del programa Vuelo Limpio de la Agencia de Sostenibilidad Energética (Agencia SE), aporta detalles: "La iniciativa, gestionada por el Ministerio de Energía a través de la Agencia SE y el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones a través de la Junta Aeronáutica Civil, cuenta con la participación de 48 empresas, organizaciones y entidades de toda la cadena de valor de los SAF. Estas asumieron compromisos para avanzar en las acciones de la Hoja de Ruta SAF 2050, que apunta a que, al menos, el 50% del jet fuel utilizado en vuelos nacionales e internacionales en 2050 provenga de SAF. Para ello, se presentaron 5 ejes de trabajo y 26 acciones". Resalta que el principal objetivo del acuerdo es comprometer acciones que impulsen el desarrollo de SAF en Chile, difundir las iniciativas de los participantes, y fortalecer el ecosistema SAF a través de la colaboración. "Dentro de los compromisos asumidos destacan acuerdos relacionados con el desarrollo de proyectos piloto, la elaboración del primer litro de SAF en Chile (en un plazo de 3 años), la implementación de un laboratorio de investigación para su producción, e incluir SAF en programas académicos, entre otros", revela. Actualmente, Vuelo Limpio está apoyando a distintos actores interesados en proyectos SAF y espera que los resultados del "Estudio de factibilidad para la producción de SAF en Chile", en desarrollo, incentive a nuevos actores a involucrarse en esta industria.
En materia de colaboración internacional, Chile firmó un acuerdo con Brasil para la creación de un grupo de trabajo sobre SAF, para compartir experiencias regulatorias, conocimientos técnicos y mejores prácticas. Y como parte de la Agenda Actualizada para Cooperación Estratégica en Hidrógeno Verde 2023-2025, entre Chile y Países Bajos, se promueve la colaboración científica para el desarrollo de un piloto para producir e-SAF.
Y en el área regulatoria, nuestro país está generando insumos para la adaptación de normas técnicas que aseguren la producción y uso de SAF, así como para la discusión legislativa que deberá abordar mecanismos de incentivos y/o mandatos con esos objetivos.
Oportunidades y énfasis
En relación con las ventajas que presenta Chile para la elaboración de SAF, Claudia Atiquipa, encargada de la Unidad de Sostenibilidad del Transporte Aéreo de la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), plantea que, por su clima, geografía y actividades económicas predominantes, el país presenta oportunidades usando residuos de biomasa forestal y agrícola, y a través de la producción de e-fuels por su potencial de energía solar y eólica.
Añade: "Los e-fuels permiten producir SAF sin depender de la disponibilidad de residuos de biomasa, y tienen un mayor potencial para reducir emisiones de gases de efecto invernadero (hasta un 99%). Actualmente, se está realizando un estudio de factibilidad de materias primas para desarrollar SAF en Chile".
Para acelerar su producción, la especialista apunta a la necesidad de crear un marco regulatorio que reduzca la incertidumbre sobre el desarrollo de esta industria. "Esto podría incluir la generación de incentivos a la elaboración de SAF y/o políticas de uso obligatorio, aunque sea en porcentajes mínimos de mezcla de SAF con el jet fuel tradicional. En el mundo hay distintos modelos de regulación para su impulso y desde Chile los estamos estudiando para promover la toma de decisiones informada", señala.
También expone la importancia de la cooperación entre países para aprovechar las fortalezas de cada uno de ellos y consolidar a América Latina como un hub de producción de SAF.
Aportando una mirada más global, Guillaume Gressin, Vice President International, Strategy and Commercial Operations Airbus Latin America and Caribbean, releva el compromiso gubernamental en Chile para avanzar en este ámbito, el cual se ha visto reflejado en la hoja de ruta trazada por Vuelo Limpio y la meta clara de alcanzar un 50% de uso de SAF para 2050.
Destaca, asimismo, el potencial de nuestro país como productor de hidrógeno bajo en carbono, "un insumo clave para la producción tanto de Bio SAF como de SAF sintético tipo Power to Liquid", sostiene.
El ejecutivo recuerda que no existe una solución única para la descarbonización de la industria de la aviación. De ahí que Airbus, fabricante del 74% de los aviones comerciales del país, trabaja también en la renovación de la flota para lograr más eficiencia en el uso del combustible y lograr mayor reducción de emisiones; en la implementación de tecnologías disruptivas, como el hidrógeno y los sistemas híbridos; en optimizaciones en la cadena de operación, desde las rutas de navegación aérea hasta las operaciones en los aeropuertos; y en las compensaciones de emisiones.
Respecto al trabajo desplegado por Airbus en Chile en este ámbito, Gressin pone de relieve la colaboración de la compañía con Vuelo Limpio y el aporte de recursos, junto a LATAM, para realizar estudios técnicos, a cargo de un programa del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que arrojaron recomendaciones tangibles y un análisis exhaustivo de escenarios para el desarrollo de SAF en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú hasta 2050. En la iniciativa se exploraron opciones de uso de hidrógeno bajo en carbono, captura directa de aire y bioenergía con captura y almacenamiento de carbono.
Guillaume Gressin plantea que no existe una solución única para la descarbonización de la industria de la aviación.
Líneas aéreas
¿Qué están haciendo LATAM, SKY y JetSMART, las tres líneas aéreas con base en Chile, para impulsar el empleo de SAF y/o reducir el consumo de combustible?
Por ejemplo, LATAM, en 2022, anunció su intención de alcanzar la carbono neutralidad en 2050, para lo cual una de sus metas es llegar a un 5% de uso de combustible sostenible al 2030, privilegiando su producción en Sudamérica.
El año pasado, la compañía implementó diversas iniciativas para optimizar el uso de combustible, tanto en operaciones aéreas como terrestres. "Estas incluyen la optimización de rutas, la racionalización del uso de motores auxiliares y la reducción del peso en los vuelos, entre otras medidas", asegura en su Memoria Integrada 2024.
El documento también alude a la renovación de la flota e incorporación de nuevas tecnologías, como AeroShark, que permite bajar el consumo de combustible en torno al 1%, reduciendo la emisión de 6 mil toneladas de CO2 al año. "En el mediano plazo se proyecta contar con aproximadamente 200 aviones de última generación", anuncia.
Sobre los SAF, el reporte da cuenta que LATAM "apoya estudios que promuevan políticas públicas basadas en información, destacando la necesidad de unificar enfoques de descarbonización en la región. Esto incluye instrumentos gubernamentales para fomentar la producción, uso y comercialización de SAF".
SKY, por su parte, inició en 2024 la modernización de equipos en tierra para reducir el consumo de combustible y su huella de carbono. En esa línea, durante los últimos años, la compañía "se ha posicionado como una de las aerolíneas menos contaminantes de la región, gracias a su moderna flota 100% neo y al uso de tecnologías para optimizar el uso de combustible en sus operaciones. Producto de lo anterior, solo en el 2024 la empresa evitó la generación de 315.624 toneladas de CO2, una cifra equivalente a 12.898 vuelos entre Santiago y Lima", subraya en un comunicado.
Mayra Kohler, gerenta de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de SKY, complementa: "Hemos trabajado intensamente para implementar diversas opciones que nos han llevado a reducir nuestra huella ambiental. Desde hace un tiempo, venimos haciendo uso de modelos de inteligencia artificial que nos ayudan a optimizar la operación de nuestras rutas, logrando aún mayor eficiencia en el uso de combustible durante despegues y aterrizajes, que son los momentos de mayor consumo".
Además, la aerolínea ha implementado un software que optimiza el ascenso de los aviones, logrando un ahorro promedio de 220 kg de CO2 por vuelo. Y ha aplicado estrategias como la optimización de combustible de contingencia y otras de eficiencia operacional, disminuyendo aún más su aporte contaminante.
A su vez, JetSMART y APiJET, empresa de tecnología de software de aviación, anunciaron hace unos meses la primera implementación comercial de Digital Winglets en Latinoamérica. Esta es una solución que optimiza rutas de vuelo y que se basa en Traffic Aware Strategic Aircrew Requests (TASAR), una tecnología desarrollada por la NASA y licenciada por APiJET, en algoritmos propios, tecnologías de mapeo y en datos de estado en vivo, para permitir a JetSMART tomar decisiones informadas, específicas para cada ruta, de optimización de vuelos para ahorrar combustible y reducir las emisiones de carbono.
DATO:
600
Millones de litros de SAF, aproximadamente, se elaboraron en 2023 a nivel global, superando casi en un 100% lo producido en 2022. Tal volumen, empero, significó solo el 0,2% de todo el combustible de aviación generado ese año.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 193 (marzo-abril 2025), páginas 64 a 66.