Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Desalación: Una oportunidad ante la crisis hídrica

Ximena Ruz 
Directora Ejecutiva
Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático



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La crisis del agua en Chile requiere soluciones urgentes, especialmente en un contexto donde se prevé que empeorará en los próximos años. En este escenario, la desalinización emerge como una alternativa crucial particularmente en regiones afectadas por la sequía y la desertificación, donde el acceso al agua dulce es limitado.

Aunque la desalinización presenta desafíos significativos –como el alto consumo energético y el impacto ambiental de las descargas de salmuera–, bien implementada puede ser una tremenda oportunidad de adaptación al cambio climático. Transformar agua de mar en agua dulce para el uso en nuestras ciudades, puede ser una herramienta efectiva para garantizar el suministro a la población y apoyar diversas actividades económicas.

La evidencia científica respalda la viabilidad de una desalinización sostenible mediante la implementación de prácticas de gestión adecuadas y el uso de fuentes de energía renovable. En este sentido, es decisivo estandarizar prácticas sustentables que impulsen el crecimiento responsable de esta industria en Chile. No podemos hacer de la desalinización una mala medida de adaptación, en donde las emisiones u otros impactos negativos terminan por ser un retroceso ambiental.

En línea con estos objetivos, la tercera Evaluación de Desempeño Ambiental del país, presentada recientemente por la OCDE, destaca el notable potencial que posee la tecnología de desalinización en Chile, especialmente en provisión de agua para la producción de hidrógeno.

Desde la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático promovemos el desarrollo de este sector. Apoyamos a la Asociación Chilena de Desalinización en el desarrollo de un Acuerdo de Producción Limpia (APL), con la participación de 25 empresas y el respaldo de la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética. Este APL busca establecer estándares de operación y desarrollo de plantas de desalinización y reúso de aguas residuales, fomentando la sostenibilidad ambiental y la eficiencia energética.

Entre los resultados esperados del APL destacan la reducción del consumo energético en las plantas y la sustitución de agua dulce. Estos objetivos están alineados con las políticas públicas chilenas, tales como la Contribución Nacionalmente Determinada 2020, la Ley Marco de Cambio Climático, el Plan Nacional de Adaptación de Recursos Hídricos y el Plan Nacional de Eficiencia Energética 2022-2026, que enfatizan la importancia de la seguridad hídrica y la sostenibilidad ambiental.

Actualmente, Chile cuenta con 38 plantas desaladoras y, sin duda, el contexto de crisis hídrica, junto con el crecimiento de proyectos de energías renovables, proporciona un escenario favorable para un mayor desarrollo de estas instalaciones, especialmente en regiones como Atacama, Valparaíso y Coquimbo. En este proceso, es fundamental adoptar un enfoque integral y sostenible que garantice que los beneficios de la desalinización superen cualquier impacto negativo en el medio ambiente y la sociedad.

Columna publicada en InduAmbiente nº 187 (marzo-abril 2024), página 83.