Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

LA PESCA ABUNDANTE

LA PESCA ABUNDANTE

Revise los avances en producción limpia del sector acuícola-pesquero.



Pese a los beneficios nutricionales de comer periódicamente pescados y mariscos, y su abundancia en nuestras costas, los chilenos aún no les damos el espacio suficiente en nuestra dieta.

Es una realidad que parece distar de lo que ocurre en países como Japón, Estados Unidos y Brasil, que han empujado fuertemente las exportaciones nacionales del rubro en las últimas décadas. Sólo en 2012 esta industria exportó US$ 4.563 millones en productos del mar, cerca del doble de los envíos de 2010: US$ 2.492 millones.

“Uno de los factores clave que explica este proceso han sido las regulaciones que comprometen al sector con la sustentabilidad”, afirma Pablo Galilea, Subsecretario de Pesca y Acuicultura.

En ese marco, la autoridad sostiene que durante la última década se han ido perfeccionando los procesos de asignación y acceso a las pesquerías. “Uno de los hitos en este ámbito fue el establecimiento de los Límites Máximos de Captura por Armador, en 2001, que permitió reducir la flota industrial pesquera, generando mayor eficiencia, menor consumo energético y menor impacto ambiental general”, puntualiza.

Destaca también que la industria ha trabajado en hacer más eficiente la actividad, con medidas como la incorporación de dispositivos en pesquerías de palangre “para minimizar la captura incidental de aves marinas y la incorporación de tecnología en las flotas industriales merluceras y de crustáceos, de manera de disminuir el impacto en el fondo marino”.
Añade que durante la actual administración de la Subpesca se tomó la decisión de definir las cuotas de captura sobre la base de criterios científicos por sobre otras consideraciones, lo que ha significado una disminución de las asignaciones. Resalta, asimismo, la promulgación de las leyes que prohíben el descarte de especies hidrobiológicas y prácticas como el “aleteo” de tiburones, así como la protección a los ecosistemas marinos vulnerables mediante la prohibición de artes, aparejos y otros implementos de pesca que afecten el fondo marino.

¿Y el Sector Salmonero?

En Subpesca explican que hoy en día Chile cuenta con una estricta normativa para la introducción de especies exóticas, control de enfermedades de peces, uso de fármacos y mantención de las condiciones ambientales en las macro zonas donde se desarrolla la acuicultura, muchas de las cuales han sido aplicadas a partir de la nueva normativa que rige a esta actividad (Ley N° 20.434, de 2010).

Galilea aporta más antecedentes: “Entre las nuevas medidas destacan la coordinación para operar agrupaciones de concesiones, de modo que todos los centros de cultivo descansen al mismo tiempo; la prohibición de nuevas siembras de peces cuando se obtienen informes ambientales negativos; el establecimiento de una densidad de cultivo (biomasa por m3) para los centros de salmones; la creación de macro zonas como un instrumento de contención de las enfermedades; y la limitación a 25 años del tiempo de otorgamiento de las concesiones de acuicultura”.

Además, se fortalecieron las normativas relativas a la importación de especies hidrobiológicas, uso de fármacos y seguridad de las estructuras de cultivo; y se hicieron más exigentes los indicadores ambientales. “Y se establecieron sanciones más drásticas para el escape o el desprendimiento de especies y se reforzaron las facultades de fiscalización de los centros de cultivo y de los prestadores de servicios. También se fortalecieron los programas de monitoreo de enfermedades y se hizo responsable al Estado de la elaboración de los informes de seguimiento de las condiciones ambientales de los centros de cultivo”, detalla la autoridad.

Lea este artículo completo en InduAmbiente 123, páginas 68 a 70.