Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

A la Altura del Desafío

A la Altura del Desafío

Trabajar en altura obliga a las personas a tener un mayor cuidado de su salud.



Coordinadamente, el 26 de julio de 2014 un grupo de trabajadores sindicalizados de la Minera Doña Inés de Collahuasi paralizó sus actividades. La medida fue gatillada por la muerte repentina y por causa desconocida de un operario, que en días posteriores se sabría fue debido a una meningitis. Aunque la razón de fondo que ellos esgrimieron para el movimiento fue por “problemas de salud que se manifiestan de manera permanente en todos quienes trabajamos a más de 4 mil metros de altura, situación que no ha sido tratada con la seriedad suficiente por parte de la compañía y las autoridades”, señalaron en un comunicado de prensa.

Tras algunas conversaciones y compromisos, el conflicto no siguió escalando pero puso sobre el tapete la realidad laboral que viven quienes se desempeñan en faenas por sobre los 2 o 3 mil metros sobre el nivel del mar (msnm). En tal condición geográfica se requiere un monitoreo y control permanente de las empresas hacia s7u personal, así como también la colaboración decidida de los trabajadores para evitar alteraciones graves a su salud.   

Hoy en día, para poder trabajar en altura la ley exige hacer una declaración de salud y varios exámenes, como un test de sangre que incluya hemoglobina, glicemia en ayunas, creatinina, perfil lipídico, además de una radiografía de tórax y un electrocardiograma (ECG) de reposo.

Esta revisión se debe hacer cuando una persona se exponga por primera vez a una gran altitud y luego según tramo de edad. En los trabajadores menores de 40 años, el examen es trienal; entre 40 y 55 años se hace cada dos años y la frecuencia es anual para los mayores de 55 años.

Estudios y Norma

Son diversos los estudios que se han hecho en Chile y en el mundo respecto a las implicancias que tiene para la salud el trabajo en altura, especialmente sobre los 2 mil msnm. Uno de ellos, desarrollado en 2013 por la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica por encargo del Consejo Minero y la Sonami, concluyó que los trabajadores mineros expuestos a la condición de altitud geográfica presentan un perfil general de salud que no difiere mayormente del observado en la población general chilena respecto a la prevalencia de factores de riesgo de enfermedades crónicas.

“Al igual que la población chilena, la prevalencia de sobrepeso, obesidad, alteraciones de los lípidos sanguíneos y síndrome metabólico son elevadas, lo que sugiere la presencia de factores comunes adversos (como malos patrones alimentarios, conducta sedentaria, inactividad física), factores susceptibles de modificar mediante intervenciones preventivas”, asegura el estudio.

Asimismo, comprobó altas prevalencias globales de factores de riesgo conductuales, como el consumo de alcohol y de tabaco, frecuente entre los trabajadores de la minería y la población chilena en general.

Lo anterior explica en gran parte que cientos de trabajadores del rubro hayan reprobado la Evaluación de Salud para Exposición a Gran Altitud (ELA), quedando como “no aptos” para desempeñarse en altura. Esta exigencia forma parte del D.S. 28, en vigencia desde el 8 de noviembre de 2013, que obliga a un completo chequeo médico a todos quienes desempeñen trabajos entre 3.000  y 5.500 metros sobre el nivel del mar. El mayor porcentaje de las personas que no han aprobado el ELA presentan sobrepeso, complicaciones de presión arterial o exceso de azúcar en la sangre.

Lea el artículo completo en Revista InduAmbiente N° 133, págs. 90-92.