Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Derechos y deberes para el buen vivir

Hernán Durán
Ecoingeniería Sustentable e Inversiones



Hernan Duran 300x300


Estamos próximos al cambio de gobierno y muy expectantes acerca de lo que se configurará con esta renovación que no sólo será de presidente, sino también de época. Todo esto en el complejo contexto mundial del avance del COVID y del cambio climático, por señalar apenas los aspectos trascendentales, cuyas evoluciones y perspectivas son inciertas y peligrosas, por decir lo menos, si no adoptamos una postura ética, generosa y coherente.

La respuesta a la problemática es esencialmente política. Y la pregunta que surge es: ¿hasta dónde deben llegar los cambios ambientales que se requieren en esta etapa para contribuir a enfrentar los dos grandes temas planteados? Esto, en un escenario con nuevos enfoques y una gran participación ciudadana.

Se trata también de un peligroso juego de actores en que cada uno tiene que ceder y convencer. La ciudadanía expresa su sentir y no tiene por qué ser responsable de que su opinión esté técnica o científicamente sustentada. Su derecho es, por ejemplo, a exigir agua potable para todos, ambiente limpio con recolección y cero residuos a rellenos, buena calidad del aire, protección de la naturaleza, vivienda de calidad, etc. Los técnicos y científicos tenemos que ser capaces de diseñar y delimitar las posibilidades, proponiendo lo que se puede hacer, en qué plazo y a qué costo. Los políticos y empresarios tienen que tomar las decisiones acerca del camino a seguir y asumir los costos sociales y no sólo los beneficios personales.

El primer desafío es, entonces, resolver la ecuación de cómo cada cual puede opinar con independencia de los impactos que generan sus aspiraciones, con honestidad y seriedad. El punto central es cómo se incorporan los deberes a los derechos y las decisiones a la realidad.

El ciudadano es naturalmente el centro y se debe responder a sus aspiraciones con soluciones de forma tal que las asuma convencido. Su conformidad o disconformidad la manifestará por los caminos democráticos. Los científicos y técnicos tenemos que ser capaces de evaluar muy responsablemente las alternativas, sin pretender copiar esquemas importados; y cuando no sabemos, debemos preguntar y convocar al trabajo colectivo. Los políticos arriesgan su base electoral y su prestigio profesional. Podrán inventarse distintos modelos participativos y punitivos, pero lo principal que debe estar presente es el aspecto ético, tan bien definido en el interés común por el buen vivir o "Sumak Kawsay".

Columna publicada en InduAmbiente 174 (enero-febrero 2022), página 77.