Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Los Otros GEI

Los Otros GEI

Por su alto potencial de calentamiento global, en Chile se están implementando algunas iniciativas para reducir las emisiones de óxido nitroso y gases fluorados. Acá detallamos las principales.



El "enemigo" número uno de la capa de ozono está identificado hace mucho tiempo: el óxido nitroso (N2O), principal causante de su agotamiento. Y los habitantes de este planeta tenemos también todo el derecho de incluirlo en una "lista negra" si consideramos que es el tercer gas de efecto invernadero (GEI) más importante, con un alto potencial de calentamiento global, por lo que su control es uno de los objetivos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Aunque en menor medida, los gases fluorados (gases F) tienen otra cuota de responsabilidad en la irrupción de este fenómeno global, por lo que también se han ido estableciendo medidas para su control y eliminación tanto a nivel internacional como nacional.

Según el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el N2O y los gases F representaron el 4,6% y 5,1%, respectivamente, de las emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2eq) a nivel nacional en 2022, las cuales alcanzaron las 54,4 Mt CO2eq, que, a nivel mundial, significaron el 0,01% del total. Y de acuerdo a estadísticas globales levantadas por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés) para 2019, las emisiones de N2O en Chile representaron el 0,18% del total global, mientras que las de gases F equivalieron al 0,39%.

En el MMA señalan que las emisiones de óxido nitroso se generan, mayormente, por el uso de fertilizantes inorgánicos en suelos agrícolas, mientras que los gases fluorados se derivan, principalmente, del empleo de sistemas de refrigeración o climatización.

En lo sucesivo detallamos, por separado, algunas de las medidas e iniciativas que se están implementando para minimizar el aporte contaminante de estos GEI.

Plan sectorial

Para disminuir las emisiones de N2O, el anteproyecto del Plan Sectorial de Mitigación al Cambio Climático del Sector Agricultura establece dentro de sus medidas el uso eficiente de fertilizantes. "Esto busca reducir la intensidad del empleo de fertilizantes para cereales, cultivos industriales y forrajeras. En concreto, se espera que al 2.030 baje en un 10% la intensidad de uso de fertilizantes nitrogenados para cultivos de cereales, con un potencial de disminución de 229,3 ktCO2eq. Con esta medida se lograría, además, un ahorro económico por la menor fertilización", aseguran en el MMA.

Sara Hube, investigadora del centro regional Remehue del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), destaca que durante los últimos 15 años el INIA ha implementado la técnica de campo para determinar y comparar el impacto sobre las emisiones de óxido nitroso de distintas fuentes nitrogenadas, dosis y épocas de aplicación de fertilizantes.

"Estas determinaciones han permitido incorporar factores de emisión (FE) a nuestros inventarios de gases de efecto invernadero, aumentando la precisión y exactitud de los mismos. Sin embargo, los plazos requeridos para el cálculo de FE son largos y aún faltan para bastantes cultivos, fuentes de nitrógeno (N), tiempos y dosis de aplicación. La mayoría de esta investigación se ha generado a través de proyectos nacionales e internacionales, permitiendo una colaboración con la industria agrícola y los productores, estableciéndose las prioridades de investigación en conjunto con el sector público y privado", afirma.

En particular, el INIA ha participado en diversos proyectos de investigación que buscan obtener más información sobre la eficiencia del uso de nitrógeno de distintas fuentes de fertilizantes comerciales, tanto orgánicas como de prototipos experimentales como los nanofertilizantes.

La especialista agrega que la información generada por estos proyectos "se encuentra disponible en informativos y boletines para reducir las dosis de fertilizantes, así como en manuales de uso de purines lecheros como una estrategia de disminución del uso de fertilizantes inorgánicos. Además, se han generado estrategias para apoyar a los productores sobre cuándo aplicar nitrógeno y en qué cantidad a través de Apps o semáforos de aplicación".

De manera paralela, el INIA ha evaluado el aporte de otras especies (especialmente forrajeras) con potencial de adaptación al estrés hídrico y a la reducción de uso de fertilizantes, como leguminosas, que tienen la capacidad de capturar nitrógeno del ambiente e incorporarlo al suelo. Esta información ha permitido la colaboración entre los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente para la generación de los inventarios nacionales de GEI y las estrategias de mitigación y adaptación a largo plazo en el sector agrícola.

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Sara Hube resalta el desarrollo de nano fertilizantes y otros agroquímicos que no contienen nitrógeno o lo incorporan en baja cantidad.

Hube resalta, asimismo, que la industria de fertilizantes se ha diversificado y está desarrollando productos con bio estimulantes y nano fertilizantes que no contienen nitrógeno o lo incorporan en baja cantidad. "Y también existen productos con inhibidores del ciclo del nitrógeno que también podrían aportar a la reducción de la emisión de N2O", acota.

En otra iniciativa, empresas de producción de alimentos están apostando por disminuir la utilización de fertilizantes en la actividad agrícola. "Para eso, usan bonificaciones y/o apoyan a los productores en conjunto con el INIA y asesores agrícolas, basándose en la información generada por el Instituto para aumentar la eficiencia del uso de nitrógeno y así reducir las emisiones de N2O", afirma la investigadora.

Más proyectos

"Optimizando el uso de nitrógeno, mayor producción y menor impacto (N4R)" se denomina el proyecto internacional, también liderado por el INIA, cuyo objetivo es determinar las dosis óptimas de fertilizantes nitrogenados usados en la agricultura, buscar estrategias para maximizar la productividad de los cultivos minimizando el impacto ambiental, e implementar métodos de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero.

Sara Hube entrega más antecedentes: "Este proyecto busca generar un aporte en factores de emisión nacionales para la fuente nitrogenada de mayor uso nacional, en un amplio rango de dosis de aplicación y en distintas épocas. Esto permitirá obtener factores de emisión para distinto rango de utilización de N y, además, información de la eficiencia de empleo de este fertilizante para el cultivo forrajero. Estos antecedentes se complementarán con la evaluación de distintas estrategias de mitigación que se ofertan comercialmente en Chile y de algunos prototipos de investigación con potencial de escalamiento industrial".

En la región de la Araucanía, en tanto, un proyecto liderado por la empresa Comasa H2v, con el apoyo del Programa Tecnológico de Corfo, busca generar dos tipos nuevos de fertilizantes verdes, carbononeutrales: uno nitrogenado y otro carbonatado, los que utilizarán como base la bio-ceniza generada como subproducto de la generación de energía eléctrica a partir de biomasa. El fertilizante nitrogenado propuesto se basará en hidrógeno y amoniaco verde, para lograr un alto contenido de nitrógeno y una lenta entrega del mismo, mejorando así su disponibilidad en el tiempo para permitir un óptimo desarrollo vegetal. Y el fertilizante carbonatado con CO2 verde contribuirá a corregir el pH de los suelos ácidos, aumentando la suma de bases y bajando la saturación de aluminio.

Gases refrigerantes

Los gases fluorados, gases refrigerantes fluorados o hidrofluorocarbonos (HFC) son contaminantes climáticos de vida corta, con alto potencial de efecto invernadero, que se utilizan como sustitutos de las sustancias que agotan la capa de ozono. "Por eso, su reducción tiene un efecto acelerado en la detención del calentamiento atmosférico. Además, por ser una de las fuentes de emisiones con mayor crecimiento, es muy relevante su control. En 2022, se reportó un aumento en las emisiones de estos gases de un 3995% desde 2000, debido principalmente a su aplicación en equipos de refrigeración y aire acondicionado", revelan en el MMA.

En la Cámara Chilena de Refrigeración y Climatización (CChRyC) reconocen este impacto: "Los gases fluorados, especialmente los hidrofluorocarbonos, han sido muy utilizados en el sector de la refrigeración y la climatización por sus propiedades termodinámicas y de seguridad. Sin embargo, los compuestos de estos gases refrigerantes tienen un potencial de calentamiento global notablemente alto y su uso, que ha ido creciendo a través del tiempo, ha contribuido de forma importante a la dimensión que está tomando la huella de carbono del país, por lo que su control debe ser abordado con urgencia", sostiene Marcelo Contreras, presidente de la asociación gremial.

Para reducir gradualmente el consumo de hidrofluorocarbonos, el Ministerio del Medio Ambiente implementa en Chile el Protocolo de Montreal y la enmienda de Kigali. Esto implica "trabajar en normativas, registros de instalaciones, límites de importación, capacitación y certificación de técnicos instaladores y mantenedores de equipos refrigerantes, asistencia técnica a los centros de regeneración, entre otras medidas, lo que se realiza en base a cooperación internacional para la implementación de este protocolo", indican en la cartera.

El MMA también encargó un estudio, ya concluido, que servirá de insumo para elaborar una norma de emisión de estos gases. "Su objetivo será mejorar las prácticas relativas a su manejo, siendo una de las medidas más costo efectivas para reducir las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero", exponen.

A propósito del Protocolo de Montreal, en marzo pasado se conmemoraron los 35 años de la ratificación de Chile a este acuerdo ambiental multilateral que regula la producción y el consumo de las sustancias químicas artificiales causantes del agotamiento de la capa de ozono estratosférico. Desde 1990, el país ha logrado avances tan significativos como la eliminación del consumo de clorofluorocarbonos (CFC) en 2010, adoptando tecnologías innovadoras. Entre ellas destacan los sistemas de refrigeración con CO2 transcrítico en reemplazo de sustancias agotadoras del ozono, y de alto potencial de calentamiento global, en cámaras frigoríficas de supermercados y centros logísticos; y la implementación de 4 centros de regeneración de gases refrigerantes en el norte, centro y sur del país.

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La CChCyR, que preside Marcelo Contreras, impulsa una transición sistemática hacia refrigerantes de bajo o nulo impacto climático.

Aporte gremial

En la CChCyR se encargan de promover, difundir e impulsar una transición sistemática hacia refrigerantes de bajo o nulo impacto climático, como los naturales y otras alternativas con menor potencial de calentamiento global. Además, fomentan la formación técnica especializada para garantizar la calidad de los trabajos involucrados en los sectores que abarcan, así como el reemplazo de equipos antiguos por tecnologías más eficientes.

Contreras agrega: "Buscamos implementar espacios de recuperación, reciclaje y destrucción de refrigerantes en desuso, pero por sobre todo seguir avanzando en materia de regulaciones que promuevan la trazabilidad y el control efectivo del uso de estos gases".

El ejecutivo también expresa la necesidad de generar incentivos y apoyos a pymes del sector para que migren hacia soluciones más sostenibles. Y hace un llamado para que se realicen fiscalizaciones efectivas que eviten fugas o manejos inadecuados de refrigerantes.

La propia Cámara es partícipe principal del Acuerdo de Producción Limpia (APL) "Cero Fuga", que impulsa junto con la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo. Suscrito en septiembre de 2024, busca implementar un programa integral que elimine el uso de hidroclorofluorocarbonos (HCFC) y reduzca el consumo de hidrofluorocarbonos, sustituyéndolos por tecnologías más eficientes y sostenibles, incorporando a todos los usuarios finales de esta actividad.

El APL fija una serie de objetivos específicos que incluyen el establecimiento de registros y sistemas de monitoreo para cuantificar el uso, consumo y pérdidas de HCFC y HFC, así como del consumo de energía; un plan de capacitación y certificación para usuarios y técnicos del sector en buenas prácticas de refrigeración y gestión energética, para evitar fugas de refrigerantes; mejorar la eficiencia energética; garantizar la adopción de tecnologías sostenibles; y reducir los gases de efecto invernadero.

La iniciativa público-privada también promueve la economía circular, aumentando el reciclaje y la reutilización de refrigerantes en centros de regeneración de gases, contribuyendo así a bajar la importación de estos compuestos. Y cuantificará y verificará la huella de carbono organizacional, cuyo reporte se hará en la plataforma HuellaChile del MMA.

DATOS:


Generación de gases refrigerantes son los hidrofluorocarbonos (HFC), creados para sustituir a los CFC y los HCFC, que tienen un alto potencial de agotamiento de la capa de ozono.

4.500
Kilos de gases refrigerantes sin una disposición adecuada en nuestro país, equivalentes a más de 40 mil toneladas de CO2 equivalente, fueron destruidos en 2024 en Francia gracias a una iniciativa conjunta entre Regener Chile y la empresa internacional Tradewater.

Artículo publicado en InduAmbiente n° 194 (mayo-junio 2025), páginas 14 a 17.