Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Avances y desafíos en arquitectura sostenible

Loreto Lyon
Decana de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño
Universidad San Sebastián



Loreto Lyon USS
El concepto de sostenibilidad ha evolucionado con fuerza en los últimos años, especialmente en disciplinas como la arquitectura y el urbanismo, donde ya no basta con construir estructuras eficientes desde lo energético. Hoy, hablar de sostenibilidad implica una mirada mucho más amplia, que abarca no solo lo ambiental, sino también lo social, lo cultural y lo urbano.

He tenido la oportunidad de ser parte del jurado latinoamericano del Holcim Awards, uno de los certámenes más importantes a nivel internacional en torno a la arquitectura sostenible. Esta experiencia me ha permitido observar el pulso regional en esta materia: cómo proyectamos nuestras ciudades, qué materiales utilizamos, cómo respondemos a las crisis climáticas y sociales que nos atraviesan. Y lo cierto es que hay avances importantes, pero también grandes desafíos por delante.

Uno de los errores más comunes es pensar que un proyecto es sostenible solo por usar materiales "verdes". Pero la sostenibilidad real va mucho más allá. Un edificio es verdaderamente sostenible si es capaz de mejorar la vida de las personas, integrarse con el entorno urbano, ser reutilizado en el tiempo y contribuir a frenar la expansión indiscriminada de nuestras ciudades.

En ese sentido, la arquitectura sostenible debe ser también una arquitectura justa, que densifique con calidad, que respete el entorno natural, y que reconozca las particularidades sociales y culturales de cada territorio. En América Latina, por ejemplo, no podemos copiar modelos europeos sin considerar nuestras propias realidades: la informalidad urbana, la desigualdad en el acceso a vivienda, la presión sobre los ecosistemas.

Chile tiene una oportunidad inmejorable para avanzar en este camino, sobre todo a través del uso responsable y planificado de la madera. Somos un país productor de este recurso y contamos con una industria que ha avanzado en técnicas de prefabricación y sistemas constructivos eficientes. Sin embargo, seguimos estando lejos de países como Noruega o Austria, donde se levantan edificios en altura con madera gracias a normativas que lo permiten y promueven.

En nuestro caso, aún nos falta modernizar marcos normativos —especialmente en lo que respecta a estructuras, seguridad sísmica y protección contra incendios— y avanzar hacia una visión país que entienda que construir con madera no es solo una opción técnica, sino una decisión estratégica para enfrentar la crisis climática.

Un elemento clave en las ciudades sostenibles del futuro será el espacio público verde. El arbolado urbano, la integración de flora nativa y la convivencia cotidiana con la naturaleza no son lujos, son componentes esenciales para la salud mental, el bienestar colectivo y la resiliencia urbana. Incorporar estos criterios desde la etapa de diseño no solo hace las ciudades más habitables, sino también más equitativas.

No basta con edificios eficientes: necesitamos entornos urbanos pensados para las personas, capaces de adaptarse, resistir y evolucionar en armonía con el medio ambiente. Ese es el gran desafío de la arquitectura sostenible.