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Con Aroma de Mejoras

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Conozca los límites de olor y prácticas operacionales que establece la norma para planteles porcinos.



Mejorará la calidad de vida de unas 40 mil personas y entregará beneficios por 27 millones de dólares, gracias a la reducción de emisiones odorantes, contaminantes locales y gases de efecto invernadero. Esas son algunas de las positivas proyecciones asociadas a la aplicación de la primera norma de olores del país, que regirá específicamente para los criaderos de cerdos. La regulación fue aprobada en enero por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y entrará en vigencia una vez que la Contraloría General de la República termine su revisión y sea publicada en el Diario Oficial.

"Esta es una norma ampliamente esperada por las comunidades aledañas a los planteles porcinos. Destaca por incorporar un enfoque tecnológico, el cual incluye no sólo límites de emisión de olor, sino también prácticas operacionales, con el fin de subir el estándar operativo de las fuentes emisoras de olor. De esta forma, se espera proteger la salud de la población y mejorar su calidad de vida", subraya Igor Valdebenito, Jefe del Departamento de Ruido, Lumínica y Olores del Ministerio del Medio Ambiente (MMA).

Esta normativa se desarrolló en el marco de la Estrategia para la Gestión de Olores iniciada en el año 2012 y, según resaltan desde la Secretaría de Estado, cuenta con robustas técnicas de medición, con estándares similares a los de Holanda y está homologada por el Instituto Nacional de Normalización (INN).

A continuación, detallamos sus principales exigencias y los desafíos que su puesta en práctica plantea a la industria y los proveedores.

Límites de Emisión

Según el decreto ingresado a Contraloría, esta regulación abarca a todos los planteles porcinos del territorio nacional que tengan 750 animales o más, a los cuales se les impone límites de emisión de olor, así como la necesidad de implementar buenas prácticas operacionales y tecnologías de control en las principales fuentes odoríferas, como son las lagunas de purines (mezcla de agua, excrementos y otros residuos) y las áreas de compostaje.

Los límites de emisión definidos distinguen a los planteles por tamaño y hacen la diferencia entre las instalaciones nuevas y existentes.

Valdebenito explica que para calcular estos umbrales en las fuentes emisoras pequeñas (aquellas con 750 a 25.000 animales) y medianas (más de 25.000 y hasta 50.000 cerdos) existentes, el titular "deberá realizar, durante el primer año de entrada en vigencia del decreto, una medición de la Tasa de Emisión de Olor (TEO) a través de un muestreo de olor en laguna, para planteles pequeños, y un muestreo de olor en laguna y/o en el área de compostaje, para el caso de planteles medianos, considerando la condición más desfavorable, y reportar los resultados a la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). La SMA verificará que la medición se haya efectuado de acuerdo con las metodologías autorizadas y establecerá, mediante resolución, la Tasa de Emisión de Olor para la unidad emisora que aplique, en base a la que podrá calcularse el límite de emisión de olor para la fuente emisora, conforme a la Tabla 1 (ver adjunta) mencionada en la norma".

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Las fuentes emisoras medianas que cuenten con tecnologías para reducir olores en el área de compostaje, no tendrán que acatar el límite indicado para ese caso.

En tanto, los emisores medianos y pequeños se podrán eximir de lo dispuesto en la tabla 1, si acreditan una TEO total –vale decir, de todas las unidades generadoras de olor de la fuente emisora– que permita cumplir un impacto odorante máximo de 8 unidades de olor europea por metro cúbico (UOE/m3) percentil 95. Esta misma condición es la que se dispone como límite de emisión para las fuentes grandes (más de 50.000 cerdos).

El plazo para cumplir con los umbrales señalados será de cuatro años contados desde la entrada en vigencia de la norma.

Para las fuentes emisoras nuevas, la norma pone los siguientes límites de emisión: en los planteles grandes, una TEO total que permita cumplir un impacto odorante máximo de 8 UOE/m3 percentil 98; y para los medianos y pequeños, una TEO total que permita cumplir un impacto odorante máximo de 10 UOE/m3 percentil 98. Estas exigencias se aplicarán desde la entrada en vigencia de la norma.

Mediciones y Verificación

El decreto ingresado a Contraloría señala también que, para verificar el cumplimiento de los límites indicados, los regulados deberán medir y modelar sus emisiones, y reportar sus resultados a la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) que actuará como ente fiscalizador. ¿Cómo se garantizará la calidad y veracidad de esos datos?

Desde el Ministerio del Medio Ambiente señalan que desde el año 2010 se dispone de métodos para medir olores homologados por Instituto Nacional de Normalización (INN) desde estándares europeos. "Así esta primera norma de olores cuenta con una robusta base metodológica tanto para la toma de muestras como para su análisis. Además, se publicó el año 2017 la 'Guía para predicción y evaluación de impacto por olores en el marco del SEIA', lo que permitió promover el uso de metodologías de evaluación de impacto odorante de manera correcta. De esta forma, tanto los regulados, como los fiscalizadores y el mercado, que ofrece este tipo de servicios de medición, cuentan con información técnica referente a métodos de medición y modelación, anterior a la publicación de la normativa", destaca Igor Valdebenito.

Añade que los procedimientos y protocolos de medición, verificación y acreditación de las exigencias de la norma serán establecidos por la Superintendencia del Medio Ambiente.

Con Aroma de Mejoras-04.jpgLa norma fija límites de emisión de olor para los planteles de cerdo, diferenciando por el tamaño de las fuentes.

Prácticas Operacionales

En la MMA resaltan que aun cuando el límite de olor sea el adecuado, esto se debe complementar con otras exigencias como la implementación de prácticas operacionales para prevenir y controlar las emisiones odorantes. En ese contexto, la norma señala que todas las fuentes deberán informar a la SMA:

• Las condiciones y periodicidad con que se limpian los pabellones.

• Las condiciones en que se voltea la fracción sólida tratada mediante compostaje.

• Las condiciones de operación de las tecnologías relacionadas con las emisiones de olor.

• Las condiciones de transporte del purín, guano y/o lodo.

• Un plan de contingencia para comunicar de inmediato a la SMA y al municipio respectivo la ocurrencia de algún evento odorante y las acciones correctivas desplegadas.

• Las condiciones operacionales de todas las unidades emisoras, incluyendo las circunstancias más desfavorables para su funcionamiento.

De igual manera, la norma establece un sistema de reportes mediante el cual los regulados deberán entregar la información requerida por la SMA.

En relación a esto, Igor Valdebenito señala que habrá inspecciones en terreno para verificar el cumplimiento de la norma, "la cual deberá ser incorporada como parte de los programas de fiscalización ambiental. En forma complementaria, se tienen contemplado los reportes de inicio y de cumplimiento en línea que permitan recibir y efectuar gestión de datos de la información ingresada por los titulares, además de efectuar el seguimiento en línea de las variables ambientales lo que permitirá disminuir la carga administrativa de la SMA y ser más eficientes en el proceso de fiscalización".

Desafíos para la Industria

En el sector regulado valoran la existencia de esta normativa, toda vez que entregará "certeza de lo que se debe hacer y lo esperable en materia de emisiones de olor provenientes de este tipo de instalaciones", señala Daniela Álvarez, Gerente de Sostenibilidad de la Asociación Gremial de Productores de Cerdos de Chile (Asprocer).

La ejecutiva añade que "el enfoque normativo que se tomó en Chile es muy exigente y sigue la línea de actuación establecida por aquellos países líderes en la materia". No obstante, indica que, a diferencia de lo que ocurre a nivel internacional, faltó regular en paralelo las otras posibles fuentes de olor, ya que esto permite una solución más efectiva de los problemas; y también disponer exigencias diferenciadas para las zonas urbanas y rurales. Con relación a esto último, plantea que el gremio considera necesario contar con una planificación y ordenamiento del territorio para el desarrollo sostenible. "Lamentablemente es imposible compatibilizar muchas veces la producción de alimentos, o las actividades industriales, o de saneamiento, con la instalación de viviendas a escasos metros. Y esto en el área rural ocurre a diario. La planificación y regulación del territorio fue uno de los puntos fuertes que observamos cuando revisamos la normativa internacional comparada. Y es un factor clave no sólo en temas de olor, sino en muchos otros aspectos ambientales y sociales, en los que Chile está aún al debe", sostiene.

En cuanto a la implementación de la próxima norma, Daniela Álvarez comenta que los desafíos pasan por un tema estructural del negocio y la posibilidad que tengan los productores de ajustarse a esta regulación en un escenario mundial desfavorable, con un alto costo de materias primas y los precios de la carne de cerdo a la baja. También considera importante capacitar a los diferentes actores, así como construir vínculos de confianza y cercanía para mantener una buena relación empresa-comunidad.

Agrega que los límites de emisión establecidos significan cambios y adecuaciones para todo el sector porcino. Y recuerda que "se debe realizar un diagnóstico odorante inicial en todas las unidades y reportar a la Superintendencia de Medioambiente las mejoras a implementar y la vía más apropiada para la gestión del cumplimiento. La autoridad será la encargada de aprobar dichos planes y posteriormente el titular cuenta con plazos establecidos para implementar las medidas y evaluar, de ser pertinente, el ingreso de los proyectos al Sistema de Evaluación Ambiental para su aprobación y posterior ejecución. Aquí hay un punto importante, puesto que son varias las instancias de aprobación que requieren los proyectos de mejora antes de poder ser construidos e implementados, y pudiera ser que los plazos establecidos en la norma sean demasiado estrechos. Es algo que debemos poner sobre la mesa en nuestro diálogo con el Ejecutivo, a la espera de que se puedan establecer mecanismos ágiles para la revisión y aprobación de este tipo de proyectos", advierte.

En lo que respecta a las obligaciones que tendrán los regulados de reportar sus prácticas operacionales, Daniela Álvarez sostiene que "el sector ha avanzado bastante, gracias a la generación de guías y procedimientos estandarizados de las operaciones, por lo que no vemos mayores complicaciones. La novedad es que hoy se deberá reportar a la autoridad y probablemente el desafío está allí, puesto que es muchísima información por cada uno de los planteles, entonces como gremio estamos solicitando reunirnos con la Superintendencia para entender cómo están pensando facilitar estos procesos".

Tecnologías e Inversiones

Las exigencias que impone la norma obligará a los planteles porcinos a implementar tecnología para el diagnóstico, control y monitoreo de los olores, especialmente en las unidades más odorantes, como son las lagunas de purines y las áreas de compostaje. ¿Cuáles se utilizan más habitualmente y qué rangos de inversión pueden significar?

En la empresa Ecolife indican que las principales tecnologías que se usan para realizar mediciones y modelaciones son la olfatometría dinámica, los sistemas y trenes de muestreos, la cromatografía gaseosa para evaluar las concentraciones de gases y sus notas de olor característicos, y el software de modelación Calpuff. "En Ecolife, usamos olfatometría dinámica y de campo, para desarrollar las mediciones", apuntan Fabiola Vega, Alejandra Hernández y Christian Tapia. En cuanto al nivel de inversión, añaden: "Para apoyar a nuestros clientes, hemos definido diferentes fórmulas con las metodologías que disponemos, para que puedan realizar las mediciones. Pero por lo general, el rango para implementar la tecnología y los sistemas de mediciones y modelación de olores es sobre USD 75.000 a USD 100.000 dependiendo del equipo a implementar".

Con Aroma de Mejoras-02.jpgLa medición olfatométrica es una alternativa para responder a las exigencias de la regulación.

Desde Ecotec Ingeniería, Gerhard Schleenstein aporta más información sobre las alternativas para efectuar mediciones: "El Ministerio del Medio Ambiente en los últimos 15 años ha hecho un esfuerzo para homologar estándares técnicos, principalmente normas alemanas. En este sentido, contamos con la NCh 3190:2010 de olfatometría dinámica que es una norma para los laboratorios, con la cual se determina mediante un método sensorial la concentración de olor en una muestra. También contamos con normas chilenas para el muestreo, tales como la NCh 3386:2015. Sin perjuicio de lo anterior, hay fuentes que son difíciles de muestrear, como los pabellones, que son fuentes de volumen; y fuentes de grandes extensiones que frecuentemente no son homogéneas, como pilas de compostaje, lagunas purineras y las superficies donde se disponen los efluentes".

En relación a la norma para el sector porcino, el consultor advierte un aspecto relevante: "La propuesta no se pronuncia sobre frecuencias de los muestreos, número de fuentes a muestrear y tampoco sobre la cantidad de muestras a tomar en una fuente para lograr cierta representatividad de los resultados. Será la Superintendencia del Medio Ambiente que deberá zanjar todos estos temas que, por cierto, no son detalles".

Schleenstein comenta también que, para modelar la dispersión de los olores, en Chile prácticamente se ha establecido como estándar el uso del modelo CALPUFF, que en su momento fue catalogado como preferente por la Oficina de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA), pero en 2018 dejó de ser recomendado. "A esto se suma que los datos meteorológicos WRF comúnmente utilizados en la modelación presentan velocidad del viento muy superiores a las velocidades que registran las estaciones locales. Esto es grave para los resultados de la modelación ya que las situaciones más críticas del impacto odorífico ocurren justamente en periodos de calma o de muy bajas velocidades del viento, lo que a todas luces se está subestimando", plantea el experto de Ecotec.

En lo que respecta al rango de inversiones, Schleenstein indica: "El CAPEX para la realización de las mediciones es cero, porque el regulado paga el OPEX solamente, con una excepción: la inversión en monitores de gases odorantes que están previstos en la norma. Ahora, nuevamente será la SMA la encargada de definir detalles, por lo cual no se puede entregar un rango de inversión, pero en todo caso, estamos hablando de montos menores, inferiores al costo anual de las mediciones de olor".

La norma también obligará a mejorar las prácticas operacionales para controlar olores, en especial en sectores como las lagunas de purines, las áreas de compostaje y los pabellones, ¿qué soluciones de gestión o tecnológicas se podrían aplicar?

Gerhard Schleenstein responde: "El Ministerio del Medio Ambiente siempre se ha enfocado a que se implementen buenas prácticas operacionales, además de la inversión en tecnología. Aun así, el abanico no es muy grande. Se pueden sellar las lagunas, mejorar el control del compostaje o cambiar la tecnología de los pabellones". Agrega que el rango de inversión depende de cada instalación.

Los profesionales de Ecolife, en tanto, hacen referencia a otras opciones: "Nuestra empresa pone a disposición el sistema de mitigación de atomización de neutralización de olor, acompañado con tecnologías de medición y telemetría. Monitoreo de gases con activación remota de sistemas de atomización, que no son manipulados por las plantas, con activación automática definiendo parámetros que impacten a la comunidad cercana. Pero también existen otras potenciales soluciones como: cubierta a lagunas, encapsulado de área y derivar los gases a un digestor, biofiltros, biotrickling, lavadores de gases y ozono".

Fabiola Vega, Alejandra Hernández y Christian Tapia agregan que "los valores dependerán de las soluciones y tecnologías que requieran y determinen cada plantel. Como referencia los sistemas de mitigación de atomización de neutralización de olor con sistema de activación remota pueden partir desde los USD 27.000; pero por lo general están asociados a sistemas de contratos de servicio mensual, que simplifican y facilitan la gestión de los planteles, logrando tener un socio para atender la gestión de olores. Otras soluciones como el encapsulado de área y derivación de gases a un digestor sobrepasa los USD 300.000. El sistema a determinar y, por ende, la inversión dependerá en gran medida del flujo a tratar".


DATOS:

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Millones de dólares estiman en Asprocer que se deberá invertir en el sector para cumplir con la norma. "La mayor cantidad de recursos se destinará en infraestructura de pabellones con cambios en sistemas de ventilación, pero también existen altos costos asociados a mejoras necesarias para disminuir las emisiones en las etapas de tratamiento y de almacenaje de purines", apunta Daniela Álvarez.

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Año de plazo, contado desde la entrada en vigencia del decreto, tendrán las fuentes existentes para informar sobre sus prácticas operacionales. A partir del segundo año, se deben mantener los registros que acrediten el cumplimiento de estos hábitos.

Artículo publicado en InduAmbiente 175 (marzo-abril 2022), páginas 48 a 51.