Pérdidas de agua potable en el sector sanitario llegaron al 33,5% en 2020

Martes 22 de junio de 2021.- La Superintendencia de Servicios Sanitarios informó que las concesionarias aumentaron su porcentaje de pérdidas de agua potable, pasando de un 33% en 2019 a un 33,5% el año pasado, según el Informe de Gestión del Sector Sanitario, totalizando así 598.745.000 m3 de aguas no facturadas.

El término "agua no facturada" se usa para caracterizar la eficiencia de los servicios de agua potable en el uso del recurso hídrico. El agua facturada es la que llega efectivamente a los usuarios del servicio y es contabilizada. Por el contrario, la no facturada está constituida principalmente por las pérdidas físicas en la red (por roturas, filtraciones, etc.), pero también incluye otros ítems como errores en las mediciones, conexiones clandestinas, fraudes y también usos no facturados: lavados de redes, extinción de incendios, etc.

En 2020 se observó un alza de 0,5% respecto del año anterior, cuando se presentó un 33% de aguas no facturadas. En el ranking de empresas sanitarias, respecto de las pérdidas de agua, la concesionaria con menor porcentaje es Coopagua con 9,5%, seguida por Aguas Santiago Poniente con un 10,8%, y en tercer lugar BCC-NOVAGUAS con 14,6%. Por contraparte, las que presentan mayores registros de aguas no facturadas fueron SMAPA con 53,9%; Sacyr Agua Chacabuco con 40,5% y Nuevosur con 40,5%.

Las sanitarias que más aumentaron sus pérdidas respecto del año anterior fueron Aguas Décima, que pasó de 19,9% a 26,0%; COSSBO de 17,0% a 23,5% y Coopagua de 5,7% a 9,5%. Mientras que las que disminuyeron su porcentaje fueron BCC-NOVAGUAS en 5,2%, Aguas San Pedro en 3,8%, Aguas Santiago Poniente en 1,8%, ESVAL en 1,2%, Aguas Cordillera en 1%, Aguas Patagonia en 0,6% y ESSBIO en 0,2%

Los porcentajes de aguas no facturadas que tiene Chile presentan niveles medios en el contexto internacional, sin embargo son más altos que los reportados en algunos países de la OCDE como Polonia, Inglaterra o Nueva Zelanda. A través de los años se observa una escasa evolución de estos indicadores, a excepción del segmento de empresas medianas que, paulatinamente, ha logrado reducir sus pérdidas